Capítulo 45

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TARNAN

La salamandra me dejó a las puertas del campamento humano y huyó, caí de ella como un fardo, estaba vivo a duras penas. Abrí mi conexión para llamar a Gave o a cualquiera que pudiese oírme, las lágrimas caían por mi rostro y lloré como un niño con la cabeza enterrada entre los brazos mientras permanecía tumbado en el suelo esperando ayuda.

- ¡Grandes ancestros! ¡Tarnan! ¡Tarnan! - alguien me dio la vuelta y cuando abrí los ojos vi al Maestro Dorc encima de mí.

- Maestro... Senda... nos emboscaron... la tiene el original...

- Calma muchacho, ya vienen los sanadores, calma hijo. - la oscuridad volvió a cernirse sobre mí.

Desperté en la cama del hospital humano, allí estaba congregado medio consejo, vi al rey apoyado contra una pared, a Draco, a Dorc y como a cinco consejeros de las distintas casas, Príus estaba sentado en el suelo con la cabeza escondida entre sus brazos, Gave estaba sentado en mi cama mirándome.

- Has despertado por fin, mi jinete. Vuelves a estar con nosotros. - me dijo suavemente, le apreté con fuerza la mano con la que me cogía la mía.

- Estás bien, dragón. - me hacía tan feliz verle a mi lado, me costó mucho no abrazarle y besarle, pero no podía hacerlo delante de todos.

- El general me salvó, se arriesgó mucho por ponerme a salvo, casi no lo cuento. - me contó y vi como Draco se acercaba a la cama con cara de preocupación.

- Es suya... de nuevo es suya... - dije y las lágrimas volvieron a caer por mi cara. El rey se acercó a mis pies y me miró.

- Déjame entrar en tu mente, jinete, necesitamos ver qué has visto. - asentí y establecí una conexión con la mente del rey. Le dejé ver todo lo que había ocurrido, todo lo que había visto, tanto a él como al resto de los presentes. Muecas de asombro y quejidos salieron de sus bocas al ir viendo mis recuerdos pero nadie comentó nada esperando la reacción del rey.

- Me dijo que seguiría siendo un Jinete de Dragón pasase lo que pasase, Maestro - dije a Dorc, este asintió gravemente y se volvió a mirar al rey.

- Maestro, convoca al consejo - dijo el rey saliendo por la puerta sin esperar a nadie.

- Descansa muchacho, cura tus heridas. Gave hijo, quédate con él, no le dejes solo. - me dijo Dorc antes de salir tras el rey. Vi que Draco le iba a seguir y le llamé, no podía dejarle ir, sé que el rey no me haría caso pero el dragón de la reina era distinto.

- ¡General! - se dio la vuelta para mirarme. - Siento haber fallado, señor. - Me disculpé, tenía que decirlo, me sentía tan culpable.

- Fue una emboscada, jinete, no pienses en nada más. - negué con la cabeza obtuso - Yo estuve allí joven jinete, ninguno pudimos hacer nada más. Me alegra que estés bien, que estés a salvo y sé que ella piensa lo mismo - me dijo con una sonrisa triste y salió de la habitación dejándome con Gave y con Príus a solas.

- La reina hizo una elección muy valiente - dijo Gave acariciándome el rostro, cerré los ojos para no volver a llorar.

- Me salvó la vida.

- Nos ha salvado a todos - dijo Príus desde el suelo, vi que no había seguido al rey ni al consejo - con su sacrificio nos ha salvado.

- Pri - extendí mi mano hacia él - Lo siento, amigo. Me hubiera gustado poder salvarla, te lo prometo. - se levantó y se sentó en la cama al otro lado.

Trilogía Jinete de Dragón: El Ocaso del Jinete (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora