Capitulo 3

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-Buenos días - mencioné al hacer mi rutina mañanera antes de irme a la universidad.

-¿Hoy tampoco desayunaras?

Tomé mi habitual manzana del centro de mesa.

-Este es un buen desayuno nutritivo.

-Tendremos que hospitalizarte si continuas con esta loca rutina sin desayunar nada.

-Padre, no es una loca rutina, es lo que he hecho casi los últimos años, la universidad me consume poco a poco.

-Mas bien, esta es una horrible rutina que te has creado desde hace unos 4 meses atrás.

-Mentira, apenas y tiempo me da de arreglarme por las mañanas, ¿Puedes imaginar que tan grave es eso?

-Por lo mismo debemos llevarte al doctor. – Mi madre intervino.

-Por cierto, hablando de doctor. – Cambie el tema. - ¿Siller no se enfermó por la lluvia de ayer?

Como si anunciaran su entrada, el perro entró corriendo, moviendo el rabo.

-¿Cómo que Siller se mojó ayer? – Mi papá me miro curioso.

-Ha estado jugando con Charlotte en el jardín después de su salida a la esquina de la cuadra y los tomó de sorpresa la lluvia ayer, ambos entraron empapados en la casa. – Mamá una vez más llegó al rescate.

-Bueno, creo que ya es hora de que vaya adelantándome al auto. – Le acaricié al perro detrás de las orejas. – Usted se me comporta por hoy ¿De acuerdo? – Le di un beso en su cabeza.

Sin tener intromisión más me adelanté al automóvil dándole mordiscos a mi manzana, Raúl al verme llegar sin prisas a la cochera me abrió la parte trasera y en corto tiempo se incorporó al camino que ya me era familiar para llegar a la universidad.

-¿Y bien cómo te fue ayer Charlotte? – Susana siempre quería respuestas.

-¿Por dónde puedo iniciar?

-¿Tan mal estuvo?

-No sé qué es peor.

-¿Nos quieres contar? Porque hasta ahorita solo te oigo quejarte. – Un exasperado Sebastián se encontraba a mi lado.

-Me han castigado sin salidas por las tardes con ustedes y me han quitado el acceso a la biblioteca en casa, solo tengo permitido hacer cosas académicas.

-¿Esto es real?

-Yo también quisiera que fuera una fantasía, pero sí es real. Mi padre cree que quitándome las cosas que más me gustan podre enfocarme, cree que me distraigo mucho o bueno es lo que pretendió decir.

-Pero... ¿Te podremos visitar?

-Si es por cosas académicas sí. No tengo permitido divertirme, el chofer y la ama de llaves serán mi sombra.

-Dime que eso es todo.

-Puede ser, no sé exactamente que pretenden mis padres.

-¿Qué estás diciendo?

-Mi padre nota que algo estoy escondiendo y temo porque lo descubra, porque no quiero que venga a pedir explicaciones sobre mi vida académica con dicho profesor. Esto se esta volviendo una pesadilla.

-No creo que tu papá sea capaz. Además, siempre has sido una hija ejemplar tus padres no deberían dudar de tu palabra.

-Tengo mis sospechas, conozco a mi padre y sé que investigara todo hasta que sepa que está pasando, ayer me dijo que está decepcionado por mentirle.

¿Jugamos? EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora