-Charlotte, ¿Podemos hablar?
-Claro Sebastián
-Bien entonces explícanos que pasa contigo.
-Nada Susana estoy bien.
-Ese cuento es viejo, algo tienes te conocemos, durante estas semanas tú y Diamond no han estado peleando, por las tardes ya ni siquiera te vemos y en todas las clases te estas aplicando y sin decir que tu mirada no ha demostrado la misma chispa de la única Charlotte.
-Es difícil de explicarlo.
-Habla de una vez chica.
-Solo les puedo decir que no se preocupen, todo está bajo control, en verdad les quiero decir todo, pero no puedo, algo me lo impide.
Solo quería llorar en ese momento pues todo me había caído de golpe.
-Vamos, está bien, tranquila todo pasara y esperaremos hasta que estés decidida a contarnos todo.
-Gracias Sebastián.
Como era costumbre de los tres nos abrazamos y eso me hizo sentir un poco más cómoda conmigo misma.
-¿Por qué tanto abrazo? – La voz de Julián siempre me tranquilizaba.
-Es como un ritual para nosotros. – me encogí de hombros
-Entonces no importa si me les uno.
-No claro, que no. – Contesto Susana
Mantuvimos una conversación abierta mientras Julián nos acompañaba en la hora del almuerzo, todos reíamos por cualquier tontería que dijéramos, si pudiera pasmar el momento, sin duda pasmaría el que estaba viviendo. Si alguien me hubiera dicho años atrás que me volvería a encontrar con Julián automáticamente lo tomaría por loco, a pesar de que antes no convivíamos mucho siempre pensé que él era buena persona y como dudarlo ahora, si con cada chiste malo que contaba me reía a carcajadas.
Poco a poco la cafetería había quedado con pocos alumnos pues para algunos era su semana de exámenes, mientras que para otros era la semana de entregar proyectos que habían tenido más de un mes de anticipación.
-Charlotte, nos adelantaremos sino te importa.
-No, me parece bien, en lo que yo termino mi comida, vayan, después los veo.
No tardaron mucho pues los vía alejarse por aquel pasillo, solo quedábamos Julián y yo.
-Charlotte, ¿Cómo te ha ido desde la última vez que nos vimos?
-Algo pesada, pero bien de normal, si se le puede llamar así. – solo le daba vueltas la tenedor.
-¿Cómo van tus padres?
-Oh, perfectos, por cierto te mandan saludos y aún esperan la cena, perdón por no avisarte antes, pero tengo muchas cosas en la cabeza
-No te preocupes chica, todo está bien, algún día volveré a tu casa. – el espacio entre ambos se había vuelto algo cercano.
-¿Tu cómo te la estás pasando en Canadá?
-Algo fuera de mi comodidad, pero está bien.
Algo entre ambos se comenzaba a ser presentes, no sé si era porque mis ánimos estaban bajos o en realidad había una atracción, mis ojos solo se movían de los suyos hacia sus labios perfectamente carnosos y delineados, algo me decía que no debía de estar pensando en hacer algo que después me arrepentiría, pero ya no sabía a quién hacerle caso.
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¿Jugamos? EDITANDO.
RomanceEva Charlotte Valentina, princesa de Italia. Es una joven universitaria que se ha mudado a Canadá con sus padres para salir de la prensa italiana y vivir una vida normal. Sin esperar nada de su nueva vida, el destino la sorprende y su nuevo profesor...