Capitulo 29

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Cuatro de la tarde. Día viernes. Maletas listas. Ropa de viaje lista. Mochila en mano, lista. Accesorios básicos, listos.

Repaso por quinta vez mentalmente las cosas que tengo que llevar antes de tomar el avión.

-Señorita, ¿Esta lista? – Gail preguntaba del otro lado de la puerta.

Sacudo con mis manos una pelusa imaginaria de mi pantalón de chándal.

-Por supuesto, pasa.

-Señorita, me llevare sus maletas hacia el auto, ¿Necesita algo antes de que me retire?

-No, gracias, solo... pronto bajare.

-Claro, le avisare a sus padres.

Gail, salió con las maletas en mano y me dejo con un vacío enorme. Todo parecía como si me mudara de nuevo porque nos han encontrado, pero nada de eso era lo que pasaba en estos momentos, al contrario solo me iba por una semana a otro continente pero no tenía por qué tener los nervios de punta.

Tome mi mochila junto con la bolsa de mano y por última vez mire hacia mi habitación completamente ordenada como si nada pasara, tome un último bocado de aire y baje a encontrarme con mis padres.

-¡Charlotte! – Mama había gritado como si algo horrible tuviera puesto.

-¿Qué pasa? – Pregunte incrédula.

-Charlotte, ¿Cómo es posible que vayas con pantuflas?

Papa y yo comenzamos a reír.

-Mama yo creo que la pregunta aquí es... ¿Cómo es posible que tu vayas tan elegante?

-Cariño, iremos a ver a tu abuela y dudo mucho que tu atuendo sea de su agrado.

-Mama tranquila, llevo los tacones en la bolsa, además, se supone que no debemos llamar la atención.

-Solo debemos ser precavidas. – Mama sonrió triunfante.

Al salir por la puerta pensé que solo seriamos nosotros tres rumbo al aeropuerto, pero al parecer papa y mama habían planeado estrategias completamente diferentes a las que yo había tenido en la cabeza.

Del otro lado de la acera se encontraban dos autos más que el de nosotros y los tres estaban completamente iguales, tenían el mismo color negro, al igual que la marca de autos. Los tres descansaban cómodamente en fila como si de un desfile se tratase.

Papa, mama y yo subimos al auto que quedaba en medio. Papa hizo una seña y los tres avanzaban al compás por la avenida principal.

-¿Por qué todo esto? – Pregunte con el afán de saber exactamente que estaban planeando.

-Tomaremos un vuelo privado. – Mama contesto.

-¿En el avión real?

-No Charlotte, papa ha rentado uno. El avión real lo tomaremos aterrizando España.

-¿Por qué?

-Ese es el protocolo y tocando ciudades europeas debemos acatarlas.

-¿Tengo mucho que memorizar? – Mama comprendía perfectamente a lo que me refería.

-Solo un poco cariño. – Me brindo un gesto tranquilizador.

El tráfico era un infierno, al parecer todos también querían viajar en ese preciso momento, si nos retrasábamos un poco más, era posible que las cuestiones de vuelo fueran complicadas.

Mire por la ventana mientras tratábamos de pasar aquel tráfico y llegar lo antes posible a nuestro vuelo. El teléfono vibraba y sabía perfectamente quien era.

¿Jugamos? EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora