Con mi habitual pijama baje al encuentro con mis padres, ambos sentados en el comedor, tomando su desayuno.
-Cielo, ¿Aún no estás cambiada? Ya es tardísimo.
Papá miro su reloj. Y frunció el entrecejo.
-No iré por hoy. – Articule con tranquilidad. – Tengo una decisión que contarles.
Rechacé el desayuno que Gail traía para mí y le pedí que lo cambiara por un vaso de leche tibia y galletas de azúcar. Amablemente, acató la orden.
-¿Podrías decirnos que te esta perturbando todos estos días? Te hemos notado extraña y tú madre no ha querido hacer comentarios para darte tu espacio. Pero creo que ya es suficiente.
-Acepto la propuesta de la abuela. Me iré a Italia. – Lo solté sin más.
El silencio inundó la habitación recordándome que mis padres podrían oponerse a mi decisión.
-¿Estas segura? Porque ahora todos los ojos estarán en ti.
-Si papá lo pensé y creo que es lo mejor, además lo platiqué con David y llegue a un acuerdo de que no puedo esconderme de mis responsabilidades, que soy una princesa y debo aceptarlo. – La realidad era que trataba de ocultarme.
-Bien, me pondré en contacto con la abuela para tu viaje, y le pediré a un amigo que nos preste su avión de nuevo para que viajes sin problemas.
-¿Puedo preguntar quien es tu amigo? – Lo miré confusa.
-Bueno, ya no hay problema en que lo sepas. Es tu profesor, el señor Diamond.
Mis días no podían ir peor. Diamond siempre iba a estar involucrado con mi familia.
-¿Desde cuando lo sabes? – Papá y mamá se miraron confusos.
-¿Qué? Antes de la gala benéfica, ¿A que viene tu pregunta?
-Pensé que era un simple profesor de instituto.
-Pues, lo es, solo que aparte tiene una empresa que se especializa en tecnología y ve por la hambruna en el mundo, sus visiones son muy buenas a corto y largo plazo.
-Ya. – Me sentía asqueada - ¿Por qué no me lo habían dicho?
-Pensamos que, si te impartía clases, era mejor que no lo supieras y pensaras que tu estado académico dependiera de los negocios entre empresas.
-¿De él es el avión privado que nos llevo hasta España?
-Si, se enteró que haríamos un viaje largo y que necesitaríamos mucha discreción, así que se ofreció en prestárnoslo.
-No lo quiero. – Era una confesión para mis adentros.
-¿Qué? Cariño, estás extraña, ¿Dije algo malo?
-No papá, no quiero su avión y mucho menos tener alguna relación con él. Mi hermano y yo ya habíamos hablado del tema. – Era mentira, pero tenía que librarme de mi padre. – tomaré un vuelo comercial, hasta llegar a Italia, en Italia, alguno de los choferes puede pasar por mí en la parte trasera del aeropuerto y así llegare bien al palacio. Por el momento no se harán declaraciones a las sospechas y todo llevará su curso normal, hasta que me adapte se hará el anuncio oficial.
-Cariño, ¿Quieres que te acompañemos? – Mamá me tomo la mano.
-No mamá, estoy bien. Puedo manejarlo, maneje cosas peores antes, esto lo haré muy bien ya verás. – Le sonreí cálidamente.
-¿Tienes planeado tu fecha de partida?
-Hoy en la noche, aun no he comprado los boletos, pero cualquier asiento estará bien, contando las horas de vuelo y la zona horaria de Italia, estoy segura de que al medio día llego o en la tarde, mientras ustedes paneas se levantan.
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¿Jugamos? EDITANDO.
Storie d'amoreEva Charlotte Valentina, princesa de Italia. Es una joven universitaria que se ha mudado a Canadá con sus padres para salir de la prensa italiana y vivir una vida normal. Sin esperar nada de su nueva vida, el destino la sorprende y su nuevo profesor...