-¿Ya la has visto?
-La tengo en mis manos, no puedo creer que hasta en esto hayan gastado.
-Tradiciones son tradiciones.
-¿Qué tengo que llevar?
-Como si no lo supieras. Tu tranquila, cuando llegues al palacio, Daniela, la del protocolo te dirá.
-¿Dónde quedo Sergio?
-No lo vi después de que regrese de Canadá, creo que la abuela le ha dado vacaciones o tal vez ya le dio de baja.
-No, de él tengo muchos recuerdos. Y para ser sinceros, me encantaba que él fuera mi maestro de protocolo.
-No te preocupes, Daniela lo hará bien.
-Ya veremos, ya veremos.
-Lo siento hermanita, tengo que colgar. Isabella quiere que ambos escojamos el buffet para esa noche.
-Está bien, divierte. - Ambos colgamos.
No podía creer que la fecha se aproximaba y lo peor del caso, era que aún no sabía si mis padres tendrían ya un plan para cuando regresáramos de Italia. Esto me parecía completamente un caos.
-Charlotte, ¿No bajaras a comer? – Tenía la cabeza en otra parte.
-Lo siento Gail, creo que hoy no, ¿Podría alguien subírmela?
-Señorita, pero sus padres están abajo.
-Entonces es mejor que baje, gracias por avisar.
Siempre que hablaba con David, algo de nostalgia quedaba impregnado en mi cuerpo.
-Cariño, ¿Qué te pasa?
Tome asiento en el comedor.
-Nada mama.
-¿Has visto la invitación cierto?
-Si.
-¿Quieres hablarlo?
-Prefiero comer.
Mama como era de esperarse, no iba a quedarse quieta con una simple respuesta, pero tampoco decidió seguir preguntando. Los tres comimos en silencio.
Cuando termine, estaba dispuesta a subir a mi habitación.
-Charlotte, ven. – mama está situada en aquel sillón.
-Mama, tengo cosas que hacer. – Trataba de zafarme de aquella plática.
-Cariño, tenemos que hablar, sabes que no me gusta verte así.
Regrese a su lado en el gran sillón, donde ella se disponía a leer. Mama como era costumbre, me recibió con los brazos abiertos y me dio sus suaves caricias como ella solo sabe hacerlo.
-¿Aun no lo asimilas? – Seguíamos abrazadas.
-No mama y me duele mucho. – Las lágrimas amenazaban con salirse.
-Cariño, no te mortifiques, sabemos que esto algún día iba a pasar, pero tranquila, cuando tú ya tengas a alguien te aseguro que no te acordaras de él.
-Pero mama no se trata de una cuestión de amor, se trata de mi hermano y de su corta edad de quererse casar. No compartimos mucho tiempo juntos y ahora que ya lo podíamos hacer sin estarnos escondiéndonos, él llega con la noticia y todo se derrumba.
-Cielo, sé que lo amabas tanto como yo los amo a los dos, pero ambas sabemos que el dolor no durara mucho hasta que lo afrontes.
-Espero y pueda superarlo pronto.
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¿Jugamos? EDITANDO.
RomanceEva Charlotte Valentina, princesa de Italia. Es una joven universitaria que se ha mudado a Canadá con sus padres para salir de la prensa italiana y vivir una vida normal. Sin esperar nada de su nueva vida, el destino la sorprende y su nuevo profesor...