Capítulo 23 - The darkest heart.

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Regina

Después del funeral nos reunimos en Granny's. Necesitábamos hacernos compañía entre todos y el bar de la abuelita era como una segunda casa para cada habitante de la ciudad, un lugar donde sentirse en familia.

Me senté en un mesa con mi hermana, Robin y Belle. Apenas había hablado con ellos desde nuestro viaje al Inframundo. Quería iniciar conversación, pero no sabía cómo. Ninguno había abierto la boca desde que nos sentamos y Ruby vino a preguntarnos si queríamos tomar algo.

Desde mi asiento pude ver a Emma, en una de las mesas más cercanas a la puerta, con su madre y Killian. Sus manos reposaban entrelazadas encima de la mesa mientras hablaban con Snow, que aún tenía los ojos rojos por todas las lágrimas que derramó en el funeral de David. Aparté la vista de aquella escena, no quería ni imaginarme qué estaría pasando por la cabeza de Emma en estos momentos. No habíamos hablado todavía de qué iba a pasar entre nosotras, de qué iba a pasar con su boda.

Agaché la cabeza hacia la mesa que estábamos ocupando, aún seguíamos en silencio. Me fijé entonces en que, al igual que las manos de Emma y Killian, las de mi hermana y Robin estaban entrelazadas. Fue en ese momento que vi brillar un anillo en el dedo anular de la mano de Zelena.

-Oh, Zelena. - Dije sin apartar la mirada del anillo. - Así que esa era la pregunta. Os vais a casar.

-Sí, bueno... No pude decírtelo antes.

-Esto es genial. Estoy tan feliz por vosotros. Habéis conseguido vuestro final feliz. - Dije uniendo mi mano a las suyas. - Enhorabuena.

-Enhorabuena. - Repitió Belle. - Lo merecéis.

-Deberíais anunciarlo. No vendría mal alguna buena noticia por aquí. - Propuse.

-No creo que sea el momento, Regina. - Respondió Zelena.

-¿Por qué no? Toda este gente necesita un poco de esperanza, algo feliz a lo que agarrarse, que les deis fuerzas.

-Acabas de sonar como Snow. - Frunció el ceño. - Y, te repito, que no creo que sea el momento. Mírales, están hundidos por la muerte de David. - Hizo un gesto con la mano, señalando a cada persona del bar.

Miré a mi alrededor y comprobé que tenía razón. No había ni el más mínimo resquicio de felicidad en sus caras.

-Por favor, dales un motivo por el que sonreír. - Dije, usando al resto como excusa para lo que yo sentía.

-Regina, ya basta. Acabamos de enterrar a David. No quiero anunciar mi boda después de un funeral. No es justo para nadie. Lo siento. - Su tono empezó a elevarse. Se había enfadado. - Es nuestra decisión y lo anunciaremos cuando lo veamos necesario. - Sentenció, levantándose y llevándose a Robin con ella. Ambos abandonaron el bar dejándome sola con Belle en la mesa.

Me sentí fatal por haberla querido obligar a hacer algo que no quería. Después de todo lo que había pasado era comprensible. Empecé a llorar por la presión que sentía en ese momento. La presión por no haber podido hacer nada por salvar a David, la presión por haber incomodado a mi hermana pero sobretodo la presión por no saber qué iba a pasar entre Emma y yo.

-Gina...- Me susurró Belle al ver que me tapaba la cara con ambas manos para ocultar mis lágrimas. - Tranquila, tu hermana no estará enfadada toda la vida...

-Belle, tengo miedo. - Le dije.

-¿Miedo? ¿De que no te invite a su boda? Siempre puedes presentarte sin avisar. Se te da bien. - Intentó sacarme una sonrisa.

But maybe I need you.Where stories live. Discover now