Emma.
En cuanto Regina me pidió que la besara, no me lo pensé dos veces. Algo dentro de mi me dijo que tenía que hacerlo. Y posiblemente fuese la oportunidad perfecta para aclarar mis sentimientos.
La agarré por la cintura y la pegué a mi, juntado nuestros labios.
En cuanto se rozaron, sentí que mi corazón me iba a salir del pecho y, lo noté, noté el cosquilleo que Hook ya no me hacía sentir.
Éramos ella y yo. Nosotras. En la oficina de la alcaldía parecía que el tiempo se había detenido y que el invierno se había esfumado. El calor entre nosotras empezaba a aumentar.
Me quité la chaqueta, apartando a Regina pero sin dejar de mirarla a los ojos. En cuanto me deshice de ella volví a besarla. Nuestras lenguas bailaban acompasadas, como si hubiesen estado ensayando toda la vida para este beso.
Las manos de Regina recorrían mis brazos y subían a acariciar mi pelo, con movimientos bastante torpes. Estaba tan nerviosa como yo.Volví a apartarla de mí, pero esta vez para deshacerme de su camisa.
-Emma...-Me dijo mientras me agarraba las manos, parándome, y me miraba a los ojos.
-¿Quieres que pare? -le pregunté, mordiéndome el labio y sin apartar la vista de sus ojos marrones, que me miraban suplicantes.
Negó con la cabeza y me soltó las manos y pude seguir desabrochando uno a uno los botones de su apretada camisa.
Cuando acabé, Regina me agarró del brazo y me llevo hasta el sofá que tenía en su despacho y se tumbó en él, dejándome caer encima. El roze de nuestros cuerpos, de mi piel con su piel, me hizo temblar. Su olor a manzanas rojas me embriagaba, era delicioso. No podía pensar en nada más, todo mi mundo ahora mismo era ella.-Swan...-susurró jadeante, como respuesta al recorrido que hacía con mis labios, desde su boca, bajando por el cuello y llegando hasta el vientre. Su cuerpo de estremecía cuando me detenía en sus pechos. Me encanta verla así, vulnerable a mis movimientos.
El calor entre ambas era cada vez más intenso. Nuestras manos buscaban quitar torpemente las prendas de ropa que sobraban, mientras nuestras miradas se mantenían fijas la una en la otra. Era mágico, era...
*TOC TOC*
-Mierda. -susurré.- ¿Esperas a alguien? -dije, separándome rápidamente de ella y pasándole su camisa.
Regina se limitó a negar con la cabeza, con los ojos muy abiertos y confusa, como si acabase despertar de un sueño.
*TOC TOC TOC*
-Deberías contestar. -le dije, recordándole que era alcaldesa y debía atender a sus ciudadanos.
-Eh...Sí... ¡Un momento!
-Regina, soy David.
-¿Que hace aquí mi padre?
-Es el sheriff, Emma. Querrá comunicarme algo. Lo hace muy amenudo. -dijo mientras terminaba de abrocharse la camisa y acomodarse el pelo.- Deberías ir a buscar tu vestido de novia.¡Joder! Lo había olvidado por completo. Mi madre debe estar enfadadisima por hacerla esperar.
-Adiós, Regina. La conversación no termina aquí. -dije mientras abría la puerta, encontrándome frente a frente con la mirada de sorpresa de mi padre. -¡Hola, David! -le dije sonriente.
-Yo creo que sí ha terminado, Señorita Swan. -me dijo, mientras salía de su oficina.Claro que no ha terminado. Teníamos que hablar de lo que casi pasa, antes de que mi padre nos interrumpiera. Había sido algo increíble. Corto, muy corto, pero muy intenso por todos los sentimientos que afloraron desde el primer roce de nuestros labios.
Ahora ya veo las cosas más claras. Mis sentimientos hacia Regina son reales. Muy reales. ¡Hasta mi padre se había dado cuenta! Definitivamente, volvería a hablar con ella. Pero ahora, tenía que centrarme en encontrar un estúpido vestido para mi boda con Hook.
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But maybe I need you.
FanfictionEmma va a casarse con Hook. Regina parece haber encontrado en Robin a su alma gemela. Ambas parecen felices, pero ¿lo son realmente? Ellas tienen una amistad muy fuerte, comparten secretos y se han salvado la vida más de una vez...