But maybe I need you.

Capítulo 8 - El vestido perfecto.

Antes de nada quería dar las gracias a toda la gente que me lee y me apoya (sobretodo a las chicas del grupo de Swanqueen Pets y a las del TeamanaL). Millones de gracias.
A partir de ahora no actualizaré tan a menudo, pero los capítulos serán más largos. Y, al igual que en este, en alguno habrá edits (manips) hechas por mí, para ambientar un poco la historia. Dicho esto, ¡espero que les guste el capítulo!

(Las canciones que escuchan en el coche son All in my head de Fifth Harmony y Thinking out loud de Ed Sheeran).

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Emma.

Cuando llegué al apartamento de mis padres, mi madre me esperaba con los brazos cruzados y con una expresión muy seria.

-Llegas media hora tarde.
-Lo sé, mamá. Tenía que resolver unos asuntos en el trabajo. -mentí.

Obviamente no le iba a decir que me había entretenido en el sofá de la alcaldía de Regina y que si no fuese porque David nos interrumpió seguramente ni siquiera hubiese llegado.

-Llamé a tu oficina y me dijeron que no estabas allí. Y tampoco estabas con Hook.
-Tengo 30 años. No tengo que darte explicaciones de todo lo que hago.- le dije, poniendo los ojos en blanco.- Tenía un asunto que aclarar y me retrasé un poco, pero ya estoy aquí. ¿Nos vamos? Los vestidos de novia nos esperan. - sonreí forzadamente.

Su expresión cambió y se volvió más suave. Le hacía mucha ilusión ayudarme a elegir mi vestido de novia.

-Tenemos que salir de la ciudad, aquí no vamos a encontrar nada.
-Pues cuanto antes salgamos, mejor. ¿Estás lista?
-Por supuesto. Te recuerdo que llevo un rato esperándote.

Bufé. Cuando quería podía ser realmente pesada.

Salimos del apartamento hacia mi coche y nos encontramos a mi padre. Supuse que volvía de su inoportuna intromisión en la oficina de Regina.

-¡David! ¿Nos acompañas a elegir vestido de novia para Emma?

Mi padre me miró, hizo una mueca de desagrado y negó con la cabeza.

-Tengo asuntos de los que ocuparme en la ciudad. Además, sabes que yo no estoy de acuerdo con...esto.
-Cariño, tienes que aceptar lo que nuestra hija ha decidido. Su felicidad es lo más importante para nosotros.
-Pero es que esto no es su... -oh, no. ¡VÁMONOS! -grité, para interrumpir lo que estaba diciendo.

Ya era suficiente con que él supiese todo esto, no era necesario que mi madre también. Además, la decepcionaría y no quería hacerlo. Se ve que está muy emocionada con el tema de la boda.

-¿David? ¿Que ibas a decir?
-Eh...Nada importante. -dijo al notar mi mirada clavada en él.- Salid ya o se os hará tarde.- continuó, dándole un beso a su mujer, y un abrazo a mí.- ¡Pasadlo bien!
-¡Tienes razón! ¡Vamos Emma! -La emoción de mi madre me hizo sonreír aunque ir a probarme vestidos de novia no fuese uno de mis hobbies. De hecho, odio los vestidos de cualquier tipo.

La tienda a la que íbamos a ir estaba a tres cuartos de hora de Storybrooke, así que me esperaba un largo camino escuchando a mi madre hablar de todos los detalles que tenía en mente para mi boda.

A los quince minutos ya estaba saturada de escucharla hablar de flores, invitados y menús y decidí poner la radio.

En cuanto las voces de cinco chicas inundaron mi escarabajo amarillo, mi madre captó la indirecta y se calló.