Capítulo 2. - Henry.

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Regina.

¿Qué acaba de pasar? ¿Me he vuelto loca? ¿Por qué he reaccionado así?

-Eres una idiota Regina Mills. - me dije a mi misma.

Además ahora tendré que darle una explicación a Robin. Pero primero tengo que aclararme yo. ¿Qué me pasa con Emma?

-¡Regina! -Oh, no. Esa voz. Ahora no.

¿No fue Robin el único en darse cuenta de que me había ido? Genial. Habré montado una escena y estropeado el mágico momento de la sheriff y el pirata.

-Quiero estar sola, señorita Swan. Vete a celebrar tu compromiso. -dije acelerando el paso, sin esperarla.
-Pero Regina, tenemos que...
Y sin dejar que acabase su frase, desaparecí en una nube de humo morado.
Aparecí en mi mansión, era el único sitio al que podía ir y que nadie me molestase. Aquí estaría protegida y podría pensar en todo lo ocurrido.
-Definitivamente, eres una completa idiota. -volví a decir.

Fui a la cocina a servirme una copa de mi sidra de manzana, necesitaba un poco de alcohol para despejar mi cabeza. Además era muy probable que Emma apareciese de un momento a otro y no podría hablar con ella estando sobria.

-¿Qué te pasa? ¿Te has enamorado de la salvadora? Te has vuelto loca, Regina. -le dije a mi reflejo en el espejo.

El sonido del timbre me sacó de mis pensamientos. Mientras iba hacia la puerta recé con todas mis fuerzas para que no fuese Emma. Funcionó.
-Mamá.
-Henry. Pasa cariño.
-¿Por qué te has ido del bar de la abuelita?
Mierda. Él también lo había notado. No podía sentirme más patética en estos momentos. Y como si pudiese leer mis pensamientos continuó:
-No te preocupes, nadie más se ha dado cuenta. Pero ahora dime, ¿qué te pasa mamá? ¿Por qué has reaccionado así?
-Henry...Yo...No lo sé...No sé que me pasa. -Mentí. Lo sabía perfectamente, pero no estaba preparada para escuchar esas palabras salir de mi boca.
-Estás enamorada de mamá, ¿verdad? Quiero decir....
-¡¡Henry!! -No quería seguir escuchando. Las palabras que no quise pronunciar yo, las pronunció él. -Yo...no...estoy...-no pude continuar. Las lágrimas empezaron a salir de mis ojos y se formó un nudo en mi garganta que me impedía seguir hablando.
Henry me abrazó e intentaba consolarme.
-Tranquila mamá. Todo saldrá bien, pero tienes que hablar con ella. Tengo la sensación de que le preocupa algo y puede que seas tú. Puede que sienta lo mismo.
-¿Y si no lo siente? No podré soportar que me vuelvan a romper el corazón. -Henry notó el miedo en mis palabras.
-Eres fuerte, mamá. Te mereces ser feliz y estoy seguro de que tu felicidad es Emma.
-¿Te parece bien todo esto, Henry?
-¿Como no me va a parecer bien? Sois mis madres y quiero que seáis felices. Y estoy seguro de que vuestro final feliz no es un hombre. Habla con ella.
-Lo haré, cariño. Pero ahora necesito descansar. Puedes quedarte aquí esta noche si quieres.

Henry se fue a su cuarto y yo subí al mío. Me quité los tacones y me tiré sobre la cama, hundiendo mi cabeza en la almohada para que mi hijo no me escuchase llorar.

Tengo que hablar con Emma.


But maybe I need you.Where stories live. Discover now