Famous. | Harry Styles

Diecisiete: H and A

–Harry...

–Amelia...–sus labios estaban muy cerca de los míos, no podía creerlo, la fan desde el 2010 dentro de mi se estaba volviendo loca.– Perdón por ser tan directo, pero es lo que siento.

   Entonces me pongo a pensar; Harry está dispuesto a arder en el infierno solo por mi, ¿por qué mierda yo no estoy accediendo? El infierno puede ser divertido si estás con el demonio correcto.

–Está bien. –suelto y Harry sonríe ampliamente, dejándome ver sus perfectos dientes y su hoyuelo en su mejilla mucho más de cerca, como nunca había estado.– Pero, para eso habrá reglas.

  Harry entrecerró sus ojos, pero no quitaba su pequeña sonrisa pícara.

–¿Cuáles son tus reglas, kiwi? –me pregunta con su sonrisa.

–Uno, no me besarás hasta que cumpla los 21. –digo y rueda sus ojos.– Y no ruedes esos ojos porque se te van a quedar así.

–¡Falta mucho para que cumplas 21! –dice.– Cumplimos en el mismo mes, así que ya tendré 27, me sentiré mal.

–Lo siento, yo no hago las reglas. –le digo mientras me separo de él.

–Literalmente las estás haciendo.

–De todos modos, ya tendré 21. –digo.– Será legal y estaremos haciendo las cosas bien.

–Esta bien. –dice.– Pero justo a las 12:00 am del 14 de febrero, tendremos nuestro primer beso, y eso no está a discusión.

    Me sonríe satisfecho mientras acaricia mi mejilla.

–¡Claro que está a discusión! –le digo.– Estás intentando regresar con Kendall y yo estoy intentándolo con Shawn.

  Harry frunce su ceño mientras me observa.

–Bueno, tal vez solo lo tuyo es verdad. –suelta.– Yo no estoy intentando nada con Kendall, solo es mi amiga, ella tiene novio.

   Y cuando dijo eso, me sentí la persona más estúpida del mundo entero.

–¿Por qué no dijiste eso antes?

–¿Qué hubiera cambiado si te lo hubiera dicho antes? –me pregunta algo extrañado.

–Nunca hubiera tenido mi ataque y no hubiera besado a Shawn. –digo.– Eres un imbécil, Styles.

–Perdón, pero yo no sabía que eres una celosa anónima. –dice con una sonrisa.

–No lo soy, solo me enojé porque pensé que estabas jugando con mi mente.

   Harry mordió sus labios y vi que sacó su celular de su bolsillo.

–Entonces si no eres celosa, no te importará que invite a Kendall a festejar a un bar esta noche, ¿verdad?

  Sabía lo que Harry estaba haciendo, no quería darle la satisfacción de tener la razón, pero con tan solo escuchar el nombre de Kendall salir de su boca con su masculina y gruesa voz me hacía querer meter mi cabeza en una tina con agua hirviendo y jamás volverlo a escuchar.

Pero no, puedo contenerme esta vez.

–¿Kendall? –contesta Harry en su celular.

O tal vez no.

–Harry, no. –le digo y le quito el celular de sus manos bruscamente, volteo a verlo y el no quita su sonrisa de victoria.– Dijiste que ibas a festejar conmigo, yo soy tu inspiración, mis ojos cafés son totalmente tuyos. –digo.– Sé que hay cientos de ojos cafés como los míos, pero por favor, jamás te canses de verlos, no me importa que los de Kendall sean más grandes o más pequeños, ve los míos.