Sólo un mes.

V

La primer semana después del regreso de Steve, él iba todos los días a ver Peter, acompañaba a Happy cuando éste debía ir por el niño a la escuela. Peter comenzaba a idear "planes" para unir a sus padres, no quería perder a su familia.

Y hoy, de nuevo Tony y Steve estaban discutiendo. Habían acostado a Peter, le contaron un cuento y todo fue risas y mimos...
Los gritos despertaron a Peter, lo asustaron. Llevaba una semana con pesadillas pero no había dicho nada a sus padres, no querías darles más cargas.

—¿Es que no te importa Peter? —Era la voz de su papá, se escuchaba enojado— ¿Por qué sigues haciendo estas tonterías? ¡Tienes una familia, respétala!
—¡No metas a mi hijo en esto! —Peter se sobresaltó cuando escuchó algo rompiéndose— ¡Tú no tienes derecho a meterte en mi vida, ya no somos nada!
—¡Te equivocas en eso, Stark, soy tu maldito esposo!

Y de pronto, silencio absoluto...
¿Qué había pasado? Un portazo hizo eco en toda la casa y los gritos comenzaron de nuevo.

—¡Que no me toques, maldita sea!
—¿¡Y qué me harás!? ¿¡Eh!?
—¡Largo de mi maldita casa! —Un golpe seco contra la pared hizo que Peter se encogiera en su pequeña cama, las lágrimas surcando su infantil y dulce rostro— ¿¡Vas a golpearme como lo hiciste en Siberia!? ¡Anda, hazlo! ¡Ya no puedes dañarme más!
—¡Tony para ya con eso, por favor! —La voz de Steve se escuchaba rasposa, ¿papá está llorando? Fue el pensamiento que surcó la mente del pequeño— ¡Vas a despertarlo!
—¡Entonces lárgate y no vuelvas!
—¡Sabes que no dejaré que esto se quede así!

Un par de portazos más anunciaron que el capitán había abandonado la casa, el ruido de la moto se escuchó y los sollozos de Tony dieron comienzo.
Peter lloró en silencio mientras abrazaba con fuerza su almohada. Tenía miedo de que su papá ya no volviera, de que se fuera o peor, que su otro papá lo dejara también.

—¿Y si es mi culpa? —Peter susurró al silencio de la noche antes de caer rendido en los brazos de otra pesadilla.