XIII

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Tony daba vueltas por su habitación, habían cenado y visto algunos episodios de Hora de Aventura antes de que Peter cayera profundamente dormido.
Esperaba a su esposo para aclarar las cosas, no dejaba de pensar en lo que le había dicho, ¡su bebé en manos de un pedófilo! No quería creer aquella atrocidad.
Su hijo estaba más rellenito y con los cabellos más largos, ¡incluso se veía más sano!

Paró con sus vueltas en cuanto la puerta del baño se abrió y su esposo salió con una toalla rodeando su cintura. Steve le sonrió con unos ojos azules brillando bajo esas ojeras pero cambió el gesto al contemplar la seriedad en el rostro del ingeniero.

—¿Quieres que hablemos ahora?
—Por favor —Tony se sentó en la cama y Steve le imitó—, Steve... Peter me dijo que le golpeaste, ¿es verdad? No quiero creerlo pero-
—¿Qué? —A Steve le había tomado desprevenido aquello— ¡Nunca golpearía a mi hijo! Me conoces Tony.
—Ya no sé si te conozco Steve —La sombra de la duda en aquellos ojos era irrefutable—, me golpeaste a mí que era tu esposo y a quien juraste amar y proteger, ¿qué me asegura que no golpees a nuestro hijo?
—Alcancé a verlo entrar a ese lugar con ese hombre, irrumpí en su casa, golpee al tipo porque tenía a Peter sobre el sofá y... —Steve sacudió la cabeza queriendo alejar aquella escena— Mira, Peter se me acercó y yo estaba muy enojado, sacudí el brazo y Peter cayó. Nunca quise lastimar a mi hijo, no podría. De repente este tipo me golpeó y fue hacia Peter, ahí fue cuando jalonee a nuestro hijo —Steve hablaba con la verdad, tomó las manos de su esposo y las besó—. No medí fuerzas Tony. Perdóname. Era el coraje y la angustia en mí.

Entonces Tony supo que Steve no mentía y le tomó el rostro para besarlo suavemente, en verdad extrañaba al hombre que amaba. Steve se dejó para después hundir su rostro en la curva del cuello de Tony.

—Está bien, no fue tu intención —Tony acariciaba la espalda desnuda de su esposo—, pero debes decírselo a Peter. Nunca te había visto de esa manera y lo asustaste.
—¿Está despierto?
—No, mi bebé estaba muy cansado. Ahora duerme. Mañana podrás hablar con él.
—¿Tú estás bien? —Besó el cuello de Tony y éste se mantuvo en silencio— ¿Tony?
—Necesito un trago. Ahora vuelvo...

Steve lanzó un suspiro, no le gustaba ese comportamiento en Tony. Le costó dejar el alcohol como para que ahora volviera a él.

•••

Wade respetaba muchísimo al Capitán América pero no le agradó la forma en la que Steve Rogers reaccionaba frente a Peter. Además... su baby boy le había contado todo lo que en casa pasaba y no estaba tranquilo. Necesitaba ver con sus propios ojos que ese niño se encontraba bien.
Si iba a buscarlo a su escuela, entonces sí parecería un maldito enfermo.

—No creo que sea buena idea —Weasel tomó un sorbo de ron y siguió—, el capitán puede matarte o Stark puede enviarte a prisión. No seas idiota, no eches a perder tu nueva vida por ese niño.
—Es por ese niño que dejé las calles.
—Maldita sea Wade —La carcajada de Weasel le hizo fruncir el ceño—, sí que pareces un puto pedófilo.
—Le tomé mucho cariño. Es un buen niño.
—Lo sé. Pero muy platicón y preguntón.

Rieron. Era cierto, Peter solía ser muy hablantín y curioso pero eso era parte de lo que lo hacía adorable. Wade suspiró, en verdad lo extrañaba.

—Al demonio, iré a buscarlo a su escuela.
—¿Sin importar que te metas en problemas con todos los ex-vengadores y termines tras las rejas por acoso?
—Seré cuidadoso.

Weasel le dedicó una mirada de sorpresa, en serio que su amigo parecía un pedófilo en potencia.

—¿Estoy hablando con Wade Winston Wilson?
—Idiota —Wade se soltó a reír—, no tengo ese tipo de pensamientos con él, ¡tiene cinco años!
—¡Já! Pero si tuviera 19 pensarías otra cosa.
—Tal vez...
—Maldito enfermo.

El par de hombres se tiraron sonoras risotadas antes de abrir el bar, era viernes así que Wade tendría bastante trabajo.

•••

Cuando todo había quedado claro entre ellos, Peter creyó que las cosas habían mejorado y se sintió feliz, habían sido 10 días perfectos con su familia como siempre. Había vuelto a salir de paseo con su tía Pepper y su tía Nat, Clint le seguía enseñando a lanzar flechas y disfrutaba las amenas pláticas con su nano Happy cuando iba a dejarlo a la escuela. Adoraba ver a su padre robarle besos en la mañana a su papi, quedarse hasta tarde viendo maratones de los Simpsons junto a ellos y salir a jugar con su padre como antes solía hacerlo. Su vida volvía a ser lo que era y le hacía sonreír. Lo único que le hacía falta era estar con Wade.

Pero una mañana sabatina Tony escuchó a su esposo hablar con Sam y descubrió algo que le hizo jadear. Nuevamente se sentía traicionado, salió desde temprano y no regresó hasta entrada la noche, había estado bebiendo y traía manchas de labial por todo el cuello. Los gritos comenzaron de la nada justo cuando Peter estaba poniéndose el pijama, listo para dormir.

—¡Creí que todo ya estaba bien entre nosotros! —Steve tenía a Tony sujeto de la cintura, Tony veía hacia el suelo apretando los dientes— ¡Traje a nuestro hijo de vuelta! ¡Te he demostrado que he regresado para no irme de nuevo! ¿¡A dónde rayos fuiste!? ¡Mira como vienes! ¡Apestas a alcohol barato y a perfume que no es tuyo! ¿Esas son marcas de labial?
—¡Nunca me dijiste que lo habías traído contigo! —Tony se soltó del agarre e hizo el amago de alejarse, no vio a Peter al pie de las escaleras— ¡Trajiste al asesino de mis padres contigo! ¡Y no te importa con quién me meta porque tú y yo ya no somos nada!
—¡Es mi amigo! ¡Él no sabía lo que hacía! ¿Con quién me engañaste? ¡Eres mi esposo!
—¡Déjame en paz Rogers! ¡Vete de mi vida de una buena vez! ¡Desaparece!

Peter abrazando su frazada de Iron Man se dirigió a la sala, ya no quería escuchar más pleitos. Tony y Steve se quedaron callados al ver a su hijo con una carita tan triste.

—¿Qué pasa cariño? —Tony se acercó tambaleante pero Peter se alejó al ver las condiciones en las que se encontraba— ¿Bebé?
—Leche —Fue lo único que dijo Peter apenas en un susurro.

Steve lo tomó en brazos y se lo llevó a la cocina. Peter se abrazó con fuerza al cuello de su papá. Tony fue directo a su taller, hoy dormiría allí.

—Hijo, perdón. Nosotros no...
—Leche.
—Bien... ¿quieres que te arrope después o...?
—Sí.

Las respuestas simples y monosílabas de su hijo afectaban a Steve, él creía que su matrimonio iba a salvarse, no creía que Tony fuera capaz de serle infiel. Y se maldijo por no decirle a Tony que también Bucky había regresado, tal vez... tal vez debía regresar a Wakanda con Bucky, su amigo necesitaba ayuda. Pero no se iría solo, iba a llevarse a Peter. Tony debía dejar de beber si quería tener la custodia de su hijo.

Esa noche Steve se quedó dormido junto a su hijo con aquella firme decisión.
Esa noche Tony volvió a solicitar una audiencia por la custodia total de su hijo.

Sólo un mes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora