—¿Majestad?— el sirviente tocó un par de veces aquella puerta blanca. —Solicitan una audiencia.—
Detrás de la misma, el Rey Viktor Von Granzreich se encontraba tratando de terminar aquel asunto que tanto le preocupaba, la nueva ley en protección a los omegas del reino, en especial aquellos que pierden a su alfa. De ser aprobado, pueden asegurar la vida de cientos de omegas que cometen suicidio cuando estos pierden a sus parejas.
Era un paso más para llevar su reino a uno sin aquella jerarquía de castas tan... degradante.
Su ceño se frunció cuando los toques en la puerta se volvieron insistentes.
— Es muy tarde para una audiencia.— apenas levanto su rostro respondió mientras seguía en su trabajo — Rechazala.—
—Es del tutor real, Majestad.—
La pluma que sostenía Viktor quedo estática en el papel, aquello no era algo que esperase. Aun menos siendo Heine quien buscase verlo. Uno a uno los recuerdos se acumularon en su mente y con ellos una ola de sentimientos encontrados. Por mucho tiempo resistió sus instintos que lo guiaban a buscar al pelirrojo pero ahora el estaba ahí mismo, a una sola puerta de distancia.
Eso fue suficiente para que dejase todo a un lado, casi sin creer que fuera cierto.
—Dile que pasé.— ordeno, mientras guardaba el papeleo en los cajones del escritorio
Las puertas se abrieron y el pequeño cuerpo de Heine se mostró ante su mirada, finalmente se tomo su tiempo para mirarlo más atentamente. Su faceta siempre tranquila e inexpresiva en alguna ocasión sacaba una sonrisa en su rostro pero en esta creó un nudo en su garganta.
—Supuse que querrías tomarte un descanso.— Murmuró Heine mientras sacaba una botella de vino, el mismo que bebían hace muchos años. Viktor se permitió la dicha de analizar a su acompañante
Su cuerpo sigue siendo pequeño, se dijo recordando las veces que lo tuvo en sus manos
Sus ojos con un pequeño brillo
Su cabello antes largo fue atacado por unas tijeras
Su vestimenta, su aroma demasiado...
Todo él
Demasiado diferente...
—Un niño ofreciéndome vino, que indecente.— canturreo buscando molestar al menor
—Esa broma me tiene cansado.—
Y ahí estaba, esa pequeña arruga en su frente y un pequeño y casi imperceptible puchero. Aquella mueca que lo hace lucir más infantil de lo que su apariencia demostraba
—Déjame bromear un poco.— dijo mientras recordaba su rostro en su mano en una expresión cansada —Fuiste muy cruel al decir que no nos conocíamos.—
—¿Que más podía hacer?.— mencionó Heine indiferente mientras dejaba la botella de vino blanco en la mesa— Volvamos a beber como antes, Viktor.—
Copas llenas y escasa luz del despacho, así era el ambiente dentro. Cálido y silencioso para ambos. Tan reconfortante. Tan nostálgico.
—Gracias por haberle dado un empujón a Leonhard.— el silencio fue cortado por la voz de Heine —Sin ti, jamás se habría animado a estudiar.—
—Sólo quiero que mis hijos sean felices.— contesto el monarca con la mirada perdida en el líquido dorado —Y le den un futuro brillante al reino.—
— Si, eso lo se bien.— dijo Heine con la mirada ausente incapaz de ver a los ojos a su Rey
Porque aún recuerda claramente como conoció a Viktor.
ฯ Pasado ฯ
Heine no podia quejarse de la vida que le fue otorgada. Sus padres eran betas y ambos servían de una forma u otra a la familia real. Su padre como guardia y su madre como sirvienta. Por el trabajo de su madre como sirvienta en el castillo se suponía que su presencia provocaría problemas pues, ser un omega entre tantos guardias alfas era peligroso. Pero finalmente se llegó a un acuerdo, al igual que los demas omegas en el palacio cada celo lo pasaría en una cabaña que había a un kilómetro más o menos del Castillo, lo mantendría resguardado de todo peligro y al acabar podía volver con sus padres.
Estaba en pleno apogeo de su adolescencia con 16 años, caminaba en dirección a la cabaña días antes de su periodo pues este se mantenía irregular y no quería correr el riesgo de ser atacado en cualquier momento cuando todo comenzó para ambos
El Príncipe (en ese entonces) Viktor von Granzreich, se mostraba impecable mientras montaba su caballo por toda la vereda, Heine sabía que este se había saltado algunos cursos solo para tomarse un "descanso", lo cual no podía culparle, pero para alguien cuyo anhelo es poder educarse, le pareció una bofetada en el rostro
Con sus pensamientos avanzando al igual que sus pasos, el príncipe justo en sus narices detuvo el corcel cuál caballero.
Un perfecto alfa si lo mirabas a la luz del día pero...
—Hola. ¿Estas perdido pequeñín? ¿Quieres ayuda para buscar a tu Mami? —
"Un perfecto idiota" pensó de inmediato cuando volteo a ver al principe, en el suelo mientras sostenía su cabeza. Heine podia culpar a su poca tolerancia en ese entonces y la manera fastidiosa que tenia Viktor al hablarle, sumado a esto el humor irritable que poseía por tener que caminar tanto solo para encerrarse entre tres a cuatro días... Aquello había dado paso a un ataque a la cabeza del príncipe con la rama mas cercana que encontro.
El caballo relincho un par de veces cuando el peso de su amo había desaparecido de su lomo
—Tengo 16 años, no me llames "pequeñín".—
*** continuará ***
ESTÁS LEYENDO
Al anochecer (VicHei)
FanfictionMuchos secretos quedarían en el pasado, acerca de la relación de la familia Real Granzreich con el ahora actual tutor de los príncipes, Heine Wittgenstein. Luego de 9 años sin contacto alguno, los mayores implicados Viktor Von Granzreich (El rey de...