19. 30 cosas que me gustan de ti
Caminé hasta Xavier con mucha confianza. Mi cabello caía sobre mis hombros en ondas y elegí usar un poco de maquillaje, queriendo quedar bien. Era la parte obstinada de mí querer lamentar lo que Malcolm hizo. Sobre todo porque él no podría ganarse mi confianza de nuevo.
Xavier estaba sentado en su escritorio, solo, y estaba leyendo un libro. Me detuve frente a él y esperé a que se fijase en mí, tardó un poco. Estaba tan concentrado en su libro que no podía dejar de verlo, dándome cuenta de que tenía una expresión adorable. Eso era exactamente por qué lo elegí.
Cuando finalmente se fijó en mí, sus ojos se abrieron de par en par con sorpresa. Casi dejó caer su libro y se sonrojó, avergonzado. Le sonreí.
- Oh, hola Daisy – dijo, con la cara roja.
- Hola – dije. – Vine aquí para decirte que sí. Voy a ir al baile contigo.
Abrió la boca con pura sorpresa y no pude culparlo. Lo había rechazado tres veces y de repente le estaba diciendo que iba a ir con él al baile. Me sorprendí incluso a mí misma, pero no había lógica detrás de esa decisión al azar.
- ¿D-de verdad? – farfulló.
- Sí – sonreí. – No puedo esperar.
Me di la vuelta y me alejé, yendo a mi escritorio. Gina me estaba esperando, pareciendo excitada, y le devolví la sonrisa. Pero para mi decepción, mi sonrisa no se sentía genuina. Se sentía forzada e internamente gemí, sabiendo que todavía no estaba satisfecha.
- ¿Ya tienes cita? – preguntó Gina cuando llegué a mi mesa.
- Sí – le dije, sentándome.
- Esto es tan emocionante – dijo. - ¿No estás emocionada?
- Sí – mentí.
La verdad era que sólo accedí porque estaba tratando de olvidar. Sabía que había estado pasando demasiado tiempo con un chico que no lo merecía, por lo que estaba tratando de pasar tiempo con otro chico que sí lo merecía. Malcolm tenía que ser alguien del pasado, pero me di cuenta de que era una tarea difícil. Porque cualquiera que no fuera Malcolm era alguien con quien no quería estar.
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Me encontraba fuera, de pie en el punto donde Malcolm y yo por lo general hablábamos. Era extraño que de alguna manera siempre me sentía atraída por él. Era como un imán que no podía resistir y me pregunto por qué. ¿Por qué él de todas las personas? Simplemente no tenía sentido.
Los chicos eran tan frustrantes. Aunque en realidad sólo estaba pensando en uno, pero lo aplicaba a muchos. Eran tan confusos e irritantes. Era un misterio y me estaba enojando conmigo misma, sabiendo que me estaba convirtiendo en una chica muy básica.
- Daisy.
Mi cabeza se volvió hacia la familiar voz y mis ojos pronto se encontraron con unos azules que había memorizado. Para mi sorpresa, me ruboricé. Pero me puse furiosa, recordando lo que Malcolm había hecho.
- Déjame en paz – dije inmediatamente.
- Daisy – suspiró. – Estoy cansado de hacer esto contigo. Estoy cansado de nosotros, de ir y venr cuando se trata de si me odias o no.
- ¡Tú eres quien causó esto! – exclamé. – Si no fueras tan bipolar esto no sería un problema.
Permaneció en silencio durante un momento, y dejé de mirarle. Mi pecho subía y bajaba rápidamente y me sentí nerviosa. No sabía por qué, pero sabía que quería a Malcolm lejos. Necesitaba salir de mi vida.
- Daisy – dijo suavemente. - ¿Qué hice mal?
- Me tocaste – dije conmocionada. – Sabes cómo me siento ante eso y me ignoraste. No me gusta esa parte de ti.
- ¿Qué parte?
- ¡La parte que piensa que eres perfecto! – volví a exclamar. – Crees que todas las chicas te quieren y que todos los chicos quieren ser tú. Piensas que todo va a ir a ti fácilmente. ¡No me gusta ese lado de ti!
Una vez más,Malcolm permaneció en silencio. Quería que hiciera algo. Pero para mi decepción, no hizo nada. Permaneció suave mientras me miraba.
- Está bien. Admito que no soy perfecto. Nadie lo es, tengo algunos defectos – dijo, metiendo la mano en su chaqueta. – Lo siento por lo que hice.
Abrí la boca para decirle que un lo siento no iba a solucionar nada, pero él negó con la cabeza, me detuve. Con el ceño fruncido, le vi sacar una pequeña libreta.
- Está bien, soy un idiota. Tengo muchas cosas que probablemente odio – dijo, y me tendió la libreta. – Pero tengo esto para mostrarte qué me gusta de ti. Hay tanto y espero que sepas que estoy siendo sincero. Léelo y tómalo como una pequeña disculpa.
Reticente, vi como Malcolm ponía los ojos y me colocaba la libreta en la mano. Era roja y fina. En cuando a la cubierta, mis ojos se abrieron ante el título: 30 Cosas que me gustan de ti. Mi cabeza se volvió hacia Malcolm para preguntarle de qué se trataba, pero él ya se estaba alejando. Abri la boca para llamarle, pero no se sentía bien, así que no hice nada. Mirando la libreta, sabía que iba a leerlo en casa.
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Me senté en la cama. Mi espalda estaba presionada contra el reposacabezas y la libreta sobre mi regazo. Los recuerdos de Malcolm en mi habitación estaban en mi mente y los alejé, sabiendo que tenía que centrarme en el regalo de Malcolm. El título me tenía el corazón acelerado.
Tomando una respiración profunda, decidí leerlo. Abri la libreta y las primeras páginas tenían escrito "Me gusta..." y debajo había más palabras escritas. Esas palabras decían "tu confianza".
Las siguiente páginas hablaban de mi sonrisa, mi descaro, mi terquedad, mi inteligencia, y así sucesivamente. Con todos los adjetivos que leía, mi corazón se sentía más ligero y feliz. Me conmovió, especialmente por descubrir lo que pensaba Malcolm sobre mí. Y es cierto, todo era increíblemente dulce. Tan dulce que me encontré sonriendo por el final.
Cerrándola, suspiré feliz. Cada adjetivo era tan agradable y atento, y supe que había puesto esfuerzos en este regalo. Sabiendo eso, no podía estar enojada.
Cerré los ojos y supe que Malcolm sería alguien que no podía olvidar. Desde el primer día de la escuela, mis ojos siempre estaban atraídos hacia él y ahora mismo se podría decir que también mi corazón.
Era muy frustrante, pero si tenía que ser sincera, también estaba contenta. Cuanto más llegaba a conocerlo, más aficionada de él me convertía.
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Yo sé que pensarán, Malcolm es un idiota, pero luego ven estas cosas y pensarán como Daisy, no lo es tanto...
¿Qué les pareció?
Ya se viene lo interesante...
cheeky love, xx
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El Playboy quiere Besarme, [SP#3] | ✓
Teen FictionTodo empezó por un juego y un beso. La pobre Daisy pasó de no tener ningún pretendiente a tener docenas. Incluyendo al playboy de la escuela.