2. Cómo conseguí el beso
Estábamos en la clase de inglés del señor Arthur. La clase estaba a oscuras y la única fuente de luz era la proyectada por el PowerPoint; no me importaba demasiado porque me encantaba la oscuridad.Sin embargo, estaba aburrida; a pesar de que sólo habían pasado diez minutos desde el comienzo de la clase. Sabía que debería estar prestando atención a la lección, mis notas no eran las mejores y debía mejorarlas, pero no podía concentrarme. Lamentablemente, Gina sí que estaba escuchando con atención, así que me quedé mirando fijamente mi mesa.
Después de unos minutos que se me hicieron eternos y cuando mi mesa ya no me pareció tan interesante, comencé a mover los ojos por toda la clase. Entonces, me paré en alguien que había estado observando últimamente, lo miré, y por extraño que pudiese parecer, no podía evitarlo.
Malcolm estaba echado hacia atrás en su silla mientras miraba la pantalla; me di cuenta de la expresión neutral en su cara y supe que no estaba prestando demasiada atención. Lo miré fijamente, preguntándome qué podía estar pensando. Sus piernas estaban estiradas y su rostro era impasible, tenía una mirada de aburrimiento en su cara. Entonces, me tomé tiempo para observarlo más detenidamente.
Malcolm era alto y delgado. Su cabello era de un color castaño tirando a rubio, y por lo general siempre lo llevaba peinado hacia arriba. Sus ojos eran verdes y su piel siempre estaba bronceada. No podía negar lo obvio; él era atractivo pero de una manera convencional. De una manera que atraía mis ojos hacia él inconscientemente. Sin embargo, era un completo y real idiota. No entendía por qué me tomaba mí preciado tiempo en mirarle; sobre todo porque odiaba quién era.
Como si se hubiese dado cuenta de que estaba pensando en él, Malcolm de repente me miró. Pareció sorprendido cuando nuestros ojos se encontraron. Genuinamente, enrojecí y miré hacia otro lado. Esta era la segunda vez que me pillaba mirándolo y pronto sabía que haría o diría algo al respecto. Odiaba la simple idea de ello.
Por el resto de la clase no me atreví a lanzar ninguna mirada en su dirección, ni siquiera levanté la mirada para mirar el PowerPoint; es de locos y probablemente exageraba, pero sabía que si volvía a levantar mi cabeza mis ojos se iban a ir hacia donde él estaba. No podía permitírmelo.
Era algo extraño que mirase a este tipo y esperaba que nadie más pudiese saber de mi mal hábito.
Cincuenta mil minutos después, la campana que indicaba el final de la clase al fin sonó. Todos comenzaron a levantarse y a recoger sus cosas, yo hice exactamente lo mismo; sin levantar, obviamente, la cabeza.
- Oh, mira Daisy. Hoy Malcolm está guapísimo. - Gina se acercó y me había cogido del brazo para girarme. - Qué culo. Me encanta como viste, ¿no crees que viste genial? Por Dios es que este chico cada día está más guapo.
Me zafé de su agarre.
- Pos no. - Dije, caminando lejos y sin levantar la mirada.
Odiaba sus momentos de fangirl, que para mi desgracia, sucedían todos los días. Siempre hacía comentarios de ese tipo, no sabía por qué pero tenía una extraña obsesión por su trasero. A veces incluso pensaba que si por ella fuese se casaría con su trasero y no con Malcolm. La verdad, yo no veía nada de interesante en un culo; ni que fuese una obra de arte.
Por Dios.
- A veces pienso que eres lesbiana. - Comentó Gina.
Me giré hacia ella de inmediato. Daba las gracias al señor por tener una amiga como ella.
- ¿A qué viene eso? - Le dije molesta.
Porque a ella le gustasen los tipos menos adecuados y a mí no, no significaba que fuese un bicho raro o lesbiana. No tenía nada en contra de las lesbianas, pero sabía a la perfección que yo no lo era. Me pasaba el día entero leyendo novelas románticas de Wattpad e imaginándome a mi chico perfecto; los póster en bañador de Justin Bieber en mi armario creo que podían dar a entender que de lesbiana tenía lo mismo que de rubia. Es decir, nada.
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El Playboy quiere Besarme, [SP#3] | ✓
Teen FictionTodo empezó por un juego y un beso. La pobre Daisy pasó de no tener ningún pretendiente a tener docenas. Incluyendo al playboy de la escuela.