23. Veinticinco razones por las que no puedo dejar de pensar en ti
Era obvio para entonces. Si estaba contenta o no era discutible, pero sólo tenía que admitirlo. Después de todo este tiempo con este increíble y frustrante chico, sabía que me preocupaba por él. Era obvio por la forma en la que no podía soportar tenerlo enojado conmigo.
Con Gina a mi lado en el centro comercial, fuimos a una tienda de artilugios extraños. Gina estaba buscando un regalo de cumpleaños para Archer y yo estaba mirando las revistas y cuadernos que allí había. Todas me recordaban a la que me había dado Malcolm. Curiosa, comencé a observar todas las que había.
Mis ojos inmediatamente se posaron en un cuaderno que decía "Veinticinco razones por las que no puedo parar de pensar en ti." Y sonreí. Lo cogí y me lo quedé mirando, era similar al que Malcolm me dio. Tuve un repentino impulso de querer dárselo. Sabiendo que nunca le regalé nada, decidí hacerlo.
Con lo que llevé la libreta a la cajera y lo compré. A pesar de que Malcolm me había perdonado, sabía que quería darle algo. Tenía sentido después de lo que me dio.
▬▬▬▬❀▬▬▬▬
- Toma – dije, entregándola la libreta a Malcolm.
Mis manos temblaban ligeramente mientras le daba el cuaderno y me sentí vulnerable, sabiendo que estaba confesando lo que realmente pensaba de él. Con él justo frente a mí, a punto de verlo, tenía náuseas de los nervios.
- No tienes que hacerlo – dijo, mirando la pequeña libreta de color azul. – Daisy, me siento halagado.
- No lo leas ahora – dije, nerviosa. – Por favor.
- Pero... - Malcolm me puso mala cara. – Tengo que saber lo que me has dado.
Negué con la cabeza, sintiendo el sudor acumularse en mi frente. Estábamos fuera y hacía calor, pero sabía que no estaba sudando por eso.
- ¿Por qué no? – preguntó. – Vamos Daisy.
- Es vergonzoso – respondí. – Léelo en casa.
- Por favor, Daisy.
- No.
- Vale – suspiró. – Cinco páginas. Sólo eso.
Negué con la cabeza. La escuela estaba a punto de terminar. Podía esperar dos horas para leerlo.
- Cinco páginas – de repente, Malcolm me dio una mirada triste, lo que le valió un gemido. – Eso es todo lo que pido.
- Está bien – me quejé. – Adelante.
- Bien – sonrió, moviendo los ojos hacia el título. – Veinticinco razones por las que no puedo dejar de pensar en ti.
Malcolm se detuvo en el título, causando que me sonrojara. Él no reaccionó, pero sus ojos estaban sobre el título, causando que quisiese morirme de vergüenza. Afortunadamente, él pasó a la primera página...
- No puedo dejar de pensar en: cómo eres tan exasperante – leyó, levantando las cejas.
Pasó la página.
- Qué tan molesto eres.
Malcolm me miró como preguntándome si iba en serio. Sonreí tímidamente y él movió la cabeza. Pero, estaba contenta de ver que estaba sonriendo.
- Tu terrible encanto – leyó, y volteó la página. – Tus malos chistes.
Malcolm se rió y yo también. Me preguntaba por qué me sentía vulnerable al mostrar esto.
ESTÁS LEYENDO
El Playboy quiere Besarme, [SP#3] | ✓
Teen FictionTodo empezó por un juego y un beso. La pobre Daisy pasó de no tener ningún pretendiente a tener docenas. Incluyendo al playboy de la escuela.