Capitulo 10: Encuentro.

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-Mierda- exclame entre dientes al despertarme, sin levantarme sentí al cachorro acurrucado en mi cuello, con mi única mano lo levante y me senté quejándome de mi espalda.

Puse al cachorro en mi regazo, este solo se estiro y siguió durmiendo.

-Creciste ¿eh? Perro- dije al ver que el peliche era un poco más grande que mi mano.

Me levante quejándome del dolor en mi espalda y envolví al peluche entre la única colcha y la sabana.

Entre en el baño, me mire al espejo "Todo normal y todo igual"

Me saque la camisa y la básica, quedando en solo un deportivo negro, me mire fijamente -¿Qué mierda?- me pregunte al ver una marca roja asomándose por mi cuello.

-Mierda...- me dije al darme vuelta y ver en el espejo agrietado espejo mi espalda.

Tenía moretones de diversos tonos rojos, morados y varios raspones. Agarre mi básica y vi que tenía un poco de sangre en ella.

Suspire y intente tocarla mi espalda, pero al hacerlo apenas, sentí dolor. "Que desastre" me dije mentalmente, levante del piso una camisa de color azul oscuro y fui a la cocina.

De la mini heladera abrí como pude una lata de cerveza barata y me la acabe de un trago, la tire en el lavamanos de la cocina.

Agarre mi celular y vi un mensaje de Marcus avisando que mi parte del dinero estaba esperándome en su casa.

Cocine un poco de pollo y lo corte en pequeños pedazos para el cachorro.

7:50 de la mañana, el día seguía muy oscuro, envuelto en sabanas y colchas baje al cachorro a su cuna, puse su plato de pollo en el mesón de la cocina.

Al salir de la casa, mire el cielo, nublado y gris, podía oler la lluvia. El día congelaba pero no demostraba que me afectaba.

Camine a casa de Marcus y toque a la puerta, al escuchar nada, lo volví a intentar. Hasta que escuche quejarse.

-¿Yu? ¿Qué haces tan temprano?- solo sonreí ante él.

-Vine a recoger mi parte- dije sin más al reírme de sus quejidos.

Marcus no tenía nada puesto solo unos calzoncillos, tenía el cabello despeinado y una cara de sueño graciosa.

-¿No te hace frio?- pregunto luego de volver con una bolsa en su mano derecha.

-¿Y a vos?- le pregunte.

-Sí, me hace frio y ya me voy a dormir... Buenas noches Yu-

-Buenas noches Marcus- dije con mi típica sonrisa y cuando cerró su puerta. Me di vuelta, camine en dirección a casa.

En las calles, transitaban poca gente y también muy pocos autos. Antes de girar al callejón donde se encontraba mí casa, subí unas escaleras de la entrada del departamento que se encontraba delante y toque el primer timbre del tablero que se hallaba en la pared de este.

-¡¿Qué mierda quieres?!- salió un grito de la nada del parlante que estaba arriba de los botones.

-Soy yo- dije con seriedad.

-¿Rummis? ¿Qué quieres?- me respondió enojado.

-Vengo a pagarte -

-Está bien, entra de una puta vez- me dijo con veneno y luego escuche un sonido de la puerta.

Entre a los departamentos, el lugar es de calidad, un piso negro y blanco, paredes blancas sin ningún rayón o pintura agrietada, masetas con platas y cuadros, puertas de madera con manijas doradas, cada una con números.

LAS COSAS RAMDON Y TODO LO DEMASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora