Con mi espalda pegada la pared, con el corazón a mil por cien, una respiración temblorosa, una mano de carne y hueso que no paraba de temblar a mi lado izquierdo.
-Necesitamos que nos diga donde vive la señorita- escuche que demando una voz desconocida, pero sé que son de los pedigrí.
-¿Qué quieren ustedes con Ruumis?- esa es la voz del soldado. Se nota la amargura a kilometro.
Mire al cielo gris y sus nubes perezosas encima de mí. Sentí como si todo se burlara de mi mala suerte. Fruncí el ceño hacia el cielo pero una sonrisa burlesca se formo en mi cara.
-La señorita Tier... Busca alguien con la descripción y características muy similares a las que posee la niña que trabaja aquí- una voz femenina con tono mandón.
En ese instante quise salir de mi cuerpo y golpearme hasta hacerme mierda, por lo estúpida que fui al ayudar a ese saco de sangre de casi mismo genes que el mío. Me quería morir por la mierda que me pasa por ayudar a la estúpida gente.
"¿Por qué a les gusta complicar las cosas? ¿No podía dejarme en paz? ¡Por la pizza, me pagaron para llevarte a los perros pedigrí! ¡¿Y así me lo agradeces?!"
Mi vista seguía fija en el cielo y mi sonrisa no se borraba, aunque mi cabeza este llena de los pensamientos deprimentes. Mis sonrisas y risas no se despegaban de mi cara.
"Piensa... Piensa. Lo mejor será irme a la mierda y desaparecer... Fácil total ni siquiera existo"
-¿Cómo? ¿De dónde conoce a Ruumis Yu?- escuche al soldado preguntar con voz seca y neutral.
-La señorita, describió a una joven mujer de pelo negro y ojos oscuros con una mano temblorosa y otra ortopédica-
Me mataría yo misma por haber sido tan estúpida.
-¿Cómo se conocen? ¿Por qué la busca?-
-Si quiere saber más sargento. Si quiere saber más, se lo diré en nuestra Sede- le indico esa voz afeminada, se me venía a la mente que la propietaria. Y ahora los perros falderos de raza pura del gobierno, me molestaran la poca existencia que tengo. Lo único que podía hacer si la situación se llegara a volver extrema... no tendría más que ir a hacer brujería y vender mi alma al diablo.
Los pasos, pude escucharlos y después la puerta cerrarse. Me levante de esa pared y sin despegar la mirada del cielo grisáceo, solté una risilla por toda la mierda que iba acumulándose.
Mire hacia la ventanilla de la Cueva y solté un suspiro. Acababa de perder un trabajo y no tenía idea si estos perjudicaran a Marcus.
Camine, mentida en mis pensamientos ridículos y jodidos. Llegue a casa e ignore el saludo de Marcus, levante al cachorro y fui al baño.
Abrí el grifo, regule la temperatura con el agua y cuando estuvo tibia, metí bajo del agua al cachorro y de inmediato empezó a enloquecerse. Lo mire con una sonrisa malévola, intentando todo lo posible que no se lastime, empecé a limpiar mi sangre de él. El agua se hacía roja y marrón por este; después de usar un poco del shampoo de Marcus. Camine con él en mis manos, quien tembló sin parar en toda la corta caminata hacia la habitación y lo envolví con la misma toalla que use anteriormente.
-¿Qué paso allá?-
Levante mis ojos del cachorro y vi a Marcus con un secador de pelo en sus manos.
-Aparecieron los perros pedigrí y del Mar- respondí con el ceño fruncido unos segundos para luego volver a mi típica sonrisa de retraso mental. Y secaba al cachorro con mi toalla.
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LAS COSAS RAMDON Y TODO LO DEMAS
Casuale¿Que pasa cuando no tienes nada que justifique tu existencia? ¿Y si tienes total libertad? Aprovechando de las situaciones que suceden de manera random a los demas, buscando obtener ventajas y beneficios de esta. Evitando las consecuencias o dejando...