El dinero manda

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Conversación dialogo eso. Por ejemplo: -bla bla bla-

Pensamiento, por ejemplo: "bla bla bla"


Capitulo 1: El dinero manda


Escuche incluso a través de mi sueño las gotas de la lluvia caer creando una sinfonía contra el deteriorado techo de lo que le llamo mi casa. Se había anunciado una tormenta el día anterior aunque no estoy del todo dormida, navego entre el consiente y el inconsciente.

El olor a tierra mojada me reconforta y me tomo la decisión de seguir en el sofá que es mi cama. Los truenos hacían temblar mis ventanas y la puerta aunque alumbraban de vez en cuando lo note aun con los ojos cerrados. Las tormentas y lluvias son mi canto de cuna.

Mi celular sonó... perturbando mi estado de relajación.

Con gran esfuerzo abro mis ojos, busco sin mover un musculo mi celular con la mirada, empecé a palpar el suelo con mi única mano al no encontrarlo, lo siento y sin ver, contesto la llamada, me acomodo mientras espero a quien sea que hable.

— ¿Ruumis?— reconozco la voz de Dolores.

Paso mi mano por mi despeinado cabello — ¿Si?— mi voz sonó adormilada.

— ¿Estabas durmiendo? ¿A estas horas?— me pregunta con un tono un tanto irónico como sino creyese que alguien puede dormir a las 7 de la tarde.

— Si, estaba durmiendo. Es un buen día para dormir— respondí aguantando un bostezo.

— Si, es buen día pero no para dormir — escuche su risa.

— Dormiré cuando tenga ganas y a la hora que se me dé la gana, no hay contrato que me lo impida. Además esta lindo para dormir— mi cara formo una sonrisa perezosa y me acurruque aun mas en aquel sofá.

Conocí a Dolores desde hace algunos años, trabajo para ella y es una buena jefa como amiga.

— Bueno... necesito tu ayuda— abrí mis ojos al escuchar esa frase que normalmente siempre venia acompañada con problemas en todos lados.

— ¿Mi ayuda? ¿Eh?— le pregunte con un tono que le daba más de un sentido aunque mi sonrisa seguía perezosamente contra el respaldo del sofá.

—Necesito que cuides de la Cueva por algunos días— ignorándome como siempre, parecía que nunca me iba a seguir el juego — Claro que te pagare.

— Entonces ya no sería considerado como una ayuda pero que más da... el dinero manda ¿Cuándo?

Escuche como suspiro del otro lado de la línea pero espere pacientemente que me contestara— Tengo un asunto con un amigo, necesito que cuides de la Cueva por un mes...

"Y a mí que me importa tu asunto con tu amigo" bufe al escuchar lo innecesario.

— Bien...— iba a decir algo más pero me interrumpió.

— Si no es mucho pedir... — su voz dudo unos segundos, cerré los ojos esperando a que terminara — ¿Puedes venir hoy?

— Claro que si, el dinero manda. Nos vemos más tarde mujer— y sin más colgué, quede viendo fijamente el viejo aparato entre mis manos.

"A la próxima lo dejo en silenciador"

Lo tire al piso sin cuidado, escuche como reboto contra él y me dispuse a volver a dormir. Pero volvió a sonar.

"¿Acaso hoy a todo el mundo se le dio la maldita ganas de llamarme?"

Quejándome y maldiciendo cualquier nombre que se me cruzara por la mente, agarre rápidamente al maldito celular. Me senté en el sofá con sueño y frustración.

— ¿Hola?— respondí con cansancio y mal humor sin ver quien carajos me llamo.

—Buenas noches, quería hacerle una oferta, nuestra línea de...—

Sin dejar que termine de hablar la operadora, corte la llamada y con gran enojo lo puse en modo silenciador. Tire mi celular a cualquier lugar lejos de mí.

"¡A la mierda!"

Me levante del sofá, pues ya se me fue el sueño, refunfuñando camine hasta el baño sintiendo el barro seco bajo sus pies. Mire al piso notando lo sucio que esta y el techo como las paredes note las manchas de humedad que forman siluetas provocadas por la tormenta. Me dedique a mirar mi casa unos segundos, admirando lo pequeña y deteriorada que esta. Solté un suspiro cuando una gota cayó en mi cabeza y termine entrando al baño.

Encendí el foco de baja calidad que cuelga encima del espejo, abrí el caño del lavamanos y me enjuague la cara para quitar los rastros de sueño. Me mire en el espejo agrietado...

Mi reflejo, mi rostro mojado por el agua con algunos mechones negros ondulantes pegados en el, me fije en mi cabello note lo poco que creció desde que me decidí a cortarlo, ahora que solo llega hasta mis hombros y mis ojos de un marrones tan oscuro que en el espejo parecen negros... vacios.

Note nuevos lunares en mi piel blanca "¿Cómo se hacen?" Pensé al verme.

Podía ser tan abierta con todos y a la vez mentirosa. Esa habilidad me hacía buena en mis trabajos y con mis contactos. Se me vino un montón de cosas innecesarias a la cabeza al verme en aquel espejo, recordando una de las habilidades que desarrolle con los años. 

Me salpique agua y salí decidida a por una lata de gaseosa.



Bueno este es el primer capitulo corregido, espero que les haya gustado y gracias por leer esta historia.


MUCHAS GRACIAS

LAS COSAS RAMDON Y TODO LO DEMASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora