Capitulo 3: ¿compañero?
Habían pasado una semana, no había surgido problemas como llamadas de potenciales clientes, los días transcurrieron normales, me levantaba de lunes a jueves temprano a abrir la cueva, limpiaba y enceraba los pisos, las sillas y mesas , acomodaba la barra y ayudaba de vez en cuando a Matías en la cocina.
Y de viernes a domingo la Cueva debía de abrirse a la tarde y cerrarse a la madrugada del otro día.
Ningún accidente con los clientes, por suerte Dolores había abastecido bien el almacén antes de salir, por lo que no tenía que preocuparme por si nos quedábamos sin algo.
Viernes, en la cueva solo había menos de 10 clientes y todos dormían, limpiaba la barra, solo la tele se escuchaba, las 3 de la madrugada marcaba el reloj de la cocina, el noticiero era aburrido, "muerte y muertes, un robo ¡¡una rebaja de precios en el supermercado!! Debo de pasar por ahí"
Tenía que reabastecer mi heladera "mini heladera mejor dicho", mientras acomodaba las bebidas en los frízeres, escuche la puerta abrirse, lo cual era extraño ya que ninguno de nuestros clientes aparecía a estas altas horas. Al mirar hacia a la entrada, "¡Vaya que mierda!".
Un militar, "un puto soldado" pensé al verlo sin ninguna expresión que traicione mi poca existencia, el perro era alto, de tez morena, pelo negro un poco largo y despeinado, vestía el uniforme de los militares del Cuerpo del Mar, pantalones negros con botas del mismo color de cordones blancos, una camisa azul oscuro donde podía ver varias insignias, en su cinturón colgaban esposas plateadas, esos palos con los que golpean a la gente y una pistola enfundada
El país poseía dos fuerzas. El cuerpo del Mar, se encargaban de situaciones donde se utilizan la fuerza bruta y El faisnes encargados de los asuntos internos, gente muy inteligente pero todos ellos son iguales "perros del gobierno", todos nadaban en dinero, no importaba de que rango eran con solo poder entrar a alguna de las dos fuerzas ya tenias la vida resulta.
En todos mis años trabajando nunca vi ningún perro por aquí, al entrar recorrió todo el lugar con su mirada, hizo una mueca durante su "inspección" y cuando se fijo en la barra frente suyo, sus ojos parecían ser de color oscuro todo su cara adornada con un ceño fruncido, "un amargado malhumorado", pensé lanzando un suspiro, se encamino a la barra a paso firme al clásico estilo de amargado enojado arrogante. Se sentó y me acerque dispuesta atender al cliente.
-Hola ¿Qué le puedo servir? – me pare frente suyo, el me inspecciono con la mirada, ahora que lo tenía cerca pude notar ojeras en esa mirada malhumorada de amargado con ceño fruncido.
-Dame algo muy fuerte- dijo sin más, asistí en respuesta y me aleje a por su bebida.
"Algo, algo fuerte, fuerte" pensé, lo único mega fuerte era el licor casero de Dolores, casi nunca nadie lo pedía ya que nunca podían acabar una botella sin saludar a la mesa y caer dormidos. Pidió algo fuerte y esto es lo más fuerte de la casa, así que ni modo, "lo que el cliente quiere es lo mejor".
Agarre la botella y un vaso, lo puse frente al soldado gruñón con gran habilidad la destape, sirviéndole. Desde que abrí la botella y empecé a llenar el vaso el miraba fijamente mi mano izquierda que temblaba como siempre pero con la practica ya casi nada tiraba ni derramaba, me había acostumbrado al temblor constante de mi extremidad superior izquierda quien a pesar de todos los años temblaba desde que me dormía hasta que me levantaba, un temblor que no descansa nunca.
También me había acostumbrado a las miradas pero desde siempre me valió mierda lo que piensan y apianaban los demás.
Termine de llenar el vaso y coloque dos hielos dentro, coloque la botella al lado por si quería más, y me aparte al otro extremo de la barra a seguir trabajando. Limpiando lo sucios vasos y demás.
El soldado amargado observo el licor de color marrón amarillento con espuma y algunas burbujas, cuando termino su inspección, tal acción de su parte me dio gracias "¿pensara que esta envenenad?" me pregunte con un sonrisilla.
Al beberlo hizo una mueca y su ceño fruncido se profundizo pero aun así se termino todo el licor, se volvió a servir. Después de eso deje de darle importancia.
Había pasado poco tiempo —Disculpe ¿me puede dar otra botella de este licor?— mi atención volvió hacia él, disimule mi sorpresa al ver que se había acabado todo la botella y quería otra. Inmediatamente saque otro licor de Dolores, llene su vaso agregándole dos hielos más y coloque la otra botella al lado.
Volví a mis quehaceres, algunos clientes se estaban despertando, me saludaban y tambaleándose salían de la Cueva.
5 de la mañana y solo quedaba el soldado, quien se había bebido más de cinco botellas y todavía no estaba noqueado en la mesa. El no dijo ni una sola palabra que no sea pedir más del licor. Su séptima botella estaba vacía y su miraba perdida en el vaso, aun en todo el momento desde que llego no desapareció ese ceño fruncido ni su expresión de amargado, lo único que cambio eran sus ojos que ahora eran vacios, sin decir nada se levanto dejo el dinero al lado de su vaso y se marcho.
Sin darle tantas vueltas a lo que le pasara a ese cliente, guarde el dinero, levante las botellas vacías y lave el vaso, pase barrí el piso y por fin cerré la Cueva.
Alce la mirada al cielo, siempre lo mire desde pequeña al igual que el agua del mar o un charco al estar en un parque, me daban alivio aunque suene extraño era reconfortante de alguna manera apreciarlos.
Camine a hacia mi choza de pobre que estaba en medio de ese callejón entre esos grandes rascacielos departamentales.
En mi recorrido empezó a lloviznar suavemente, no eran pequeñas gotas sino grandes pero no lo hacían a chaparrones, la llovía no me molesto en lo mínimo ni mi paso cambio, mi mente en blanco, no pensé en nada. Me falta dos cuadras y llegaba a mi casa, pero un lagrimeo me interrumpió, me pare e intente localizar de donde venia. Espere a que sonara de nuevo y al escucharlo me dirigí hacia el sonido, desviándome un poco de la ruta hacia casa.
A una cuadra de casa gire y no muy lejos de la esquina me encontré un cachorro que intentaba liberar su pata de una bolsa mientras lloriqueaba, "¿Qué hago? ¿Lo llevo o no lo llevo, lo llevo o no?" Me debatía internamente, "mierda y mas mierda qué más da, a la mierda todos" maldije me acerque, el cachorro al verme intento acercarse a mi corriendo pero la bolsa se lo impidió provocando que se callera, golpeándose con el piso, hice una leve mueca y me agache frente él. Tenía un pecho blanco, apenas bigotes de igual color junto a todas sus patas, unas cejas naranjas que también salpicaban en sus patas y todo su lomo hasta la cabeza negra con orejas caídas de igual color que terminaba mezclándose con el anaranjado lomo. Al agarrarlo con mi mano robótica me di cuenta que temblaba casi igual que mi extremidad izquierda y era muy delgado. Cambie de mano y lo sujete con mi temblorosa mientras con la robótica rompí la bolsa que tenía su pata, no era nada grande per casi del tamaño de mi mano.
Lo envolví con mi campera y con paso rápido me dirigí a casa, entre poniendo al cachorro en el sofá lo más rápido posible, lo cubrí con todas mis mantas, sabanas y mi almohada. Me adentre en mi pequeña cocina, abrí la mini heladera, solo tenía un poco de carne, casi nada para mí pero suficiente para el cachorro.
Termine de cocinar, agarre el plato que suelo usar, pero me valía mierda la higiene, corte la carne en pequeños pedazos y la coloque en el piso frente al sofá, el cachorro dormitaba. Lentamente lo desperté y lo puse frente al plato que en segundos empezó a devorar toda la carne picada, lo mire sentada en el frio piso mientras veía como comía. Al poco tiempo relamía el plato sin prisa alguna, cuando perdió interés en este, lo lleve a la cocina "parece que no necesita una lavada" pensé.
—Ven aquí perro— le dije mientras lo levantaba del suelo interrumpiendo su curiosidad, lo envolví nuevamente y al poco tiempo se durmió "parece que por hoy duermo en el piso ¿eh?" me acomode y apoye mi cabeza en los desgastados cojines del sofá junto al cachorro.
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LAS COSAS RAMDON Y TODO LO DEMAS
Diversos¿Que pasa cuando no tienes nada que justifique tu existencia? ¿Y si tienes total libertad? Aprovechando de las situaciones que suceden de manera random a los demas, buscando obtener ventajas y beneficios de esta. Evitando las consecuencias o dejando...