Capitulo 21: La lista.

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Capitulo 21: La lista.

Una semana paso desde lo ocurrido, solo salía para hacer las compras y ayudar a Marcus en la casa. Además de pasear con el cachorro, cada que salía de la puerta y siempre mire el cielo, siempre estaba alerta, con mi vista en todos lados y sospechando de todos a mi alrededor.

"Supongo que así se siente un prófugo"

Marcus después de proponerme esa idea, no hablo más de ese tema y no volvió a mencionar a mi hermana recién encontrada. Bueno solamente cuando la pendeja aparecía en la tele, el empezaba a hablar de lo novelesco que sería encontrarnos y se preguntaba si esa niña armaría un show al conocerme.

Veía al cachorro jugar con el pasto, que al ser tan enano le rosa el pecho peludo que tiene, mordisqueaba y daba saltos, ladrando de vez en cuando de manera juguetona que hacia agrandar la sonrisa en mi cara.

La copa del árbol me cubría del sol que bañaba con su luz los alrededores, el lugar lleno de risas y voces de la gente como otros que traían a sus animales a jugar aquí.

Suspire mientras apoye mis codos en mis piernas y repose mi cabeza entre mis manos, el cachorro saltaba entre la hierba alta, dándome una imagen en mi mente de un conejo entre estas. Solté una risilla al llegar eso a mi cerebro y aire salió entre mis labios en forma de humo. Ya había perdido la cuenta de cuantas veces me quede mirando el vapor que formaba mis pulmones. Alentándome a perderme en mi mente.

Aunque el sol este todavía el frio reino. El sonido de mi celular interrumpió mi tren de pensamiento, lo saque y Marcus apareció en la pantalla.

-Hola ¿Qué carajos pasa?- pregunte mientras seguía al cachorro con mi mirada.

-León, tiene trabajo para nosotros-

-¿Cuál? ¿Dónde? ¿De qué trata?- pregunte mientras baje mis piernas para que el cachorro suba a mi regazo.

-Hoy, cuando el sol se oculte y la luna salga. Tenemos una semana para terminarlo-

-Bien, nos vemos en tu casa- colgué antes sin dejarle tiempo a contestar.

Mire a los demás en el parque verdoso, todos reían y precian disfrutaban el momento, se veían felices. Hice una mueca de asco al ver una pareja en su nube de azúcar.

"¿Por qué carajos no se van a su casa? ¿Qué necesidad de dar cáncer tiene a los demás? ¿Acaso no piensan en los pobres solteros y los infelices por culpa de su pareja? Seguro les dan ganas de atropellar a esas estúpidas parejas"

Mire al cachorro que al conectar su mirada conmigo me lanzo o un intento de beso. Solo sonreí y solté una pequeña risa al ver sus intentos de llegar a mi cara. Con una sonrisa me acosté despacio en la hierba, permitiendo al cachorro estar encima de mí y atacar mi cara con su lengua para luego morder con delicadeza mi nariz.

-¿Ruumis? ¿Eres tú?-

Reconocí esa voz, esa femenina voz que no quería escuchar, ya que gracias a esa personita, me complico la poca existencia que logre tener en esta sociedad de tontos e ignorantes. Con mis dos manos levante al cachorro de encima, quedando en el aire y pude verla.

Samay, tan elegante o menos. Frente mío parecía que iba a una gala y no a pasar el rato en el parque. Sin más volví a colocar al cachorro en mi cara para evitar verla.

-Estuve muy preocupada porque desapareciste sin más y mi hermanito también-

Su voz tuvo un toque de lo que decía sus palabras y además ¿Enojo? No podía decirlo con seguridad pero opte por no responder nada y dejar que el cachorro lama mi cara.

LAS COSAS RAMDON Y TODO LO DEMASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora