- Capítulo 13 -

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Hola a todos! nueva actualización, se que algunos están preocupados con lo que viene, recordar toda historia tiene sus altos y bajos, en capítulos próximos tendrán quizás mas detalles de lo que paso, aunque en este leerán un poco de las consecuencias, espero no tengan problema con lo que vayan a leer en los capítulos, ya que se algunos las partes de violencia poco les gusta. Dejar sus comentarios ya que son bienvenidos. 

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Cuando llegue a su edificio y subía el ascensor sentía un tanto de nervio, caminaba insegura en su planta y una vez frente a su puerta vacile antes de tocar el timbre, la puerta se abrió lentamente y no la vi por ningún lado; entre y eche un vistazo a mi alrededor, casi todo oscuro menos la habitación de la sala que tenía luz encendida, me gire a cerrar la puerta y entonces la mire.

Estaba medio encogida detrás de la puerta, apoyada en la pared y apenas lograba sostenerse en pie, llevaba su bata corta negra de seda; pero no se había abrochado el cinturón, así que podía ver no llevaba nada por debajo; tenía la cabeza inclinada y las manos apoyada una en la rodilla y la otra en la pared. Cuando levanto la cabeza y me miro "¡Dios mío!" exclame horrorizada, su cara estaba cubierta de sangre y ni siquiera le veía los ojos, rápidamente la tome en brazos y trate de sujetarla, dejo escapar un gemido de dolor "¡Dios mío!" me oí repetir, la cogí de los brazos e hice caso omiso de sus gritos de dolor "Ven" le susurre "Tengo que llevarte a la cama" se quejaba a cada paso.

Lo primero que pensé fue en el cuarto de la sala, es donde trabaja y está abierto, medio camine y mire era un poco desastroso el sitio, las sabanas casi por la puerta y pensé no sería buena idea meterle de nuevo ahí, así que con más dificultad y aún más largo hasta su habitación; abrí la puerta y la ayude a tumbarse lo más despacio que pude, gemía de una forma espantosa, la mire y me sentía totalmente impotente.

"¿Qué paso?" le pregunte, intento contestarme pero tenía los labios partidos y muy hinchados, le hice una señal de que no hablara "Déjalo... ahora no tiene importancia, voy a llamar a una ambulancia" cogí el teléfono que estaba sobre la mesilla de noche. "¡No!" exclamo con decisión y dolor, la verdad no entendía por qué no "Pero tienes que ir a un hospital, es necesario te vea un médico" de nuevo con esfuerzo intento hablar, "Nada de hospitales" susurro con esfuerzo "Nada de policía".

Yo ni siquiera había pensado que tendría que llamar a la policía, era obvio alguien la había atacado, ¿Por qué no querría que lo hiciera? "Se razonable ¡Yo no puedo ayudarte! Venga Amelia que estas herida déjame llamar a una ambulancia, por favor" negó con la cabeza, me sentí muy impotente no sabía qué hacer en esta situación, porque mi lógica me decía llamar una ambulancia pero ella no quería y luego de eso no sabía que más sugerir.

Siguió quejándose y yo pensé debía hacer algo, trate de calmarme y recordar números de teléfono, ya que deje el móvil seguro en el carro, lo primero fue Addie pero paso al buzón así que aún no aterriza su avión, no quería llamar ni Angie menos Alex; quizás Matt sea de ayuda, llame y espere un tiempo en que contestara "Hola" dijo "¡Matt! Soy Cate, llame Addison pero asumo aún no ha llegado, me urge un médico pero de su entera confianza aquí en NY" dije rápido.

"¿Qué te ha pasado? ¿Estás bien?" pregunto, podía notar su preocupación "No es para mí Matt, quizás Addie al llegar te cuente o ya lo hare luego yo, pero necesito me ayudes" espere un momento a que me dijera algo "Bien, creo saber quién podría ayudar, dime la dirección y yo intentare contactar con una doctora que conozco, espero ya esté en casa y no de turno" dijo, respire un poco aliviada "¡Yo también! Gracias por la ayuda, date prisa si" dije, le di la dirección como pidió y colgué.

Conocía bien a Matt y se haría cualquier cosa por ayudarme, lo único que me quedaba por hacer era esperar, lo cual me pareció una eternidad, busque en el baño alguna toallita húmeda y por suerte tenia, comencé a limpiarle el rostro y quitar un poco la sangre; pero al parecer era mala idea ya que se quejaba mucho y deje de hacerlo, le cerré la bata y le puse la manta.

Mi Vida Entre Tus Piernas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora