- Capítulo 23 -

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Nuestro domingo fue un poco más movido y no solo en la cama como el sábado, desayunamos fuera, fuimos a la playa ya que prácticamente la teníamos de frente, nos colocamos unos jeans y así poder ir de la mano por las calles, entramos algunas tiendas y acepto alguno que otro regalo; aunque es muy astuta ya que ella me hizo alguno que otro regalo, como una chaqueta de cuero negra; esta sería mi tercera ya que me encantan tanto y es distinta a las otras, no quise rechazarle su regalo, para que no piense solo tiene que vivir aceptando los míos ya que se no le gusta, además estaba animada con dármela.

Seguimos caminando a los alrededores ya que para los turistas, estas calles cerca del hotel encuentran muchas tiendas, sitios para comer o simplemente son tan tranquilas para salir a caminar, almorzamos y cenamos también fuera, sabía que si pasábamos mucho tiempo encerradas seria siempre en la cama y yo quiero conozca. Ya el lunes sería algo más calmado porque veríamos a mis padres, cosa que la tiene de los nervios "¿Algún día estarás lista? Cariño que se nos hará tarde si te cambias de nuevo" le dije, creo por tercera o cuarta vez "Te lo he dicho ya varias veces, no sé qué usar; no quiero nada muy corto o muy abierto o que enseñe demasiado" contesto desde el baño, lo llevaba diciendo desde hace mucho, realmente me estaba poniendo del nervio a mí también.

"Amelia yo igual estoy nerviosa, aunque ellos saben salgo con chicas eres la primera que conocerá oficialmente ¿No crees yo igual muero de los nervios? Pero aun así ya estoy lista" le dije calmada, cuando la mire aparecer en solo bragas con una cara que no podría descifrar "Eres de lo peor, me estoy muriendo porque conoceré a tus padres y te lo he dicho nunca he conocido alguno, pero según tu para calmarme me dices tú nunca has llevado una chica con ellos ¿Realmente eso va a hacer que me calme?" casi como un grito su pregunta, lo cual ahora que lo pienso tiene razón, no le estoy ayudando. "Dime que puedo hacer para ayudarte, sabes que con gusto lo haré" le hable suave, caminando hacia ella y rozando sus brazos "Dime que puedo usar, así salimos rápido; pero no me vuelvas a decir con cualquier cosa estas bien o que me calme" me regaño, porque es verdad ya lo había dicho antes.

Lo cual no mentía, cerca de aquí hay un restaurante bonito y seguramente comeremos en la terraza, para que ir demasiado bien vestido si el clima cálido te hace querer ir ligero, yo por ejemplo llevo una blusa blanca que la tela me hace relajarme ya que se no tendré nada de calor con ella, falda larga negra con rayas blancas, zapatillas tenis blancas, la chaqueta que Amelia me dio solo por complementar, maquillaje de día y cabello suelto, listo no necesitaba más; así que porque ella tendría que alarmarse tanto, podía usar cualquier cosa.

"Te he visto probarte más de una cosa desde que te has duchado, escogeré una y no me vas a discutir nada, porque si en menos de diez minutos no estas lista, te saco a como estes" le amenace, pero por mi sonrisa ella sabe que es una broma, pero necesitaba terminara ya; solo asintió y me dejo ver lo que tenía, lo cual en un segundo sabía que llevaría ella "El vestido azul resalta tu tono de piel y a juego con la cadena de tu cumpleaños, solo póntelo y voy por unas sandalias bajas azules que compraste ayer, nada de combinar colores no hay tiempo, vas toda de azul" frunció el ceño pero sabía no tenía opción "Serás mi pitufina por hoy" le sonreí "No eres para nada graciosa, pensaran no se combinar; pero vale terminare de vestirme y solo agarrarme el cabello" contesto, me aleje a buscarle las sandalias.

Por fin estaba lista, su maquillaje era un poquito más fuerte que el mío pero siempre en tonos naturales, al final veo se dejó el cabello suelto y se le miraba preciosa la melena larga y rubia, significa que hasta con eso cambio de opinión, ya que dijo se lo agarraría; antes que saliera con algo más la tome de la mano y la saque del hotel, seguramente mis padres han llegado porque me avisaron estaban cerca, cuando realmente la que estaba cerca era yo y llegaremos al último. Al llegar preguntamos por nuestra mesa, conozco bien a mis padres y efectivamente estaban sentados en una mesa un poco retirada del ruido y en la terraza, sentí Amelia apretarme fuerte la mano "Relájate y recuerda que te amo, solo se tu misma" le di un beso en la mejilla "¿Qué pasa si hacen preguntas que no se contestar o que no quiera hacerlo?" dijo en un susurro "Solo mírame y parpadea dos veces y veré que hacer, no estás sola" le dije, seguimos caminando al encuentro con ellos y realmente esperaba todo marchara bien.

Mi Vida Entre Tus Piernas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora