- Capítulo 38 -

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El medicamento que le habían enviado era fuerte o ella estaba muy cansada, había logrado dormir toda la noche; en cambio yo no por estar pendiente si le dolía algo o despertaba, la primera vez que pasamos por esto fue difícil, pero esta vez va más allá; me duele aún más verla así y asumo es porque estamos juntas, también el hecho que se ella ha llevado un proceso como para tener un retroceso como este, cuando por fin me he quedado dormida siento movimientos y me despierto de tirón, ella cierra los ojos con una mueca al parecer no quería me despertara, le cuesta sentarse así que me levanto en silencio y le tiendo la mano, ella de mala gana la toma y le ayudo a levantarse, me indica quiere ir al baño; aproveche estaba ella en eso para poner a llenar la tina, busque en casa donde tenía aquellas cremas para golpe y cosas para poner en el agua.

Le retire la ropa con mucho cuidado, durante la noche cuando le había ayudado yo siempre había estado de frente, en el hospital ella estuvo acostada; así que cuando la sostenía para meterse en la tina fue que note los golpes que tenía en la espalda, la parte baja y en los glúteos, era como si hubiesen usado un cinturón por la forma que tenía, estábamos haciendo todo en un silencio estresante, pero la conocía y sabia era mejor no decir nada. Le lave el cabello y con cuidado el resto del cuerpo, le dije se estuviera un rato ahí dentro mientras buscaba ropa, tome un conjunto gris de sudadera y chándal para que sea cómodo de poner y quitar, deje las vendas limpias, la crema y las bragas sobre la cama, regrese por ella y la saque de la tina.

Odia la ayuda pero se está mordiendo la lengua para no decir nada, con rapidez pero en cada parte le puse crema para luego poner las vendas, según la doctora debía dejárselas un poco apretada, fue cuando hizo un medio ruido sé que le dolió, luego de vestirle le entregue el medicamento; puso los ojos en blanco pero se lo bebió, le cepille el cabello y luego ayudarle para que se acostara. Me vio volver al baño, fui a sacarle el agua a la tina; regrese en busca de ropa y ella solo me observaba ir de un lado a otro, estaba debajo del agua y no podía seguir siendo fuerte, sabia el agua amortiguaba el sonido, llore en la ducha un momento; tenía que o pronto explotaría, salí me seque y cepille el cabello; cambiándome ahí mismo a un set parecido al de ella, yo no es que tuviera ganas de vestirme realmente, así que sudadera y chándal también; color amarillo mostaza con blanco y busque unos tenis blancos.

Estaba por preguntarle si comería algo, cuando me llego un texto de mi madre que estaba abajo y el desayuno listo, no me sorprende que realmente volviera es solo que no pensé ya estaría aquí abajo dando vueltas en la cocina "Mi madre esta abajo para desayunar, te dejaría pensar si quieres o no bajar, pero sabes que no importa donde estés te obligara a comer" le indique, cerró los ojos y suspiro sabía yo tenía razón, así que me acerque a ella esperando decidiera que haría, me extendió la mano y la ayude a levantarse. Su caminar es lento así que me mantengo cerca, pero en las escaleras ella no podría sola, así que se apoyó en mí y bajamos con mucho cuidado, cuando estábamos ya por el último peldaño mi madre por fin nos ve "Como se te ocurre bajarla, pensaba subirle el desayuno" su voz alarmada, acercándose a nosotras "Estoy bien" dice, por fin hablando.

El desayuno fue súper silencioso y esos son los momentos que me pueden la verdad, porque son silencios incomodos; ella comió muy poco la fruta que se le sirvió, se concentró en beberse el jugo y mi madre no presiono viendo al menos lo intentaba, ayude a levantar lo que usamos para lavarse, mi madre guardaba lo que había sobrado, dejamos a Amelia en la mesa; pero de un momento a otro escuchamos el sonido del piano y sabia era ella, mi madre frunce el ceño y se mueve para ver el piano, confirmando su duda.

Quizás con dificultad pero logro levantarse y sentarse ahí sin hacer ruido alguno, yo sigo en lo mío porque no tiene caso diga algo, mi madre se inclina "No sabía podía tocar el piano" realmente está sorprendida "Parece que sabe un poco, pero había perdido la práctica; en ocasiones lo toca pero más cuando está sola, Sarah ya me había comentado que la encontraba ahí al volver de hacer compras, cuando se enteraba ya estaba de regreso se levantaba de ahí" le cuento, así que la siguió viendo a lo lejos "¿Han hablado?" pregunta, yo niego con la cabeza "Tienes que decirle lo que paso" me dice, lo cual es verdad pero no quiero. Nos servimos algo de tomar y de paso llevo un vaso para Amelia y nos sentamos en el salón, paso tocando un rato y nosotras en silencio disfrutándolo, la verdad no lo hace mal y creo el que últimamente practicara le esta devolvió la habilidad olvidada.

Mi Vida Entre Tus Piernas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora