- Capítulo 14 -

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El viaje fue tranquilo y no hubo casi turbulencias, ella se movía y miraba su rostro se arrugaba así que seguro aun le dolía, en una de las ocasiones ella se despertó y pregunto hacia dónde íbamos, le dije estábamos en un avión camino a LA y si necesitaba algo a lo cual ella negó con la cabeza, ya le tocaba su medicina y le di un poco de jugo para que pudiera tomársela, porque estoy segura lleva más de veinticuatro horas sin consumir nada de alimentos o algo que la sustente; la azafata me notifico estábamos por aterrizar y volvió a su sitio, ella se me acerco poco y evitaron ver o molestar Amelia, imagino les parece un poco rara la situación pero no dirán nada.

Al aterrizar despierto Amelia con dolor logra levantarse y le ayudo a ponerse de nuevo los zapatos, tomo mi bolso y el de ella, cuando estamos en las escaleras no sé de qué forma ayudarle así que considero ir por delante y ella apoyarse en mis hombros, alguien ya ha sacado las maletas y veo tenemos una camioneta esperando por nosotros; le ayudo acomodarse atrás y un joven amablemente subió las maletas, me despido y le digo al piloto yo me comunicare con él o Angie para organizar el regreso a NY.

La escuchaba quejarse detrás de mí mientras yo llevaba el GPS con la dirección de su agenda, luego de media hora que llevaba manejando desde el aeropuerto miraba me acercaba a la dirección indicada, no quería despertarle de nuevo porque desde el espejo había notado se había dormido de nuevo y no la escuchaba quejarse más, así que me sentía mal cada que la despertaba o la hacía moverse ya que está muy adolorida.

Comencé a entrar a un lado de la carretera que las casas eran muy bonitas y a la orilla de la playa, cuando note el camino en mi GPS había terminado y me indicaba entrar al lado izquierdo de la calle, era un corto camino y notaba una única casa con las paredes de piedra y grandes ventanas. Una parte de mi pensaba no era el sitio indicado y por otra parte la casa se ve enorme no ubico alguien como Amelia con una casa así, es donde me doy cuenta que poco se de su vida; me detengo en la entrada y veo un aparato y bajo la ventana imagino será un intercomunicador para que alguien habrá las grandes puertas para acceso, no veo botones hasta que entiendo debo abrir una tapita y esta el mini tablero de números, reviso la agenda y noto hay dos códigos, uno corto y otro largo; pruebo con el corto y de inmediato las puertas se abren y puedo entrar con la camioneta.

Veo las puertas automáticamente se cierra y me siento extraña en este lugar, decido despertarla así que me bajo y abro la puerta trasera para estar a su lado "¡Amelia! despierta cariño estamos ya aquí" le digo suavemente, ella con mucha dificultad abrió los ojos que están aún hinchados y se queja siempre en cada movimiento "¿Podrías ayudarme a bajar?" pregunto, asentí y le tendí las manos con cuidado le ayude a bajar, la tome de la cintura y su brazo me rodeo el cuello y así a paso lento caminar hasta la puerta, me pregunto por la llave y registre su bolso dándole unas con un llavero que decía LA, le temblaban las manos y logro abrir.

Al estar anocheciendo dentro esta todo oscuro ya que son casi las siete de la noche, veo pasa la mano por la pared hasta que se enciende una luz y es un corto pasillo al lado derecho están unas escaleras "Esto será un poco demorado, pero prefiero me ayudes a llegar a una cama ya" dice, dejo caer ambos bolsos y algo que venía pensando desde hace mucho, pensaba ponerlo en práctica; sabia le dolería y me costaría un poco pero debía intentarlo "Confía en mí y no sientas miedo, solo quiero ayudarte" le dije, a como pude la tome en brazos y esperaba aguantar todos los escalones, lentamente para no caer pero segura aguantaba el cuerpo de Amelia, luego de un tiempo estábamos en la segunda planta, esta oscuridad no me está ayudando y la oigo susurrar luz en la pared, la apoyo ya en el piso y me saco el móvil del pantalón, pongo la linterna y veo un botón al lado de donde subimos, toco y las luz se enciende y veo habían tres puertas de cada lado.

De frente había una cortina de esas corredizas, ahí tenía un sillón al parecer bastante grande que la verdad se miraba cómodo, una mesa a cada lado con un jarrón de flores artificiales, pinturas en la pared un tanto abstractas y hasta el momento es todo lo que he logrado ver "¿Dónde dormirás?" pregunte "La ultima habitación de la derecha" contesto cansada, la tome nuevamente de la cintura y ella apoyada a mi cuello caminamos lentamente hasta donde indico.

Mi Vida Entre Tus Piernas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora