Prologo

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Era muy entrada la noche y mientras la mayoría de los MacGregor dormía, Un hombre caminaba de un lado a otro mordiéndose las uñas de las manos, sudando frío y con un gesto de preocupación en el rostro ya habían pasado varias horas y aun no tenía noticias; un solo minuto mas y se volvería loco.

-Por los clavos de cristo porque no me dicen nada.

- Tranquilo mi señor, Nuria sabe lo que hace, tenga paciencia las primerizas suelen tardar más- le decía Thrazo su amigo y comandante del ejercito.

- Pero como quieres que me calme si mi mujer grita como si del diablo se tratara.

- Fergus, tantas batallas, tantos enemigos derrotados y te dejas consumir por los nervios que antes presumidas de acero.

- Como tu no pasaste por esto- al instante se arrepintió de sus palabras pues sabia que tocaba una vieja herida en su amigo- perdoname no fue mi intensión...

Thrazo alzó una mano para callar al laird -era el único que se podía dar ese lujo- se encaminó a la ventana dándole la espalda.

- No pasa nada mi laird ya es pasado.

Fergus noto la melancolía de sus palabras​ y se acerco a el poniendo la mano derecha en el hombro de su fiel guerrero.

Ambos quedaron en silencio Thrazo aceptando la disculpa y Fergus mostrándole su respeto cuando del cuarto de al lado, un último grito retumbaba en las paredes.

- mi señor Nuria lo llama- dijo una sirvienta.

Cuando entro a la habitación pudo sentir el aliento de la tragedia sobre sus hombros y cuando fijo la mirada en Nuria supo que   que la muerte había estado en su casa.

- Mi señor lo lamento hice todo lo posible ni ella ni el niño pudieron salvarse.

Fergus se apresuró a la cama donde yacía su mujer entre sábanas ensangrentadas y con la mirada vacia.

Núria se acerco a el despacio pues sabia que tal vez provocaria un ataqie de ira cuando le dijera sobre el bebe.

-Laird hay otra cosa el niño....bueno el, vea por usted mismo- dijo señalando a la cuna.

Thrazo escucho el grito de su  laird y corrió a su llamado solo para quedarse horrorizado ante lo que sus ojos veían.

-Sácalo de aquí entierralo Nuria que nadie sepa de mi desgracia, es mi castigo por traicionar a mi Elinor- decia mientras se arodillaba en el suelo llevandose las manos a la cara.

- No mi señor, es su castigo por negar a su primogénita, ella nació para ser su sucesora y al forzar al destino para engendrar un varon sentenció a dos almas buenas y puras al sufrimiento- le espeto Nuria mientras carbaga el bebe quien epezaba a perder el color sonrosado de su cuerpo cambiandolo por un tono azul.

-¿Mi hija? pero si es una mujer, como puede ser mi heredera, estas loca maldita bruja- se levanto de golpe desenvainando su espada y apuntandole en la garganta- Lárgate sal de mi castillo y dale gracias al señor de que no te corte el cuello vete, veteeeee!

-Vete Nuria- le dijo Thrazo haciendo contacto visual expresandole que todo estaba bien.

Nuria asintio con la cabeza y salió corriendo hacia la salida del castillo llevándose consigo el cuerpo del pequeño, cuando estaba por llegar a la salida del castillo se encontro con la pequeña Idris.

La niña la miraba extrañada y curiosa al ver el bulto en sus brazos. No pudo mas que dedicarle una mirada de consuelo a la pequeña pues sabia que se le avecinaban tiempos dificiles.

-Mi niña, se fuerte no dejes que ni siquiera tu padre dude de ti.

-Nuria mi madre donde esta y mi hermano, por que te vas- se aferro al vestido de la mujer.

- Lo lamento tanto Idris, cuando te sientas sola búscame en el bosque.- dijo acariciandole la mejilla para despues aventarla y asi seguir su camino.

-Porque dices eso- gritaba la niña- no me dejes tu tambien, Nuria Nuriaaa!!!

la pequeña corrio tras de la mujer pero un brazo la sujeto con fuerza llevandola arrastras hacia el castillo.

- Idris donde crees que vas, tu padre te llama, lady Mohaira a muerto- cayo una vez mas al suelo llorando desconsolada.

- Noooo!!!- decía la pequeña mientras Thrazo la abrazaba.

CAOTICOS CAMINOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora