CAOTICOS CAMINOS

Capitulo 37

Ewan y los hombres extendieron un perímetro desde la muralla principal hasta atravesar el bosque, cada hombre estaba colocado a 15 metros de distancia, y a pesar de que abarcaron buen terreno, no encontraron ningún rastro de Idris o de sus secuestradores.

-Debemos tomar un descanso,  no hemos parado desde la tarde, el frió empieza a resentirse.

-De acuerdo, diles que pueden descansar, coman y beban yo iré a dar otra vuelta- Ewan monto su caballo y dejo a Nesser en el bosque con los otros hombres.

Ewan estaba desesperado, no podía dejar de pensar en Idris, quería estrecharla entre sus brazos y besar sus labios de nuevo, ya no le importaba si estuviera o no enojada con el, si le daba la oportunidad de demostrarle el amor que le profesaba o no, solo quería encontrarla con vida.

Enfrascado en sus pensamientos, llego al pie de una montaña donde cientos de aves volaban y cantaban, era como una suave melodía, casi el canto de los ángeles; se detuvo un momento y cerro sus ojos dejando que el sonido lo envolviera provocando una ligera sensación de calma en su desesperado corazón. Tan absorto estaba que no se percato del momento en que la neblina comenzó a llenar los rincones del bosque como una ligera bruma, el nudo en su pecho lo devolvió a la realidad y tras un pesaroso suspiro dio la vuelta en su caballo y comenzó a trotar.

Se sentía derrotado, furioso consigo mismo, dejos salir un grito de frustración e ira cuando los cascos de un caballo lo alarmaron. Tomo su espada y sujeto con fuerza las riendas del animal, esperando que desconocido jinete saliera de entre la ahora espesa neblina; el sonido se hacia cada vez mas y mas fuerte, en medida que se acercaba mas, pero lo primero que Ewan vio fue un lobo demasiado familiar .

-¿Tu? ¿pero?- Ewan regreso la mirada al frente, donde un caballo se detenía y de su montura dos cuerpos caían desplomados al suelo.

De un salto, Ewan bajo de su montura y se acerco a ver a los caídos, fue en ese momento que su corazón comenzó a palpitar desenfrenado al escuchar en un suave susurro su nombre.

-¿ Ew-Ewan?

-¿Idris?  Idris!... ¡por dios santo!- La furia lleno la sangre de Ewan al ver a la joven golpeada; arrodillado la tomo entre sus brazos y beso su frente mientras que ella se aferraba a sus ropas.

-¿Don-donde estabas? Y-yo...

-Buscándote como un loco, pero no te encontraba, perdóname por tardar tanto.

Idris volaba en el cielo al sentir el calor de Ewan y la esperanza regresaba a ella con cada dulce beso que el le prodigaba, se aferro con fuerza para que no se alejara, pero el dolor que sentía su cuerpo era insoportable y le era imposible mantenerse consciente.

-Sh-sheela, Ewan ella...

Ewan miro por primera vez a la otra mujer que yacía a un costado de ellos  y reconoció a la joven que los había llamado estúpidos el día anterior; la joven doncella había perdido la conciencia. Con dificultad Ewan logro colocar a cada mujer en un caballo, agarro ambas riendas y comenzó a caminar.

-¡Hey. tu! no piensas venir- le dijo al lobo.

 El Animal que se había mantenido sentado a una distancia prudente ahora se encontraba en posición de ataque, mirando hacia la profundidad del bosque, gruñendo y mostrando sus afilados dientes. Ewan al verlo tomo de nuevo su espada y se acerco al animal que gruñía.

-¿Que pasa amigo? ¿Que es lo que oyes?- Ewan agudizo su oído y enfoco su vista para divisar cualquier movimiento de posibles enemigos.

El crujir de las ramas y hojas caídas le avisaba, que en efecto, tenían compañía, pero ya la oscuridad era mayor y la bruma también. No veía nada, pero la actitud del animal le decía que estaban en peligro, de repente un ardor en su brazo lo hizo gritar, algo le había hecho un ligero corte, eso fue el inicio del ataque...