-Mi señor, es un mensajero de su padre- Crane aventó al soldado real a los pies de Jhon.
-¡Oh pero si es nuestro buen amigo Eon McSalan! ¡pero que modales los tuyos Crane, acércale una silla a este hombre, no quiero que piense que su futuro rey es grosero y mal educado!
-¿Futuro rey? ¡¿como puedes hacerle esto a tu propio padre?!
-No se por que te sorprendes ¿acaso no hiciste lo mismo al tuyo? ¿tu laird?
-No intentes compararnos por que yo actué en beneficio de mi clan.
-¿Asesinar a tu padre fue para beneficio de tu clan, o para el tuyo? No sea hipócrita Eon, si tu padre era encantador- dijo con sorna en la voz el príncipe.
-Era un bastardo perverso,pero tu padre es un buen hombre; tan bueno que me a enviado a decirte que si terminas con todo esto perdonara tu traición.
Jhon y sus hombres comenzaron a reír, mientras que el enviado del rey apretaba los puños intentando contener su ira.
-Vaya mi padre si que es predecible, ¿no lo crees Crane?- el hombre asintió entre risas- ¡venga Eon! sabes muy bien que esta guerra ya termino, mejor dile a mi padre que se rinda y tal vez... solo tal vez considere perdonarle años de humillaciones y desplantes o incluso darle una muerte honorable y sin dolor.
-Eres un... miserable.
-No no no no, yo que tu moderaba tu lengua Eon mi amigo, recuerda que yo soy tu muy prontamente rey y que tienes a todo un clan bajo tu cuidado, así que, no me hagas enfadar y dile a mi padre, que si quiere mi perdón, que venga a pedírmelo de rodillas. Ahora Crane, acompaña a este soldado de regreso para que pueda enviar mis demandas.
-Como ordene mi rey- El hombre le hizo un profundo corte en un brazo, haciendo que su sangre saliera a borbollonees.
-¡Sera mejor que te apures Eon, si es que no quieres morir! ja ja ja
El laird de los McSalan cabalgo con velocidad hacia el campamento, perdía mucha sangre y se sentía mareado, a lo lejos la escolta personal del rey lo esperaba y en cuanto se reunieron los 5 hombres azuzaron sus caballos. Por muy poco alcanzo a ser atendido por uno de los médicos de su señor. Eduardo aguardaba a que su súbdito y principal comandante fuera atendido adecuadamente, antes de entrevistarse con el.
-¿Estas bien?
-Solo un poco mareado mi señor, pero no importa, he estado peor.
-Mi hijo no se rendirá ¿cierto? ¿desea mi muerte?
-Si mi señor, el príncipe no desea su perdón, lo lamento majestad.
-Es mi culpa, fui demasiado exigente y duro con el y su hermano, descansa ya has cumplido conmigo.
-¿Que es lo que hará mi señor?- Eduardo suspiro pesadamente, y camino con hacia la entrada de la tienda.
-Rezar para que dios perdone mis pecados y me de la fuerza para enfrentarme a mi hijo. Siempre hice menos a Jhon por su poco talento para la guerra y ahora estoy a punto de ser acabado por el, pero si haciéndolo garantizo la seguridad de Escocia, entonces me enfrentare a el con todas mis fuerzas.
Eon asintió en modo de apoyo a su rey, tal vez el también rezaría por que un milagro ocurriera y los salvara de esta derrota inminente.
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Todo lo que sus ojos alcanzaban a ver era caos, muerte y desesperanza; frecuentemente se encontraron con grupos de familias que intentaban huir de la cruda guerra que, según ellos, había destruido gran parte de Edimburgo; la realidad resulto ser mas cruel.

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CAOTICOS CAMINOS
Ficción históricaEl laird Fergus MacGregor había accedido a los deseos de su antigua sirvienta Nuria y había criado a su única hija para ser la señora de su hogar, haciéndola jurar que no dejaría que nadie invadiera sus tierras ; confiaba en ella pero el rey tenia o...