VII: La Corona del Rey

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VII

Veo a Asleen luego de esa escena como también veo a otra catapulta disparada hacia la salida, la gente comienza nuevamente a perseguirnos y me quedo sumamente impactada tanto que no me puedo mover, Asleen no tuvo otra solución que tomarme del brazo y cargarme al estilo película, veía su sudor correr a través de su cuerpo como también su boca jadeando por la falta de agua, al parecer el chico no le dejo marca en el ojo, Asleen es increíble a pesar de que me arruino la vida con sus bobadas pero eso no quita lo bueno que ha sido conmigo desde entonces. Asleen corre lo más rápido posible y suena un silbato anunciando que se acabó la comida, la gente entra en más desesperación y empiezan a golpearse entre sí, la última catapulta disparo por todos lados y mientras Asleen me cargaba en sus brazos pude atrapar una piña, no era gran cosa pero al menos tenía algo. Asleen se cansa de cargarme y me coloca en el suelo después de llegar a la salida, Antón nos estaba esperando con una bolsa con comida, él y Asleen habían hecho un trabajo excelente mientras que yo solo había podido conseguido una piña y casi me mataban. Ya más tranquilos estamos nuevamente a las afueras de El Comedor, Asleen y Antón hablaban sobre lo cometido mientras que yo solo pude ver a un niño que parecía que no tenía familia, estaba solo y sentí un remordimiento extremadamente grande, tome mi piña y se la entregue y con una sonrisa le dije:

— Que la disfrutes.

— ¿Me la estas obsequiando? ¿¡De verdad!?

— Si, ¡asi es toda tuya!

— ¡Muchísimas gracias! pensé que hoy tampoco comería, no tuve tiempo agarrar algo.

Solo le desordene su cabello negro y con una sonrisa deje que se fuera. Asleen y Antón estaban indignados conmigo por haber regalado algo de la comida, con voz de sabio Asleen dice:

— Debiste dejar que muriera de hambre.

— ¿Por qué dices eso no tienes corazón?

— Yo amo la vida pero no amo la vida en Zelenia, le diste una oportunidad de vida a ese niño.

— Pues que la aproveche el mundo está lleno de oportunidades.

— Tú lo has dicho el mundo pero no Zelenia, le diste la oportunidad de que muriera de peor forma, que le corten el cuello en el comedor, que le intenten robar lo poco que tiene, le diste la oportunidad de vivir en este miserable reino donde lo mejor es morirse de hambre.

No pude decir nada a su comentario, me entristece la situación de Zelenia, sus habitantes y todas aquellas cosas que forman parte de él, espero que Asleen pueda arreglarlo porque si no esto puede acabar peor. Antón me toma del hombro y me dice con una sonrisa:

— No lo hiciste mal para ser tu primera cosecha.

Me rio de su comentario y respondo:

— ¿En serio que agarraste tú en tu primera Hora de Almuerzo?.

— Una pierna rota...

Ambos después de un cruce de miradas partimos en risa por la manera tan graciosa que lo dijo, Antón también ríe, mientras que Asleen se aíslo un poco después de nuestra pequeña pelea, Antón se nos queda viendo a los dos y dice:

— ¿Y ustedes creían que estaban en una película o qué?.

Asleen lo mira con confusión y dice:

— ¿Por qué lo dices?

— Como la salvaste de ese chico y luego la cargaste victorioso para ponerla a salvo del mal.

— Solo hice lo que debía.

Yo me sonrojo le tomo la mano a Asleen y le digo:

— Gracias por salvarme un poco tarde... pero nunca desagradecido.

La Regla Del Cristal Blanco™ [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora