IX: Falta Mucho por Entrenar

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IX

Un despertar es algo normal, abrir los ojos respirar y apreciar el buen día que te espera, pero ser despertada por un montón de agua no es nada adorable ni mucho menos apreciable. En aquel momento donde Asleen me lanzo agua de la cascada sentí un frio más allá que el del agua de la cascada, algo que creció en mí y quería acabar con Asleen. Me levante un poco sin pensarlo y empecé a darle pequeños golpes con mis puños en su hombro, el me cargas haciéndome una llave de lucha y salta al agua conmigo en brazos. Estaba furiosa, al menos podría haberme despertado con unos buenos días no con un salto al agua. Salí del agua dejando a Asleen atrás, sacudiéndome para intentar secarme, el enseguida dice bromista:

— ¿Te pareció bien los buenos días en Zelenia?

Me volteo y lo miro con un completo desprecio acompañado de palabras frías como el agua de la cascada:

— Ni se te ocurra volver a hacerlo.

De inmediato el me mira con una sonrisa pícara y dice:

— ¿Y si lo hago qué? ¿Que me vas a hacer?

No podría hacerle nada a Asleen claro está, el tan solo con un par de sus dedos podría destruirme en unos cuantos segundos, no pensé que iba a responder así, por lo que el silencio fue mi mejor respuesta. Asleen sale del agua, se sienta conmigo al lado de la fogata ya extinta y me dice:

— Oye tranquila, debí hacerlo, necesito que estés despierta con tus cinco sentidos bastante atentos.

Al parecer necesitaba mis cinco sentidos, pero yo creo que ya estaba desarrollando un sexto que era la molestia de Asleen.

— ¿Para qué me necesitas despierta?

— ¡Te voy a entrenar!

¿Entrenar?, lo menos que pienso es ponerme a correr o hacer cualquier tipo de ejercicio, si hubiese sabido esto era mejor que me hubiesen lanzado por el abismo.

— ¿Entrenar? ¿Para qué me quieres entrenar?

— Necesitas tener más equilibrio, fuerza y velocidad.

—Sigo insistiendo... ¿Para qué?

Asleen me da malos ojos y me dice:

— Para que no tenga que volver a salvarte como lo hice en el Comedor...

Lo del Comedor era más que cierto, casi acaban conmigo y si no hubiese sido por Asleen en estos momentos estuviese en la barriga de ese chico. No quiero entrenarme, a pesar de que estoy consciente de que en este equipo soy una inútil y que tengo puntos débiles hasta decir ya basta, me negaba a volverme fuerte ya que lo único que quería era volver a estar en mi casa con Fenol.

— Dudo mucho que yo pueda si quiera pasar uno de los entrenamientos...

Asleen toma una piedra, me la cola en la palma de la mano y me dice:

— Repite después de mí y luego arroja la piedra a la cascada.

Asentí y espere que me diera otra indicación, enseguida él empezó a ver a la cascada y dijo:

— No voy a hacer que la piedra rebote.

Yo repito y sus palabras y luego arroje la piedra, tal como lo dije la piedra ni siquiera dio un mínimo saltito, solamente se hundió. Asleen toma otra piedra y me la entrega, ahora viene y me dice exactamente como la última vez:

— Haz lo mismo pero vas a decir que la piedra si va a rebotar.

Vuelve a asentir y repito las palabras.

La Regla Del Cristal Blanco™ [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora