XXV: Vacío Como Tú

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XXV

Durante las 2 semanas el castillo era un revuelo total, eran demasiadas cosas por hacer en tan poco tiempo, la música, la decoración, el discurso de Asleen, el banquete, los invitados, las cámaras, todo era un completo estrés. No me afectaba para nada a mí, pero si a Asleen que no fue hasta antes del baile que lo pude volver a ver. Se me informo de que debía bailar con él un especie de Valls, mi Madre me enseño el baile y se me daba más que excelente, tenía una elegancia natural para la danza, al dar los giros me recordaban los giros que dio Iliana en la batalla, donde los fragmentos de vidrio iban por todas partes. Mi Madre me había hecho el vestido para la gran noche, era extremadamente largo, la tela era algo delicada al tocarla, era blanco e iba acompañado de unos guantes, por todo el costado del vestido había un patrón que lo rodeaba en su totalidad, la forma del patrón era unos cristales, me molesto que mi Madre pusiera eso pero ella me replicaba cada vez que le reclamaba.

— No podrás odiar los cristales por siempre Elaya, después de todo hacen que te veas hermosa.

El vestido era precioso y me quedaba espectacular, pero me costaba un poco caminar con él, por eso mi Madre me mantuvo más que ocupada practicando con él por todos lados, hasta hacia que mi Padre bailara conmigo para practicar el Valls, Elay se burlaba de nosotros con cientas de carcajadas mientras bailábamos, pero mi Madre estaba encantada con todo. Más temprano que tarde llego la hora del baile, las criadas y mi Madre me ayudaban a arreglarme, al darme los toques finales sonó la puerta y ellas la abrieron en seguida, era Asleen, no lo veía desde que llegamos al castillo, estaba extremadamente ocupado con el baile, casi no dormía y su habitación estaba bastante apartada de la nuestra, Asleen llevaba un traje oscuro con una banda azul marina, su corbata era del mismo color del de la banda, el resto del conjunto era negro, lo que más resaltaba era su sonrisa que iluminaba toda la sala tan solo en mostrarla un poco. Cuando vieron que se trataba de Asleen, mi Madre y las criadas se esfumaron de la habitación, dejándome sola con él, de inmediato comenzaron las bromas.

— Con ese vestido pareces parte de la decoración del castillo.

Me dio bastante risa el chiste pero quise hacerme la dolida y decir.

— ¿En serio me queda tan feo?.

— Para nada Elaya, te ves hermosa, como la mujer de un Rey, más bien como una Reina.

— No soy mujer de un Rey.

— Pero lo serás.

Asleen se arrodillo y de uno de sus bolsillos se sacó una pequeña cajita, la abrió y de ella salió un anillo, era plateado y se veía carísimo, yo quede sin palabras por el hecho de lo que me estaba pidiendo, dure un rato en procesar todo y el siguió bromeando.

— No me puedo quedar de rodillas por siempre.

Yo enseguida respondí.

— Por supuesto que acepto.

Le di un abrazo, el me cargo y empezó a darme vueltas, me sentía una princesa en un cuento de hadas, tome el anillo y me lo puse, pero él me lo quito y me dijo.

— No puedo darte el anillo, te lo pediré hoy mismo ante todos en mi discurso, será ¡La sorpresa de la noche!

Quise llorar de alegría pero él me pidió que no lo hiciera y guardara el secreto que fue exactamente lo que hice, nos besamos y salimos de la habitación, por mi parte agarrada del hombro de Asleen. Estaba completamente conmocionada por lo sucedido, no le dije a nadie ya que Asleen me lo había pedido, pero no aguantaba la alegría no podía ser más feliz en ese momento. Asleen bajo conmigo y mi familia detrás de nosotros al baile, se celebraría en el mismo castillo por falta de tiempo, pero de igual manera el salón de fiestas del castillo era bellísimo, a pesar de que como todo la decoración fuese blanco. El salón era grande y tenía cientos de candelabros colgados en la parte más alta del techo, cada uno de cristal, en las mesas había comida como para 6 Alenias, había un violinista y un pianista que tocaban música para mejorar el ambiente, no había tanta gente como pensé que habría, pude ver al Juez y a los Ministros del Juicio Real por los pasillos, los salude rápidamente y seguía agarrada del hombro de Asleen. Durante toda la noche Asleen fue el centro de atención, todos querían hablar con él, estar con él y yo comencé a aburrirme, así que me separe de él y comencé a atacar a la mesa de dulces del fondo. Mi ataque fue finalizado por el Juez que anuncio con una cucharilla golpeando una copa de cristal.

La Regla Del Cristal Blanco™ [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora