XIV: Olvidarlo

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XIV

Ver la cabeza de Antón en el suelo es una de las imágenes que nunca borrare de mi memoria, el miedo atravesó mi cuerpo, el asco mi estómago y el dolor mi corazón, me sentía triste ya que esta vez sí estaba muerto, a diferencia de la última vez que tenía esperanza de que sobreviviera a la caída y a Senzuele, esta vez era diferente, esta vez sí era el fin de todo, el fin de aquella persona que no solo se sacrificó por mi sino por toda una sociedad. Asleen está destrozado en vez de ser la tristeza que lo invada lo que lo invadió fue la ira, quiere acabar con Senzuele, no piensa claramente y yo lo tengo que hacer entrar en razón, Asleen intenta salir corriendo detrás de Senzuele pero no lo logra ya que yo lo detengo colocando mi mano sobre su hombro, el de manera brusca quita mi mano y grita:

— ¡Suéltame!

— No arriesgare todo lo sacrifico Antón por tu idiotez de venganza.

— ¡Mi venganza no es una idiotez!

Asleen seguía gritándome, yo sabía que debía de ser cuidadosa ya que podría pagar su ira conmigo, así que de manera sensata le digo:

— ¿Qué ganas tratando de vengar a Antón?, el no volverá ¡está muerto! ...y lastimosamente ya no podemos hacer nada, debemos trabajar juntos para acabar con la regla y que su muerte no sea en vano.

Asleen suspiro y asintió, sabía que había recapacitado y que muy pronto volvería a ser el de antes. Ya era de día cuando salimos de la cueva y el cansancio invadía mi cuerpo, estaba agotada pero no podíamos ponernos a descansar ya teniendo la corona, debíamos ponernos en marcha a Alenia para poder terminar de cumplir nuestro objetivo que es destruir aquella regla. La brisa sigue estando a los alrededores, el sol está saliendo y las gotas de roció se pueden apreciar magníficamente, ya las nubes que quedan son blancas y creo que no habrá una tormenta hasta al menos 2 días, estaba distraída pensando en muchas cosas, Antón era la que más pasaba por mi cabeza ya que al momento de que él se sacrificara me di cuenta que no solo era una persona valiente sino que también me demostró ser una persona que estaba dispuesta a dar todo por lo que creía justo y de inmediato supe que todas los Zelenianos deben tener esa misma sed de justicia y seguramente hubiesen hecho lo mismo si se les prometía un mejor futuro para el pueblo. Seguía invadida por mis pensamientos hasta que Asleen toca la espalda con sus dedos, estaban fríos por lo mojado que aun estábamos, de manera rápida me dice:

— Es mejor esconderse creo que Senzuele va a entrar pronto y creo que podrá vernos.

Asentí e hice caso a su petición, veo la cueva donde sufrimos tanto y puedo notar el agua que ya no se encuentra en ella, se estaba secando rápidamente y como Asleen dijo de seguro Senzuele entraría pronto. Dicho y hecho Senzuele se posó en la punta de la cueva y se sacudió quitándose toda el agua que le restaba en las plumas, luego con unos pasitos despacio fue adentrándose a su hogar hasta que no pude seguir observándolo. Seguidamente, luego de asegurarnos de que Senzuele no estaba fuimos a secar nuestra ropa en la cascada, no pretendía desnudarme así que solo me quede en ropa interior y fingí que estaba en una piscina con Asleen que también quedo en las mismas. Nuestra ropa ya daba asco por todo el tiempo que llevaba con nosotros, mis pantalones negros estaban volviéndose casi blancos, el suéter ya tenía varios agujeros y ya estaba entrando en un color amarillento, daba gracias de que mi ropa interior no tenía agujeros ya que la vergüenza iba a ser más grande que Senzuele.

Asleen no hablaba para nada estaba impregnado en su mundo seguramente pensando en todo lo que pudo hacer para detener a Antón u otra forma por la cual escapar, debe sentirse culpable, impotente en todos los sentidos, yo me siento de la misma manera pero sé que a él le afecta más ya que sin duda alguna era más cercano a Antón que yo. El rato fue pasando y nosotros no decíamos si quiera una palabra, ya nuestra ropa se había secado y me puse en marcha para colocármela ya que no podía seguir fingiendo que estaba en una piscina con Asleen, al ver que comencé a ponerme la ropa él hizo lo mismo hasta que ya estábamos vestidos, me canse de esperar una palabra de su parte así que dije:

— Ya estoy lista ¿Vamos a romper esa absurda regla?.

Me hizo una seña de que esperara y luego con unas palabras tan bajas que apenas pude oír dijo:

— Ya vuelvo.

Asentí y deje que se fuera corriendo. Me senté en el suelo esperando a que volviera, no quería seguir así con Asleen, lo quería esperanzado, lo quería decidido, quería que volviese ser el de antes, lógicamente no iba a superar a Antón en un solo día pero yo no podía seguir con un Asleen tan indiferente. Veía el agua de la cascada pasar y eso me tranquilizo, de repente siento unos pasos venir y volteo hacia la dirección de donde provenían, era Asleen que venía de vuelta con un bolso, mientras venia comencé a detallarlo un poco más y me di cuenta que era el de Antón, no quise hacer ningún tipo de comentario ya que sabía que estaría de más, Asleen ya se encontraba frente a mí y me dio una mano para levantarme y enseguida me dijo:

— En marcha.

Asentí y sonreí pero mi sonrisa no basto para que se sintiera si acoso un poco mejor. Nos pusimos en marcha y no decíamos nada, la indiferencia crecía rápidamente, yo no pensé en decir si quiera una palabra, esperaría a que el me hablara aunque sabía que eso no sería pronto. Dejamos por completo la cueva de Senzuele, la cascada de cristal, el huerto, la rejilla que daba la entrada a Zelenia con sus letras cada vez peores, la gente que muy pronto volvería entrar al Comedor, hasta que por fin nos encontramos en el risco por donde llegamos. El risco seguía exactamente igual, no había nadie a los alrededores y seguimos caminando hasta poder observar la parte del risco por la cual caímos, Asleen coloca la mochila de Antón en el suelo y de ella saca la misma malla con la que me atrapo acompañada de una pistola que hacían juego, la pistola era de color negro y se usaba para disparar la malla acompañada con una soga y poder atrapar algo, la pistola en la parte del cargador tenía otra soga con un especie de puya que se clavaba en el suelo como un ancla, Asleen clavo la puya en el suelo apunto hacia arriba y disparo la malla, esperamos al menos un minuto y al parecer la malla había llegado a la punta del risco, Asleen toco la cuerda para comprobar de que estaba lo suficientemente seguro y me dijo:

— Está mejor clavada que la última vez así que estaremos más que seguros.

— ¿Con esto subiste a Alenia la primera vez no es cierto?

— Exacto, pero casi me caigo a la mitad del risco pero Antón pudo salvarme para no acabar como un disco.

A pesar de haber entendido como funcionaba la pistola aún no sabía cómo llegaremos a Alenia con ella ya que después de todo la pistola servía solamente para atrapar cosas.

— ¿Cómo haremos para subir?.

— El gatillo tiene una segunda funcionalidad, además de dispar cuando ya atrapaste el objeto o a la persona si lo vuelves a presionar atraerá ese objeto a ti de inmediato.

Trabajaba como un especie de imán al atraer a través de la malla, pero no entiendo como subiríamos con ella.

— ¿Y cómo subiremos con esa pistola hasta arriba?.

Asleen se tapó los ojos con su dedo índice y pulgar, al parecer ya no podía soportar mis preguntas.

— La pistola está diseñada para que cuando no puedas traer el objeto en cuestión te arrastre hasta donde se encuentre.

Me quede asombrada por la alta tecnología de la pistola, pero aun así me dio bastante miedo subir hasta allá con ella. Asleen me abrazo y pensé que era para reconfortarme pero no fue así era para subir hasta la punta del risco, íbamos demasiado rápido, podía ver todo el risco desde la distancia que teníamos, era impresionante y al mismo tiempo aterrador, mientras subíamos recordé la vez que volamos con el aparato de Asleen y le dije:

— ¿No era más fácil subir con las alas?

— Las alas están diseñadas para planear por el cielo no para volar como tal, dudo mucho que llegáramos si quiera a la mitad del risco con ellas, son muy frágiles.

Esas alas eran frágiles pero eran asombrosas, recordar la primera vez que volé con ellas era sumamente conmovedor, me sentía un ave o una criatura si quiera existente, me sentía viva y nunca podré Olvidarlo.

La Regla Del Cristal Blanco™ [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora