7.~ Sobredosis

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Me tire en la cama, sólo deseando morir. Lloré por mucho tiempo, hasta que mis ojos estaban tan hinchadas que apenas podía abrirlos, respire un momento y la determinación volvió a mí, debía acabar con mi vida, esto no tenia vuelta atras. El dolor era constante, me ahogaba, me transtornaba, mi amiga no estaba, yo la había matado. Camine al baño, me mire mis manos, a un tenían sangre ¿sera de Sarai?, ¿seria de los hombres?  No lo sabia pero tenia que limpiarla de mis manos. Tome jabón y las lave con abundante agua, hasta que ya no quedaron rastros de la misma. Mire mi rostro demacrado y casi distorsionado en el espejo, esa no era yo ¿quien era esa cavada y demacrada mujer? Abrí el botiquín que tenia un sinfín de frascos, remedios de todas clases; entre estos recordé que hubo un periodo de mi vida que tomaba los medicamentos a diario, una depresión por largo tiempo cuando murió mi hermanito menor.

Pasaba todo el día drogada, hasta que el tiempo y las terapias me volvieron a levantar. Tome dos frascos al azar, daba lo mismo. Prepare un vaso con agua y me sente en los pies de la cama, vacíe ambos frascos en mi mano, eran pastillas diminutas, un total de cien, aproximadamente. Observe el cuadro de Sarai que me miraba desde la mesa y realice lo pensado. Trague todo el puñado de pastillas con un gran sorbo de agua. Me arrastre hasta la cabecera, tome mi almohada y los frascos quedaron a ni alrededor, el teléfono sonó varias veces, pero no quise contestar. Mi cuerpo se sentía extraño, todo se fue poniendo borroso, mis brazo y párpados pesaban. Escuche unos golpes a lo lejos, pensé que tal vez algún vecino martillaba algo, el sonido era tan lejano. Luego gritos, no entendía lo que decian, me parecían muchas voces. El teléfono volvió a sonar, lo tome y lo arrastre hacia mi, una voz me decía:

-¿estas hay? Contesta, ¿estas hay?- pensé que era mi conciencia hablandome, mi cerebro decía "no ya no estoy quiero morir"- Contesta por favor, ¿Estas hay?...¡¡Abre la puerta!!- Esta vez la voz gritaba.

-S-sii- Respondí apenas en un susurro.

Ya la voz no me hablaba mas, sentí otros golpes mas cerca, ¿quizás mi puerta?., algo se rompió y unos pasos agitados recorría el departamento, se habrán puertas, y otra voz.

-Laura ...Laura¿Donde estas?.

Por fin se abrió mi puerta yo cerré los ojos, el sueño ya me estaba venciendo.

-Por Dios, Laura ¿que hiciste?.

Alguien me tomo de la cabeza, me cargo, no se quien era, todo estaba borroso, solo se que era un hombre, había algo familiar en esa voz pero no lograba descifrar quien era.

-Vamos, nena, ¿que hiciste? ¿que tomaste?- decía una voz, pero no lograba reconocer quien era.

El me soltó, trate de abrir los ojos, pero todo estaba tan distorsionado, todo daba vueltas, solo note que tomaba los frascos y los miraba. Luego se fue. Tal vez ya había muerto,¿por eso no lo miraba mas?., ¿o era un Angel y se había ido porque debía venir un demonio por mi?., mis pensamientos eran dispersos, volví a sentir pasos corriendo de un lado a otro. Luego se acercaron a mi, me encogí en posición fetal... Veía sombras, una sombra gigantesca se acercaba a mi y me tomo en brazos.

-No me lleves, suéltame, Demonio,
¡¡Suéltame!!- me movía para poder saltarme de su agarre, pero era en vano.

-Tranquila, chiquita, no te voy a dejar, no morirás así- decía la misma voz de hace rato y me tranquiliza escucharla- Decía aquella voz mientras me cargaba en sus brazos

Sentía como aquella sombra corría conmigo en brazos, luego me bajo en el frío piso, abrí los ojos nuevamente, veía un tubo fluorescente en el techo, esa luz era muy fuerte, pensé que era la luz divina que venía por mi.

-Tranquila, Laura, esto tiene que funcionar, solo espera, no te vayas- Decía mientras tomaba un tubo y hacia mucho ruido.

¿no te vayas?., ¿eso decía?...¿entonces no venía por mi?., ¿no era un demonio?, ¿tampoco un ángel?... ¿Que pasaba? Me apretó la cara desde el mentón y abrió mi boca,de ahí todo fue dolor, una manguera delgada iba entrando por mi garganta. Al pasar por las amígdalas empezaron las arcadas, luego la sentí llegar a mi estomago. Ahí comenzó el suplicio, algo frío entraba, un liquido que iba inflado mi estomago, sentía que iba a reventar, yo era un globo y me estaban inflando. Quise moverme para sacar el tubo, pero me estaban sujetando del brazo, luego las arcadas se hicieron mas fuertes, mi cuero tembló y por fin se vino la imperiosa necesidad de querer vomitar, con la última convulsión mi cuerpo se arqueo,y como un volcán, hice explosión.

-Así, nena, saca todo- Dijo mientras me frotaba su mi espalda.

Era un hombre y me había cambiado de posición tomando del talle, inclinándome sobre el excusado; me sostenía el pelo mientras seguía vomitando. El estomago me dolía horriblemente, la manguera que tenia en la garganta comenzó a asfixiarme. Tanta fuerza hecha en la tráquea que se me había inflamado y el aire casi no entraba, solo sentía que aquel hombre me había sentado en sus piernas, me tomo la cara y de un tirón saco la manguera. Perecía que con el jalón iba arrastrando todo a su paso, el dolor fue tal que di un grito y vomite con mas fuerza. El seguía sosteníendome y acariciando mi espalda sin soltarme mientras me sujetaba de la cintura. Cuando ya se calmo todo, las convulsiones, los vómitos, respire y llore. Hubo un silencio largo y el volvió a hablarme.

criminal MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora