15.- Elección

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Me di media vuelta tratando de sentarme, pero el dolor solo me permitió estar de lado, me abrace de su cuello y el me tomo dejándome de pie, olio mi cabello y lo acaricio; yo me aferre a él, reteniendo todo el asco que sentía.

-Voy a buscar algo para curarte, entra a la ducha y te refrescas.

Me separo de su pecho y beso mi frente, yo cojeando camine hacia el baño. Cerré con pasador la puerta tras de mí. En el baño solo había una bata colgando, yo nada más con el camisón puesto me coloque la bata y unos tenis que estaban allí. En el baño tenía un ventanal sin protecciones, estábamos en un sexto piso, nadie entraría por ahí y tampoco saldría, pude ver con rabia y pena. Estaba desesperada tenía que pedir ayuda. Me asome y justo la vista que teníamos era hacia las riberas del rio, ningún otro edificio enfrente. Mire hacia abajo el departamento de mi vecino, pero estaba todo apagado, arriba también, edificio nuevo, recién estaban mudándose. Mire alrededor, no había nada con que hacer una cuerda para bajar. Creí que mejor debía tratar de salir por la ventana del dormitorio, que daba a balcones vecinos, solo debía de escapar de ese psicópata lo antes posible. Un movimiento en la manilla de la puerta me saco de mis pensamientos.

-Laura ¿Por qué te encerraste?... ¿no estarás planeando algo en contra mío o sí?

Rápidamente tire la cadena y aproveche el sonido para cerrar el ventanal. Abrí la puerta y lo miré avergonzada.

-Lo siento, estaba orinando y me da vergüenza con público, además me cuesta moverme rápido, ya sabes por qué, ¿o no? - El me dio una amplia sonrisa de satisfacción y me tomo del brazo.

-Ven acá, ¿Qué te parece una ducha?, te vendrá bien y podrás descansar, mañana mi novia debe estar radiante.

Me desvistió, me baño suavemente, lavo mis cabellos, los seco, me puso un camisón limpio y otra vez al dormitorio.

-Voy a traerte algo rico para comer, debes tener hambre, porque yo estoy ultra hambriento, me siento muy bien de a verme sacado este peso de encima. Ahora ya no habrá más mentiras, solo los dos, Luis y Laura amándose.

Salió de la habitación, rápidamente cogí mis jeans y zapatillas. Me puse una polera sin sostén y una chaqueta de buzo. Me asome al balcón, había luz en el piso de abajo, le puse pasador a la puerta y anude las sabanas, toallas y todo lo que me sirviera de soga, las amarre a la pata de la cama y el balance hacia abajo, Luis comenzó a golpear la puerta.

-Laura, ¿Qué haces?... Laura, ábreme Laura ¡¡no me hagas enojar, maldita sea, abre!!

criminal MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora