23.5.- Y si todo fue una mentira...

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El se fue acercando a mí, lento y
contorneándose como un gato que
va ronroneando hacía ti, elegante,
sigiloso. Se apoyó en la cama y fue
subiendo desde mí pecho, rozándome hasta la boca. Lamió mís labíos, me dío un beso suave que se hizo apasionado, lo peor de todo es que yo le respondí, con pasión, con deseo, con sed de su boca, perdí la noción de todo, hasta de mí cuerpo.

Cuando ese beso hubo terminado.
quedé muda, él sólo me miraba
directo a los ojos, tambíén con
desconcierto y mezcla de alegría. Yo
sólo comencé a llorar, no era posíble
esto. realmente estaba enamorada
del asesino.

-¿Por qué lloras Laura?, ¿te duele
algo, estuvo mal?

Yo respiré varias veces, no podía
decirle lo que realmente estaba
sintiendo. mis conflictos entre mis
ganas de abrazarlo y las mismas de
matarlo.

-Nada sólo que me oriné, no aguanté
más... Estoy tan apenada, qué
verguenza.

-Jajaaja pero eso no importa cariño,
te bañarás, cambiaremos la ropa de
a cama. Además. esta noche
dormirás conmigo, no necesitaremos
esta cama.

Una sonrisa torcida se dibujó en su
cara, yo seguía llorando sin parar.

-Ya basta de ese llanto. Déjame
sacar esto... Listo, ahora ve si puedes
caminar.

Yo me destapé y puse mís pies en el
suelo. Cuando ya me sostuve parada
pude caminar sin problemas, me di
una ducha muy larga y la puerta
estaba cerrada, Luis no golpeaba,
todo era calma. Al terminar sequé
mís cabellos y me coloqué una bata
colgada tras la puerta. Salí silenciosa
y Luis estaba al teléfono, sólo
escuché algunas frases, pero no supe
con quíén hablaba.

-Sí, ella está bien... Sí, es verdad, no
ha tenido ningún episodio violento...
Margaret, estoy seguro que vamos
por buen camino... Sí, te aviso si hay
cambios... No es bueno por ahora, ella
debe permanecer en la ignorancia.

-Entonces alguien más sabía que yo
estaba viva... Margaret, sólo conocía a
una Margarety era mi madre. ¿Qué
estaba pasando?, ¿qué cosa yo no
sabía?, ¿se ría mi madre en verdad?

Mís entrañas comenzaron a
revolverse, tenía que poner más
cuidado con Luis, ver todos sus
movimientos, no dejarlo en ningún
momento solo, ser su sombra.

-Hola, ¿con quíén hablas?

El se volvió hacía mí, se puso serio y
siguió al teléfono.

-Sí, doctora Margaret, creo que
necesíto tomarme más de una
semana de vacaciones, le pediría que
atendiera mis pacientes de todo este
mes... Sí, después de la muerte de esa
paciente he quedado muy abatido,
usted sabe lo que es esto, me siento
culpable de no haberla sacado de la
alucinación que la llevó a la muerte...

-Sí, gracias llamaré luego a mi
secretaría... Adiós.

Colgó y caminó hacía mí.

-Nunca más me interrumpas, ni te
quiero escuchando tras las puertas,
te estás poniendo desobediente...
¿Acaso tendré que castigarte?

Tomó mí cara con su mano.
apretándome desde el mentón y su
mirada cambió de inmediato.

-Lo siento, no volverá a pasar No
escuché nada, sólo simple curiosidad amor.

Me soltó, pasó sus dedos por mi
cabello y me palmoteó la cabeza,
como cuando un animalito hace algo
bíen.

-Ponte algo lindo, te llevaré a
desayunar a la playa, creo que
necesitas más aire. No debes hablar
con otras personas, recuerda que
estás muerta, alguien podría
reconocerte.

criminal MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora