criminal Mind

Final Alterno 1.- Muerte al Asesino

-¿Qué pasa, por qué me miras así?

Bajé mi cabeza levemente y lo miré por entre mis pestañas.

-Sólo quiero que me abraces, tengo tanto miedo.

-Pequeña, ven acá.

Él me rodeó con sus brazos por la cintura y me atrajo a su cuerpo, con ese movimiento fue suficiente para tomar el cuchillo y ponerlo en mi mano derecha. Levanté la cabeza y lo besé, mientras pasaba mi brazo con el cuchillo por su espalda, el beso fue largo, húmedo, el beso con el cual siempre soñaba desde pequeña, el beso del príncipe azul, pero éste era oscuro, debía terminar con él.

- Laura, me dejas sin aliento, cada vez que me besas.

-¿Morirías por mi Luis?

-Sin dudarlo.

-Haré realidad tus palabras, morirás por mí, por mis manos, por mi puñal.

Le encajé el cuchillo varias veces en la espalda.

-No, Laura, ¡qué haces!

-Sólo termino contigo, asesino, ya no podrás matar a otra persona.

Luis cayó al suelo. Me quedé mirándole aun empuñando el cuchillo. Me dolía el estómago, sentí un nudo en la garganta. Él seguía quejándose, lo vi arrastrarse, trató de pararse afirmado por una mesita de centro. Se arrastró por la muralla hasta quedar de pie, la sangre manchaba todo, en ese momento me asusté, mi corazón latió a mil por hora. Si dejaba que él se acercara o me tocara, estaría perdida.

-Laura mi amor, ¿por qué?, tanto tiempo luchando por salvar tu mente, salvar tu cuerpo.

-Cállate, ¡no sigas!, eres un demonio que quiere entrar en mi mente, me quieres engañar, te arrastras como una serpiente esperando para morder y envenenarme.

Escuchaba en mi cabeza muchas voces, todas decían una misma frase a distintos tiempos... MÁTALO...

-Sí, lo mataré, sin él no hay más asesinatos, no hay más muertes, lo haré, sí lo hare, ¡silencio!

-Laura, no escuches, no hagas caso a las voces, mírame, tú me amas.

Yo tomé el puñal con más fuerza y caminé hacia él.

-No te amo, tú eres un asesino, Cristiancito me lo dijo, él no miente.

-No Charlotte, él está muerto... tu hermanito no querría que hicieras eso.

-Sí lo quiere, él me habla ahora y dice ¡mátalo, Tau!... Es tan lindo, no puede decir Lau.

-Laura, reacciona por favor, él no está acá, no te habla, sólo escuchas mi voz. Mírame, chiquita, soy yo, te amo.

-No, sal de mi cabeza, déjame, no me convencerás.

Apreté los dientes y el puño alrededor del cuchillo y me abalancé sobre Luis, con un movimiento rápido le corte la garganta.

-No...Laura... No

Me quedé parada frente a él, su sangre salpicaba mi cara, mis manos. Él se llevó una mano a su garganta, tratando de parar la sangre que le escurría entre los dedos. Sus ojos no dejaron de mirarme, mientras su espalda iba resbalando por la pared, comenzó a ahogarse y la sangre brotaba por su boca también. Trató de estirar una mano hacia mí, para tocarme. Yo me alejé, no era capaz de tocarlo, yo lo amaba, pero él debía morir, por el bien de todos. Fue resbalándose hasta caer al suelo y cerró los ojos.

Me quedé sentada en el suelo mirando, no bajé la guardia, seguía con el cuchillo en la mano, pensaba que en cualquier momento él abriría los ojos y vendría por mí. Comenzó a caer la tarde, el crepúsculo estaba poniéndose. Salí a la calle, sólo tenía puesto mi camisón de dormir, estaba descalza, toda salpicada de sangre y el cuchillo no lo soltaba. Tenía que defenderme de todos los que querían dañarme.

La playa estaba casi desierta, pero muchas voces se me vinieron a la cabeza, mis víctimas me atormentaban, me miraban, me hablaban.

-¡Cállense!, déjenme sola. ¡Mamá!, ayúdenme. ¡No me toquen!

Me querían llevar, me tocaban, se reían, yo corrí, hasta que tropecé y me golpeé la cabeza con una piedra. Después de eso, todo fue confusión, ahora las voces tenían cuerpo me tocaban, me alzaban, me hablaban, me jalaban. Ahora ya estoy más tranquila. Estoy en mi pieza, es bonita, todo es blanco, acolchado, mi camisa es apretada, me cubre las manos, no puedo moverlas, pero es cómoda, me siento, miro la luna por la ventana y Cristiancito siempre me acompaña. Luis lo tiene en sus brazos la mayoría del tiempo, ahora estamos juntos, el es bueno y no mata a nadie más.