11.~ La Despedida ||

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A la mitad de la noche el infaltable vedeto hizo show especial solo para mí. Yo ya estaba chispeante, así que perdí todo mi pudor. A eso de las dos el club se abrió para que entrara más gente y en especial hombres, éramos más de 30 mujeres así que eso fue una cacería para ellos, muchas presas.
En la mesa un vaso especial para mí, regalo de mis amigas, con forma de pene, ellas lo encontraron genial, a mí me hacía gracia, y lo ocupe de inmediato para darles gusto. Un hombre se acercó a saludarme y felicitarme por mi pronto matrimonio, pero en realidad supe que pensaba como follarse a la novia. Era muy agradable, nos reímos un rato; ni mi hermana o amigas vinieron a rescatarme, cada una en lo suyo pasándolo bien.

-Me das permiso, voy al baño y vuelvo.

Tome mi vaso y me fui al baño, creo que choque con varias personas en el camino. Entre a duras penas, dejé mi vaso en el lavamanos y me senté toda cansada en el inodoro. Tarde unos minutos en hacer mis necesidades, mientras escuche que entraron y salieron personas. Había tres baños más a mis costados. Cuando ya por fin me equilibre y me puse de pie, Salí, quede frente al espejo, me maquille nuevamente para parecer digna otra vez, tome lo que quedaba en el vaso y lo rellene de agua, mientras mis amigas vieran mi tazón lleno, no dirían nada.

Regrese a mi mesa, aun el don Juan conquistador estaba ahí. No sé cómo en cosa de minutos estaba encima de él sentada con mi lengua casi en sus amígdalas, me sentí tan excitada. Me indico que fuéramos a su casa y accedí de inmediato. Llegamos a su departamento en el sexto piso, mientras íbamos en el ascensor casi me desnudó y me llevó directo a la cama.

Cuando desperté todavía estaba oscuro, me dolía la cabeza enormemente, me senté y no se veía nada bien, a tientas palpé a mi lado y solo sentí las sabanas mojadas. De inmediato un hielo recorrió mi espalda, me volteé hacia el velador para ver si había alguna lampara y encontré un interruptor, la habitación se ilumino y mi rostro se asombró cuando pude comprobar nuevamente, se cumplía mi destino: sangre, un muerto, el picahielos, marcas en mi cuerpo; y yo destruid y adolorida, también me había acostado con este…

Mi celular sonó varias veces, cuando mire era Luis quien llamaba. Decidí contestar, esto había sido demasiado, no sé si ya me había acostumbrado o estaba en shock, porque las lágrimas ya no salían, el horror estaba durmiendo en mi interior y solo me sentía angustiada, pero si había tomado una decisión, me entregaría esa misma noche y debía decirle a Luis. No lo condenaría a vivir con una asesina, lo amaba demasiado.

-Hola, Laura… ¿Dónde diablos estas? Te he llamada muchas veces, tu hermana me a llamada a mí para preguntar por ti…

-Luis… ¡volvió a pasar!, me entregare a la policía, no es justo que sigas atado a una asesina.

-Laura, ¡espera no me cortes! Nena espera, ¿de qué hablas? Dime donde estas, no te aflijas.

-No, Luis, no vengas, esto llego a su fin. Debo de pagar por cinco homicidios. Ojalá me hubieras dejado suicidarme cuando quise hacerlo.

-Laura, voy en camino, por favor quédate ahí, ya tengo tu ubicación, chiquita, no te muevas.

Me senté acurrucada en la muralla, esperando a que el tiempo me aplastara. N un momento ya no pude callar mi conciencia ni las voces de mis víctimas. Tome le teléfono y llame a la policía, no di nombre, solo dije que había matado un hombre, que no sabía la dirección, pero como llame de un teléfono de red fija, de seguro en el visor saldría el teléfono y me ubicarían por el GPS

Pasados diez minutos y se escucharon en la puerta golpes. El miedo me paralizo por completo, no me atrevía ni a pestañar.

-Laura, abre, soy yo, amor, déjate de gilipolladas, ¡joder, amor!, abre…

Luis susurraba casi en la puerta para no llamar la atención. Como pude, me pare arrastrando mi espalda. Por la muralla alcance la puerta. Al abrir, el me vio directo a los ojos y me abrazo.

- ¿Qué hiciste, amor… que hiciste, mi vida?

Yo solo me abrace de el unos minutos luego. Luego lo separe de mí.

-Luis amor, quiero que te vayas ahora, he llamado a la policía viene en camino.

El abrió los ojos tan grandes y me miro con tanta rabia que parecía que sus ojos me atravesarían como puñales, seguido de esto alargo su mano y me abofeteo.

- ¿Cómo coño haces eso? Maldición… debemos salir de acá ahora, rápido. - Me tomo de la mano y me arrastro hasta las caleras de emergencia. - Quiero que te bajes y me esperes en el sótano, tengo el auto aparcado ahí. Yo volveré a limpiar un poco.
Seguí caminando como zombi, solo haciendo caso de lo que había dicho Luis. A los diez minutos escuché sirenas a la entrada del edificio, sin duda era la policía. No era posible, pillarían a Luis en el departamento. Salí del auto y caminé en dirección del ascensor para subir al hall a dar la cara. Solo sentí desde atrás que me tomaron del brazo y casi me arrastraron al auto. Me empujo al asiento del copiloto, tiro una bolsa al maletero y arranco, salimos por la parte trasera del estacionamiento, donde no nos toparíamos con la policía.

Luis siguió manejando rumbo al vertedero. A nos metros del mismo, se bajó, saco la bolsa del maletero y lo arrojo. Volvió a mi lado, se limpió las manos con un paño y me tomo de la barbilla.

- ¿Por qué, Laura, por qué?, ¿Qué diablos tenías que hacer con ese tipo?, ¿Por qué?

Me soltó bruscamente y apoyo su antebrazo en el manubrio, descansando la frente sobre el mismo. Yo no me atrevía a decir nada, solo esperaba. El tiempo era mi mejor aliado en estos momentos. Por fin dio un resoplido, paso sus manos por el pelo colgando entre sus ojos.

-Vamos a casa, necesito bañarme y tú también.

Al llegar al departamento, a la entrada del baño, Luis se desnudó entero, pescó una bolsa y echo toda su ropa.

-Desnúdate y dame tu ropa.

Yo me quede mirándole como si mi cerebro no procesara lo que él decía.

-Laura, ¡¡SA-CA-TE-LA-RO-PA!! ¿Ahora si me entendiste? Muévete, rápido.

Enseguida hice lo pedido y quedé desnuda y toda mi ropa dentro de la bolsa.

-Mañana la quemaremos, camino a la costa iremos a dar un paseo por ahí para que te relajes y no vuelvas hacer ninguna estupidez sin consultarme. Desde ahora no muevas ningún dedo sin preguntarme ¿entendido?

-Si… Entendido.

criminal MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora