Capítulo 12**

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¿Cuándo es el momento indicado para saber que, una persona es más importante para ti de lo que creías? La respuesta a esa pregunta sería algo así, como cuando sin darte cuenta, empiezas a ignorar lo obvio. Sobre todo cuando todo lo que has hecho, es no permitirte sentir cosas por alguien más, porque ni siquiera sabes cómo hacerlo. Y no te das cuenta de que realmente quieres estar con ese alguien especial, hasta que ya es demasiado tarde.

Justo por eso, no era de esperarse que Leo, apenas y comenzara a entender lo que realmente le pasaba con Ken.


Observando todo desde las sombras que los árboles proyectaban, Leo apareció segundos después de que el padre de N lo hiciera, y su primer instinto fue ocultarse, ya que no podía simplemente a parecer como si nada.

Detrás de un gran árbol y algunos gruesos follajes, Leo pudo observar como el padre N sostenía al mismo, haciendo una fuerte presión con uno de sus brazos sobre su espalda; después posó su mirada en la forma en la que Ken trataba de proteger a Ravi. Y por primera vez en su existencia, sintió algo más que satisfacción al verlo. Leo sintió miedo.

A su mente llegaron todos los recuerdos que él tenía relacionados con Ken, desde la primera vez que lo vio, cuando cruzaron sus primeras palabras completamente solos, así como aquella primera vez, en la que el ángel estuvo a merced de su cuerpo y sus caricias.

Toda una vida de servicio junto a los demonios más despiadados le decía que necesitarían más que suerte, para salir con vida. Su preocupación principal era Ken, porque sabía que al ser un ángel, él, lo daría todo incluso su vida misma, con tal de proteger a Ravi. Y por extraño que eso le parecía lo que menos quería, era el que Ken saliera lastimado.

— ¡Ayúdalo! Haz algo — gritó Ravi sacudiendo a Ken.

Leo salió de su escondite, caminando lentamente hasta uno de los costados de la posición en la que se encontraba Ken. Necesitaba llegar hasta él, pero por la forma en la que lo miraba sabía que no tenía mucho tiempo.

Estaba claro que para el rey de la mentira, la aparición de Leo significaba algo, de lo que no estaba seguro era de qué. En un movimiento rápido, el padre de N se alejó unos pasos de él y acercándose hasta la posición donde se encontraba Ken con Ravi, habló.

— Así que aquí estás — comentó fijando su mirada en Ravi — Quién diría que tú serías el causante de que mi propio hijo se revelara ante mí... ¡Un humano! — dijo con ironía — justo la causa de que yo me encuentre en dónde estoy.

La mirada de este, cambio abruptamente, de una relajada a una de odio en menos de lo que cuesta parpadear. Y entonces, al escucharlo, Leo pudo notar que solo tenía décimas de segundos para actuar. De modo que tomó esas palabras como la señal que necesitaba para moverse, ya que estaba seguro que el siguiente movimiento del Rey de la mentira, sería eliminar a Ravi y por lo tanto a Ken junto con él.

Así que tan rápido como la velocidad de la luz, Leo se colocó justo en frente de Ken protegiéndolo.

— ¿Qué estás haciendo? — le preguntó Ken completamente extrañado.

Pero apenas y había terminado de decir aquellas palabras, cuando ambos recibieron una ola de calor que los hizo caer al suelo. Por suerte, Ken tuvo el tiempo suficiente para alejar a Ravi lo más lejos que pudo. Y se posicionó para recibir el impacto cerrando los ojos, pero volvió a abrirlos en cuando sintió los brazos de Leo envolverlo, protegiéndolo.

Una mirada rápida a los ojos del contrario le hizo darse cuenta de lo que acababa de hacer, mientras que un sonido en demasía estruendoso, se escuchó por todas partes, hasta que un pequeño rayo de luz dejó caer a un ángel, pero no cualquier ángel.

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