Capítulo 3

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Al salir de su habitación, nuevamente N regresó a la tierra, fue directo a donde se encontraba Ravi. De cierta manera tenerlo cerca — aunque el otro no pudiera verlo — lo calmaba.

Como en otras ocasiones, comenzó un soliloquio que solo él podía escuchar, debido a que siempre se mantenía en las sombras observando a Ravi, mientras este estaba entrenando de nuevo en el gimnasio pegándole al costal de arena.

— Dime todo... ¿Qué es lo que quieres? ¿Quieres que vuelva el tiempo? ¿Quieres que te de mi corazón? ¿Qué se supone que voy hacer contigo?

— Tick tock, tick tock. Puede que todo se haya cumplido — dijo Leo a sus espaldas — "Si no puedo tenerte, solo viviré por ti" — dijo burlándose de N.

— ¿Qué haces aquí? Yo no te pedí que me siguieras — le contestó N molesto.

— Lo sé, pero quería ver por mis propios ojos al humano. Ver que es lo que tiene de especial.

N se giró para estar completamente en frente de Leo y más que enojado le dijo.

— Fíjate bien lo que voy a decirte ahora, será mejor que te largues y me dejes solo, sino quieres que te regrese al infierno de una forma que no te gustara — dijo amenazadoramente N.

Podría tener un bello rostro y verse como un debilucho, pero Leo sabía de lo que era capaz N. Por la forma en la que sus ojos color ámbar se encendieron tal cual llamas ardientes, un pequeño escalofrío recorrió su médula espinal. Así que solo optó por dejarlo solo y desapareció de su presencia. No le convenía hacer enojar al príncipe de las tinieblas, si es que quería seguir existiendo. Ya encontraría la manera de hablar con él después.



* * *



Un par de días después, N se enteró de quien había sido el demonio que le había contado lo de Ravi a Leo, y en presencia de todos sus sirvientes le prendió fuego; después de torturarlo un poco, pese a las súplicas del mismo.

— Espero que les quede claro, que de mi nadie se burla — les dijo a todos una vez que el demonio se volvió cenizas y después simplemente se fue.

No era muy común que el mismísimo príncipe de las tinieblas hiciera ese tipo de espectáculos, pero tenía que dejar en claro que de él, nadie podía burlarse y mucho menos hablar a sus espaldas. Con esa acción, les recordaba a todos de lo que era capaz si llegaban a molestarlo lo suficiente.

Decidido a dejar en claro que él, podía hacer lo que se le diera la gana, subió una vez más a la tierra. Pero esta vez su objetivo era simple, lo haría para conquistar al humano.



* * *



Ravi, acababa de terminar su rutina diaria de ejercicios y se dirigía a la entrada de las duchas cuando chocó con N. El cual había cambiado su aspecto, sus ojos se habían vuelto de un hermoso color café oscuro y su cabello lucia negro con algunos destellos azules.

Ravi se disculpó mientras N solo sonrió levemente y ambos continuaron su camino. N, no tenía que esforzarse demasiado para ser notado, pero no podía presentarse ante Ravi, con el aspecto que normalmente tenía. Para N era muy sencillo cambiar de apariencia, solo tenía que imaginarlo y en un abrir y cerrar de ojos, ya se veía como en su mente lo había imaginado.

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