Capítulo 10**

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Cada que Ken miraba a N, siempre lo había visto como el enemigo a vencer, dejando completamente de lado todo lo que Afra le había dicho al principio de su misión. Ciertamente ella le había dicho a Ken que era la madre de N, pero en su momento solo lo tomó como algo sin importancia, pensando que solo lo había dicho para obligarlo de cierta manera a cumplir con el encargo.

Pero el problema de su falta de atención a los detalles, aquella que le había provocado grandes conflictos en el pasado, ahora lo estaba haciendo otra vez; porque en el inframundo, el padre de N no se encontraba para nada feliz, al enterarse de que su hijo estaba "enamorado" de un humano, ser que según él, la Gran Deidad no debió crear desde un principio.

— ¿Estas completamente seguro con lo que me estás diciendo? — exigió el padre de N saber.

— Por supuesto su majestad, yo mismo lo he visto — le respondió Leo, quien se encontraba con una rodilla en el suelo y la mirada en el piso.

— Bien, entonces creo que es el momento de interferir de una manera un tanto diferente.

— ¿A qué se refiere mi señor? — dijo Leo levantando el rostro por primera vez.

— Él te dejó por ese humano ¿no es cierto?

— Ah...

— No tienes por qué responder, yo lo sé. Así que esto es lo que vamos hacer, te vas a deshacer de una vez por todas de esa molestia, así mi hijo dejara de estar jugando a la feliz pareja y regresara aquí, a donde pertenece ¿me entendiste?

— Si mi señor, lo que ordene — respondió Leo.

— Bien, eso es lo que me gusta escuchar.



* * *



Las manipulaciones de parte de los demonios no tenía límites, ellos no se detenían ante nada para obtener sus objetivos, y para alejar definitivamente a N de Ravi, era necesario que Leo, moviera un par de hilos, ya que en esta ocasión atacaría de otra forma, con mayor cautela.

Utilizando a unos de los demonios de menor rango, lo ayudó a poseer el cuerpo del contrincante de Ravi. El plan era atacar desde varios puntos, el primero sería el peleador, que maltrataría el cuerpo de Ravi lo suficiente para acabar con sus energías, y en segundo lugar, el incendio provocado directamente por Leo.


El onceavo round había dado comienzo, cuando Leo, oculto entre las gradas del final, esperaba el momento justo para dar inicio a su plan. A la voz del presentador, la multitud presente se volvió en vítores para el ganador, dándole el banderazo de salida para comenzar el fuego.

Leo conocía a los humanos y bien sabía que la desesperación y el miedo, los hacia hacer las cosas más estúpidas en momentos de emergencias. Riendo triunfalmente los vio correr hacia todos lados empujándose y gritando con angustia cuando el fuego comenzó.

Ken caminaba justo al lado de Ravi, observando a su vez con preocupación a los otros ángeles que cuidaban el alma de las demás personas a su alrededor.

— Tú otra vez — dijo Leo al ver a Ken — ¿Qué no te cansas de seguirme? O es ¿Qué acaso también te enamoraste del humano? — se burló.

— Fuiste tú el que causo el incendio ¿verdad?

— Oh, pero por supuesto que fui yo... no te encanta tantas almas encerrada — dijo Leo con malicia.

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