Eres mi debilidad [Saga Eres II]

Capítulo 7

Nada más cerrar la puerta y volver al comedor donde encontré a mi abuelo, la casa comienza a caerme encima. Siento mi cuerpo y mente pesado y decido echarme un rato. No puedes seguir así, debes levantar cabeza. Si pudiera recomponerme en un abrir y cerrar de ojos, lo haría. Pero es más complicado que eso...

Subo las escaleras despacio, agarrándome fuerte de la barandilla para no caerme. El abuelo no me deja subir solo porque dice que todavía soy pequeño y me puedo hacer mucho daño si me caigo, pero ya tengo cuatro años y soy mayor para hacerlo.

Le he escuchado gritar varias veces. Rosalía, mi abuelita como yo la llamo, está en la cocina y creo que no se ha enterado, pero yo sí y voy a darle una sorpresa para que deje de gritar y venga a jugar conmigo al ajedrez. ¡Mola muchísimo ese juego del abuelo!

-¿Un infarto?, ¡eso no se lo cree nadie!

Parece que el abuelo está muy enfadado. Abro la puerta y me mira. Está muy enfadado, sí, pero también está llorando.

-¿Qué te pasa?, ¿por qué lloras?, ¿he hecho algo malo?, ¿por qué estás tan enfadado?

Deja de un golpe el móvil sobre la mesa y limpia sus ojos con un pañuelo que se saca del bolsillo.

-Robert, ven aquí. -Me acerco a él y este me agarra, sentándome encima-. Tengo que decirte algo muy importante. -Me acaricia la cara y me da un beso en la cabeza, volviendo aparecer esas lágrimas tristes que caen de sus ojos. Se las limpio y me abraza fuerte-. Robert, papá ya no volverá más.

-¿Por qué no volverá más?, ¿se va a quedar a vivir en otro lugar?

-No. El corazón de papá dejó de latir porque ya no tenía fuerzas para seguir aquí. Él nos quiere mucho y te va a cuidar allá donde esté.

-Quiero ver a mi papá.

Ahora soy yo el que llora sin parar. Quiero que mi papá vuelva conmigo, me cuente historias por la noche y me abrace fuerte, pensando que ya estoy durmiendo pero en realidad no.

-Robert, sé que estás triste y que quieres verlo, yo también, pero él debe vivir ahora su nueva aventura. Su lugar ya no está aquí.

-Quiero que papá vuelva.

Me pega a su pecho y lloro. Estoy muy triste, quiero verle, quiero tenerle aquí...

-Eres muy pequeño, pero los dos juntos debemos preparar su funeral.

-¿Su funeral?, ¿qué es eso?

-Cuando una persona muere, se deja un día para que otras personas puedan venir a despedirse. Tenemos que ser fuertes. Ahora estamos tu y yo. Juntos podremos con todo. -Me limpia las lágrimas y me pone en el suelo-. Somos la familia Parker y tú, serás el gran futuro de esta. El único heredero del tesoro mejor escondido de la historia.

Me agarra al brazo y bajamos a buscar a Rosalía. El abuelo le cuenta que papá está muerto y se pone a llorar. La abraza y luego me agarra la mano, yéndonos los tres a la cochera para irnos al hospital.

Rosalía no me deja solo, hasta que un médico nos hace pasar a la habitación donde está mi papá tumbado. Corro hacia él, soltándome de la mano de mi abuelita, y voy directo al cuerpo que hay sobre la cama. Mi abuelo me agarra antes de que pueda coger la sabana.

-¡Quiero abrazar a papá!, ¡quiero que papá vuelva!

-Lo sé, Robert. Dale un último abrazo.

Me deja a hacerlo y lo abrazo con todas mis fuerzas.

-Te quiero, papá.

-Señor Parker, en la sala de espera están las dos personas que encontraron el cuerpo de su hijo. Según las preguntas que les hemos hecho, estaba cerca del restaurante que suelen frecuentar.

-Quiero verles.

-Vengan conmigo. Llevaremos a su hijo donde acordamos.

-Gracias.

El abuelo me agarra la mano y vamos a la sala de espera, donde encontramos a las dos personas que parece que encontraron a mi papá.

Me siento de golpe en la cama. Estoy sudando como un condenado, pero eso no importa. Una de las frases del abuelo aparecen de repente en mi cabeza: «siempre pensaste que se fue de un ataque al corazón y también sabes que yo nunca pensé que así fuera; recordando esa última escena de mi sueño».

-No puede ser...

Aquí una nueva parte de esta intensa historia. ¿Qué os ha parecido? Sentimos no haber podido subir ayer, se complicó la cosa jajaja.

Muchísimas gracias por todo el apoyo que nos brindáis y por esos comentarios que tantas sonrisas nos sacan. ¿Qué ocurrirá de ahora en adelante?

¡Mil besos!