Capítulo 12

2.6K 196 27
                                    


"El tiempo es capaz de entender la grandeza del amor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"El tiempo es capaz de entender la grandeza del amor."

¿Cómo es posible que los jodidos guardias de seguridad estén por aquí? Tengo estudiado hasta el más remoto rincón de este museo. Conozco cada centímetro de él, la gente que trabaja y todos los horarios. Nunca dejo un cabo suelto antes de hacer algún trabajo. ¿Qué ha podido fallar?

Se suponía que los guardias hoy no iban a hacer el turno de noche porque están instalando un nuevo sistema de seguridad, lo último en el mercado. De ese ya me he encargado yo... odio cuando las cosas no van según lo previsto. Es como si estuviese ciego jugando una partida de ajedrez.

-¡Allí está! -el grito de uno de los guardias me toma por sorpresa.

-Son más rápidos de lo que parecen...-digo para mí mismo. Me muevo en círculos para distraerles. Puede que sean rápidos, pero también son estúpidos.

Veo la sala en la que restauran las obras de arte, allí no van a poder entrar porque tienen el acceso restringido. Es una información que conozco y contemplaba en mi plan.

Cierro despacio la puerta tras de mí y me sorprendo cuando unos grandes ojos color caramelo se clavan en los míos. ¿Qué hace esta mujer en el museo a estas horas de la madrugada? Genial James, cada vez el plan sale peor. Sé que va a gritar y eso no me conviene. Con un movimiento rápido cubro su boca con mi mano y con la otra mano saco la pistola. Apuntar con un arma es algo que jamás falla.

-Como hagas el más mínimo ruido, sonido o movimiento, estás muerta -digo despacio. Lleva una bata blanca y colgando del bolsillo de ésta, su acreditación. Sonrío pensando que he encontrado la manera perfecta de escapar.

Arruga el ceño y me mira fijamente. No parece asustada y eso me descoloca un poco. Escucho a los guardias detenerse delante de la puerta y contengo la respiración. Siguen sus pasos y se alejan, ha pasado el peligro. O eso creo, hasta que siento una patada en la espinilla.

Me muerdo el labio conteniendo un grito de dolor. ¿Esta mujer está loca? Mira a su alrededor y coge una copa de oro, supongo que su intención es golpearme con ella.

-¿Quieres morir? -pregunto entre divertido y molesto.

-¿Quieres hacerlo tú? -Sus palabras me sorprenden. Sin duda, esta mujer es diferente. Veo como su brazo coge impulso y se dispone a abrirme la cabeza con la copa. La sujeto y la pego a mi cuerpo.

-Tal vez ninguno de los dos muera aquí esta noche. Digamos que simplemente, es un jaque.

-Esto no es una partida de ajedrez...-Choco mis labios con los suyos y su cuerpo se tensa. Intenta resistirse, pero me corresponde el beso. Su brazo baja y yo despacio, le robo la credencial. Esa que me dará vía libre para todo el museo en cualquier momento.

Eres mi debilidad [Saga Eres II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora