¿Preparados para el final de esta historia? Nosotras hemos puesto lo mejor y esperemos que os guste.
Un mes después
Abro los ojos y aquí viene otro día rutinario, como siempre. Esta habitación ya forma parte de mí. Sigo en casa de Matt y eso me está desesperando, quiero regresar a mi casa.
Me visto y empiezo a bajar las escaleras en busca de Matt. No tengo que pensar demasiado para saber que está en su despacho. A estas horas le gusta empezar arreglando cosas del trabajo y saber lo que le espera. Me detengo delante de la puerta entreabierta cuando le escucho hablar por teléfono. No sé quién está al otro lado, pero lo imagino al instante por su dulce tono de voz.
-Todavía no volváis April. Yo también os echo de menos. Tranquila, Robert está bien. -Él pone los ojos en blanco. Imagino que su esposa no le deja hablar. Entiendo que se extrañen como locos, sé que estoy molestando ahora mismo.- Yo también te quiero. -Se despide de April y deja el móvil sobre la mesa. Se pasa la mano por la frente y veo como la preocupación cruza por su rostro.
Llamo a la puerta y él levanta la vista fijándola en mí. Intenta disimular su preocupación, pero no me engaña en absoluto.
-Buenos días, ¿qué tal has dormido? -Veo como Matt sigue intentando ocultar su preocupación. No va a colar, para nada.
-¿Qué ocurre? No intentes esconder la verdad, dilo directamente -hablo de forma tranquila, pero en el fondo no lo estoy.
-Está pasando algo jodido Robert. He conseguido encerrar a los padres de Paola, pero los problemas no se han solucionado.
-¿Encerrados? -pregunto sorprendido, esperaba otra cosa.
-Sí, les han encerrado por falsificar cuadros y venderlos. -Le miro sin saber a lo que se refiere. No lo entiendo demasiado. Enarco una ceja esperando más explicación-. Les tendí una trampa y cayeron en ella, han probado de su propia medicina. Ellos persiguieron a nuestros padres para quedarse con sus cuadros. Al final, les he dado lo que querían solo que los cuadros eran falsos. -Su sonrisa me dice que el plan le ha salido tal y como lo tenía planeado.
-¿Qué más te preocupa? -digo esperando su sinceridad.
-Cuando los hombres se hicieron cargo de los cadáveres... había uno que no estaba.
-¿Un cadáver desaparecido?
-Sí. La situación se está volviendo peligrosa y por ello debo mantener a mi familia alejada de toda la situación. -Empiezo a plantearme que estoy teniendo una actitud egoísta. Debo volver a casa ahora mismo.
-Voy a volver a casa. -Matt me mira como si me hubiese vuelto loco, pero no hay marcha atrás, he tomado una decisión. No puedo vivir escondiéndome detrás de él, es mi amigo y sé que estará ahí siempre que lo necesite. Matt tiene una familia y otras cosas importantes que ha puesto en peligro por ayudarme. Le debo tranquilidad y seguridad.
-Robert, esa no es la solución. Debemos mantenernos unidos para que haya el menor peligro posible. -Sabía que Matt intentaría hacerme cambiar de idea, pero es un esfuerzo en vano.
-Lo siento, la decisión está tomada. No quiero que tu familia esté en peligro por mi causa.
-Tú formas parte de mi familia -dice conteniendo su tono enfadado. Sé que mis palabras le están cabreando, decido cambiar de estrategia.
-Matt, extraño mi casa. Ha sido mi hogar durante toda mi vida y allí he compartido momentos inolvidables con las personas que quiero y ahora no están aquí. Necesito sentirme en paz para poder coger fuerzas. Tú también formas parte de mi familia, pero tienes una esposa a la que echas de menos y una niña que seguro ansía ver a su padre. -Suspira derrotado, sabe que tengo razón y él también se muere de ganas por estar con ellas.
-De acuerdo, pero con una condición. -Asiento esperando que siga-. Mis hombres y yo iremos contigo para verificar que todo sea seguro. Uno de mis hombres de confianza se quedará contigo y eso no es discutible.
-¿Solo uno? -Asiente y yo sonrío-. En ese caso, acepto el trato.
Salgo del despacho y subo las escaleras lo más rápido que puedo. Siento una emoción extraña en mi cuerpo. Después de todo lo que ha ocurrido, vuelvo al hogar que me ha visto crecer. Allí todo me recuerda a James Parker y debo admitir que le necesito más que nunca. Recojo las pocas cosas que tengo aquí y bajo rápido antes de que Matt cambie de opinión. Sé que es un hombre de palabra, pero también sé que protege a los suyos por encima de todo.
Él y sus hombres ya están en los coches esperando por mí. Veo al que siempre está a su lado, creo que se llama Ryan. Éste me hace un movimiento de cabeza y escucho como Matt le da unas indicaciones de última hora, creo que él será el que se quede conmigo. No me importa, confío en ese hombre plenamente.
-Vamos, ya está todo listo. -Matt me hace una señal para que entre al coche con él y así lo hago. Nunca se me había pasado por la cabeza que regresar a casa me daría esa tranquilidad y felicidad. Aunque está vacía y sé que añoraré a mi abuelo y a Rosalía, también está llena de recuerdos increíbles. Los mayores tesoros de James Parker se encuentran en esas paredes y ahora, son también los míos.
Aparcan los coches delante de la puerta y salgo sin pensarlo. El viaje ha sido tranquilo y nada indica que haya peligro cerca. Matt y sus hombres me siguen y yo sonrío. Hogar dulce hogar, pienso emocionado.
Meto la llave en la cerradura y abro la puerta como tantas otras veces he hecho, pero hoy algo es diferente. Siento un fuerte impacto en mi pecho y una risa estridente suena por toda la entrada.
-¡Robert! ¡Joder! -Escucho a Matt maldecir, otro disparo. Esta vez la risa cesa y veo el cuerpo de Samuel, el hermano de Paola, caer frente a mis ojos.
Bajo la mirada y veo la sangre brotar de mi pecho, siento como si todo a mi alrededor se hubiese detenido. Veo a los hombres de Matt moverse a cámara lenta y él sacar el móvil mientras me sujeta. No me había dado cuenta de que estaba en el suelo.
-¡Se va a morir! ¡Traed ahora mismo esa jodida ambulancia o me encargaré de cerrar el maldito hospital! Aguanta colega, todo irá bien. -Intento decir algo, pero las palabras no salen. Se quedan atrapadas en mi garganta. Me empieza a costar respirar y casi no siento la presión que Matt está ejerciendo sobre mi pecho. Una bala en el corazón, intento no recordar las palabras que esa maldita mujer dijo antes de morir. Es irónico, parece que me echó una maldición.
Escucho una sirena y intento no cerrar los ojos, ahora ese simple hecho se ha convertido en una misión difícil de cumplir. El aire entra con dificultad hasta mis pulmones.
-Resiste joder Robert. -La voz temblorosa de Matt me hace sentir su pánico. El frío Matthew Black, ahora está asustado.
Siento como mueven mi cuerpo y escucho a las personas a mi alrededor. No entiendo lo que dicen y yo me dejo hacer. Sé por sus manos que Matt sigue presionando la herida para que no pierda más sangre, pero ya no siento su fuerza sobre mí. ¿Me estoy muriendo?
-Ya estamos en el hospital, todo irá bien. No dejaré que te vayas de este mundo Robert Parker, ¿me has escuchado? -Me gustaría asentir y reírme de él, pero no puedo. Los ojos se me cierran y un pitido constante se mete por mis oídos.
-¡Le estamos perdiendo! -grita una voz desconocida para mí. Escucho movimiento y a Matt gritando a lo lejos, maldiciendo y amenazando. Pero ya nada me importa. Estoy agusto en algún lugar que desconozco, se respira tranquilidad y paz.
-Esto no es un jaque mate -la voz de mi abuelo me sorprende. Intento llamarle pero no me sale la voz-. Todavía no ha llegado tu momento Robert, te queda el mejor enigma por descubrir, la vida.
¿Qué os ha parecido? ¿Este es el fin de Robert? ¿O solo el inicio de algo nuevo?
Tenemos también preparado el Epílogo, ¿os apetece leerlo? La intención es colgarlo la semana próxima, pero si nuestros amados lectores nos lo piden, haremos una excepción. Sois increíbles y esa sería nuestra forma de agradeceros el estar ahí siempre. Comentando, leyendo y votando; haciéndonos saber vuestras opiniones que son muy valiosas.
Muchos besos y abrazos, os queremos un montón.
ESTÁS LEYENDO
Eres mi debilidad [Saga Eres II]
Mystery / ThrillerAbre los ojos en la oscuridad, escucha más allá del silencio, toca la esencia que te rodea, respira el ahogo de aquello que brilla más que un diamante y que seguro tienes delante. Más valioso que el oro y más valiosa que la plata, es el misterio que...