Capítulo 17

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Siento como unos pasos se acercan; una voz lejana resuena por el pasillo. Parpadeo lentamente, siento el cuerpo cansado y pesado. Mi alrededor es rojo, la sangre lo cubre casi todo y nuestras respiraciones se entremezclan.

—¡Robert! —La voz de Matt suena acercándose. Mis ojos vuelven a encontrarse con los suyos llenos de odio. Me atraviesan y me hacen darme cuenta de la realidad.

—Seguro nos veremos en el infierno, al final no te librarás de mí. —Su voz está cargada de odio hacia mí.

—¡Robert! —Ahora la voz de Matt es clara ahora—. ¿Estás bien? —Tomo la mano que me tiende y me ayuda a levantarme del suelo.

—Estoy bien, gracias. —Ambos miramos el cuerpo sin vida de Paola que yace en el suelo. La sangre ha dejado de brotar de la herida y la bala sigue estando dentro de su cuerpo.

—No te sientas culpable, es algo que tenía que pasar. Era su vida o la tuya... —dice intentando calmarme. Pero no me siento ansioso ni nervioso, al contrario, tengo la sensación de haberme quitado un gran peso de encima. Ella había venido dispuesta a matarme y se ha llevado su merecido.

—Lo sé. No me arrepiento, ella me ha quitado todo lo que tenía.

—Vamos a mi casa. Deja que mis hombres se encarguen de esto —dice señalando el cuerpo sin vida de Paola. Asiento y salimos los dos de ahí, mientras sus hombres entran. No les dice nada, siempre han trabajado para él y saben perfectamente lo que tienen que hacer.

Nos metemos en el coche sin decir nada más. Ninguno de los dos necesita las palabras aunque siento que me mira de reojo de vez en cuando. Dirige el vehículo hacia el garaje de su hogar. Antes hubiese dicho que era su morada o el lugar donde vive, pero desde que conoció a April, ha construido su propio hogar. Últimamente, pienso mucho en la família. Debe ser porque me la han arrebatado toda de la forma más cruel posible.

—Vamos a poder relajarnos, estamos solos —dice Matt como si nada. Me parece extraño que su família no esté en casa.

—Se nota, hay mucho silencio. ¿No las echas de menos? —digo sentándome en el sofá y dejando escapar un suspiro.

—La verdad es que sí, pero ahora no pienses en eso. Necesitas descansar, te mostraré tu habitación. —Le sigo sin decir nada más. La verdad es que necesito relajarme y dejar de pensar en todo lo que ha sucedido a mi alrededor en estos meses. Mi vida ha dado un giro de ciento ochenta grados. Respiro cogiendo todo el aire posible, necesito desconectar de todo.

Abre una puerta y se queda a un lado dejándome entrar. Debo admitir que es muy acogedora. Sonrío sin poderlo evitar, se nota que aquí vive una mujer con muy buen gusto.

—Gracias por estar siempre ahí para mí —digo de todo corazón.

Matt niega con la cabeza y acaricia mi hombro. Es un gesto de amistad que le agradeceré siempre.

—Intenta descansar, si necesitas algo estaré abajo. —No dice nada más. Cierra la puerta y me deja solo con mis pensamientos.

Dejo mi cuerpo caer en la enorme cama, es muy agradable y se me cierran los ojos sin darme cuenta. Un bombardeo de imágenes vienen a mi mente y me levanto sobresaltado. Sangre, mi abuelo, Rosalía y las últimas palabras de Paola me persiguen.

Decido ir a hablar con Matt, ahora mismo todo es un caos en mi cabeza y no seré capaz de sobrellevarlo yo solo. Bajo las escaleras y le escucho hablar por teléfono, no presto atención a su conversación, pero sí le oigo suspirar y reírse. Solo hay una persona en el mundo capaz de conseguir que Matthew Black se quite su coraza y esa es su esposa April.

Eres mi debilidad [Saga Eres II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora