Capítulo 8

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Salto de la cama y corro hacia el desván, subiendo los escalones de dos en dos, con el corazón acelerado y pensando en que no puede ser verdad, que todo va a ser una farsa, que esas dos personas no estaban allí, que todo es una pura casualidad y que... ¡joder! ¿por qué me quiero engañar? Mi abuelo posiblemente tenga razón con que lo de mi padre fue un asesinato y no un infarto al corazón. Puede que lo envenenaran en el restaurante o que le inyectaran algo que los médicos no fueran capaces de ver. Este mundo es peligroso, nunca he querido saber nada de él, pero al final no puedo huir de él. Debo seguir los pasos de ellos...

Lo que no entiendo es porque tengo estos sueños tan extraños ahora. Nunca antes me había pasado. Sé que la muerte de mi abuelo está siendo dura, que todo me supera y que mi vida se va volviendo más oscura. No consigo salir de este pozo y esto solo hace empeorar las cosas. No entiendo porque tengo la presión de buscar lo que mi abuelo me dijo, puesto que no he formado parte de ello nunca. ¿Por qué el abuelo estaba y está empeñado en que encuentre ese tesoro?, ¿no sería mejor dejarlo así? Si yo no sé donde está, nadie lo sabrá. ¿Por qué mi corazón si quiere encontrarlo?, ¿por qué estoy actuando de esta manera tan acelerada? Se llama instinto.

No sé porque eligió mi abuelo poner aquí todo lo relacionado con mi padre, tampoco sé porque le gustaba. Siempre está oscuro y lo único que lo alumbra es la pequeña ventana que hay en la habitación y la pequeña lámpara de luz que le obligué a poner. Saco los cajones y comienzo a ver todos los papeles relacionados con la muerte de mi padre. Noticias, artículos, informe médico, informe del forense, pistas que mi abuelo seguía...

Tanto papeleo que no me lleva a ningún lado, pero si mi abuelo lo tenía aquí, era por algo. Tiene que haber algo, por mínimo que sea. Solamente con un presentimiento no basta.

Froto mis ojos cansado de tanto leer, no encontrando nada o sí. ¿Qué cojones hay en ese cuadro? Me levanto y me acerco a él. No sé ve nada. Me muevo de lado a lado, pero sigo sin verlo. Vuelvo a sentarme y desde aquí se ve un poco, pero no con claridad.

—¡Una linterna!

Saco el móvil y la enfoco en el cuadro. Tampoco. No hay manera, ni de un lado ni de otro, ni de arriba ni de abajo. ¿Cómo cojones voy a leer lo que hay escrito si no se lee?

—Robert, piensa. Tu abuelo no lo hubiera escrito porque sí... piensa.

Gruño frustrado. ¿Por qué todo tiene que ser a su manera?, ¿por qué no puede dejar una nota o lo hubiera dejado en el testamento? Todo sería más fácil. Estoy ofuscado, no veo nada y la mierda de ventana que hay a... Espera, ventana. ¡Claro, ventana!

—Vamos a ver. —Comienzo a mover la persiana y solamente con algunos rayos de luz puedo leer lo que hay escrito en el cuadro—. Sé el peón de muralla, sé la torre defensora, sé el caballo veloz, sé la reina protectora, sé el rey conquistador, pero recuerda que solo una ficha te hará ser el vencedor de esa gran batalla.

Lo escribo en un papel para que no se me olvide. Lo releo varias veces. ¿Por qué está relacionando el cuadro de Venus del espejo con una partida de ajedrez? ¡Un momento! Ese cuadro... si, lo recuerdo, me lo dijo en su carta: «tienes una intuición escondida muy potente y el día que las piezas del puzle de Venus del Espejo encanjen, comenzará uno de los retos más interesantes y apasionantes de tu vida».

¿Qué debo encontrar?

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¡Hola corazones!

¿Qué deberá encontrar Robert?, ¿qué le habrá preparado el abuelo?

¿Os está gustando? Esperamos que sí <3

¡Un besazo!

Eres mi debilidad [Saga Eres II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora