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  En un abrir y cerrar de ojos me encontraba en las solitarias y oscuras calles de la noche, me coloqué mis auriculares y puse algo de música para llevar mis manos a los bolsillos. Caminaba lento, como si disfrutara estar rodeada en mi propia tristeza.

  Cuando quedaban cinco minutos para llegar a casa pude observar a un hombre bien vestido en el suelo borracho junto a una botella de cerveza.

《¿Tal vez debería cruzar de acera o simplemente acelerar el paso?

  Me golpeé mentalmente por no haber aguantado un poco más la compañía de Park Jimin y así no estaría en estos momentos sola, pero sabia que si seguía en aquel lugar me lastimarla aún más dr lo que pensaba. El señor rugió en su sueño profundo, un rugido que me era tan familiar que me alarmó, cuando el miedo desapareció de mi mente la intriga tomó su lugar, necesitaba sacar aquella pregunta de mi mente en ese instante. Comencé a andar hacia aquel hombre que estaba dormido en la acera sabiendo perfectamente de quien se trataba, y con la esperanza de que estuviera equivocada de lo que pensaba, estando a unos pocos pasos de él fue cuando unas manos me frenaron en seco por los hombros haciéndome girar.

— ¿Estás loca? Podría hacerte algo este borracho.– habló Jimin quién se encontraba agitado por el enfado.

¿Tenía miedo de que me ocurriera algo?¿Y eso qué más da? Él está enamorado de otra y eso no cambiaba absolutamente  nada

  Pero, lo que más me dolió fue la forma despectiva en la que se dirigió hacia un hombre, el cual estaba borracho, y aunque el no supiera lo que estaba pasando aun así eso me lastimo.

— Ese borracho quien está ahí tirado es mi padre.– Jimin abrió los ojos sorprendido, incluso pude ver una gota de arrepentimiento por sus palabras y al escuchar el dolor en mi voz, me acercó veloz a su pecho para que antes de un suspiro me tuviese rodeándome en sus brazos.

  Los sollozos comenzaron a salir de mi garganta mientras y humedecía su camiseta negra con mis lágrimas.

  Jimin en ningún momento se separó de mi lado, mientras susurraba palabras intentando que parara de llorar. Cuando comencé a tranquilizarme, él se separó de mi colocando sus manos sobre mis hombros y acercando su cara a la mía con sus ojos fijos a los míos

— No te preocupes _____, te ayudaré a llevarlo a casa.

  Me acerqué a mi padre y en uno de sus bolsillos se encontraban las llaves del piso donde vivía, verlo así me partía el alma, jamás había observado que tuviese problemas con la bebida y parecía que se había recuperado de la separación de mi madre desde hacía unos meses a pesar de que no había encontrado el amor.

  Con un brazo de mi padre en uno de los hombros de Jimin y otro en el mio, lo llevamos hasta casa en silencio, de vez en cuando observaba a Jimin y este me recibía con una bonita sonrisa. Hasta hace unas horas pensaba que estaba enamorada de él, pero sin embargo en la forma en la que me estaba tratando, la forma en la que intentó animarme hizo que aquél sentimiento fuese más fuerte y mucho más grande.

  Comencé a pensar que, aunque él no sentía nada por mí no me importaba y no me alejaría de él. Quería ser un pilar para él, donde pudiese apoyarse en sus momentos duros y eso haría, en algún momento aparecería otra persona que me hiciese cambiar mis sentimientos hacia Jimin.

  Abri con dificultad la puerta del piso y llevamos a papá a su habitación para tumbarlo en su cama, no quería salir de allí, no quería dejarlo en aquel estado sólo. Así que al llegar a la sala rompí el silencio.

— Jimin... Pasaré la noche aquí, nose como pagarte lo de hoy.

— Yo si lose.– Jimin dio unos pasos hacia mi, mientras que yo tenía la vista en mis zapatos, con una mano tomo mi mandíbula para alzar mi cara, luego apoyo su otra mano en mi mejilla y con sus pulgares formó una sonrisa en mis labios, contestando con el mismo gesto.— No te voy a dejar aquí sola está noche, así que si no te importa...– Jimin se tumbo en el suelo y señaló con su cabeza al sofá que se encontraba justo al lado, para que me aclarara en el.

— De ninguna manera, si... Si de verdad quieres quedarte tu irás en el sofá.– Jimin se había sentado en el suelo observándome y se quedó unos segundos en silencio pensativo, cuando se puso de pie, yo pensé que lo había convencido así que sonreí victoriosa; sin embargo, Jimin me tomo de la mano y me dirigió al sofá.

— Los dos sabemos que somos muy cabezotas, así que solucionaremos esto rápido.– Jimin se sentó en el sofá y con un rápido y ágil movimiento me tumbo de forma que mi cabeza quedará en sus piernas.— Hoy está siendo un día muy duro para ti, mereces al menos estar cómoda y descansar.– hablo para luego posar sus manos en mi cabeza.

  Comenzó a pasar su mano suavemente por mi cabello haciendo que mis ojos comenzarán a cerrarse levemente y unos minutos antes de que entrara al mundo de los sueños un susurro alto escapó de mis pensamientos.

— Te quiero Jimin.– este comenzó a reír, risa que lleno mi corazón de alegría a pesar del mal momento que estaba pasando, aún sabiendo que no era correspondida.

—¿Sabes?... Creo que yo a ti también.– sabía que no había entendido a lo que me refería, el creía que era una forma de agradecimiento y que se había ganado puntos como amigo, pero no era así, yo realmente lo quería, pero con el simple hecho de recibir como respuesta un "Yo también" me di por satisfecha.

  Y antes de que pudiera cerrar mis ojos Jimin comenzó a cantar muy bajito para quedarme dormida junto a su maravillosa voz y sus caricias en mi cabello.

My Sweet Bad Boy (Park JiMin Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora