Los rayos de luz comenzaron a molestar mis ojos despertando de mi hermoso sueño en donde me dormía con la dulce voz de Jimin.
Mi cuello dolía y mi cuerpo se encontraba rígido, la cama no se sentía como siempre, comencé a abrir los ojos lentamente y creo que nadie haya tenido un mejor despertar. Jimin apareció en mi campo de visión con la cabeza apoyada en una de las esquinas del sofá, dormía plácidamente con su mano enredada en mi pelo, no había sido un sueño, habia pasado la noche durmiendo junto con Jimin.
Me puse de pie lentamente, decidí prepararle el desayuno después de que por mi culpa hubiese pasado la noche en un sofá incómodo. Mientras preparaba algunas tortitas recordé el momento en el que le dije "te quiero" a Jimin e instantáneamente mis mejillas se volvieron de un tono rosado.
Cuando terminé pensé en lo que sería desayunar junto a él y mi padre, un poco de miedo apareció en mi cuerpo acompañado de otro sentimiento que jamás había experimentado. Además pasó por mi mente el hecho de que hoy Jimin volviera a ser el mismo idiota de siempre, y que lo de ayer fue una de esas cosas que sólo se ven una vez en la vida y la idea de dejarlo dormido la vi como favorable por un momento.
Me acerqué a él lentamente dispuesta a despertarlo después de haber puesto todo el desayuno en la mesa, me puse en cuclillas.
— ¿Jimin? Despierta.– susurre. Nada, estaba completamente dormido. Comencé a moverlo lentamente y sus ojos se cerraron con fuerza.
— ¿Que pasa? Tengo mucho sueño, cinco minutos más.– Su voz ronca y pastosa, además de su cara de un niño de cinco años suplicando por un poco más de tiempo me sacó una tonta sonrisa. Volví a moverlo para que despertara.
— Park se va a enfriar el desayuno, despierta.– Jimin entreabrió uno de sus ojos y mi corazón comenzó a acelerarse.
《Que no sea un estúpido, por favor que no lo sea》
Sin embargo, una sonrisa aparecio en el rostro de Jimin mientras que con su mano cerrada se daba en los ojos con los nudillos suavemente para abrirlos completamente y mirarme atentamente.
— Estuve... Estuve pensando que si quieres puedes desayunar primero y luego levanto a mi padre por si te sientes incomodo en su presencia... ya sabes... puede pensar cosas de nosotros...– hablé mientras los nervios me traicionan.— Que no son.
《Ojalá lo fuese, ojala pudiese decir "Mira papá, mi novio Park Jimin"》
— No me importa si lo piensa, puedes llamarlo.– comentó entre risas, mientras se acercaba a la mesa donde se encontraba el desayuno.
Jimin se encontraba dándome la espalda pero se giró hacia mí y dio un par de pasos hasta quedar a unos centímetros, se inclinó y besó suavemente mi mejilla.
— Muchas gracias por el desayuno idiota.– me agradeció mientras yo me iba alejando rápidamente con mis nervios a flor de piel.
Fui a la habitación donde se encontraba papá con las mejillas tan rojas que en cualquier momento podrían explotar por la vergüenza de lo que acababa de suceder.
El desayuno pasó entre risas y un gran número de preguntas por parte de mi padre como "¿son novios?" provocando que yo siempre observase fijamente mi desayuno ruborizándome.
Papá y Jimin se llevaron muy bien y siempre intentaban meterse conmigo para divertirse aún más. Antes de que el chico y yo nos marcháramos de aguella casa, papa suspiro.
— Chicos... les quería pedir perdón por como me encontraron ayer a la noche.– comentó mi padre mirándonos a ambos fijamente.— Realmente me avergüenzo mucho, prometo que no volvera a ocurrir.
— Eso espero, ______ lo paso muy mal cuando lo vio...– dijo Jimin observandome.– Además, ese sofá es muy incómodo como para pasar una noche mas ahí.— mientras el peligro terminaba de hablar poso uno de sus brazos sobre mi hombro con una gran sonrisa. Park Jimin debía estar realmente loco.
《¿Tenía que hacerlo delante de mi padre?》
Pero ví a mi papá y este estaba tratando de contener una risa, de esas que ponen los adultos por una nueva parejita de enamorados.
Cuando Jimin ya había salido y yo iba siguiendolo, mi padre me llamo desde el salón por lo que tuve que volver, mientras Jimin me esperaba.
— Cuida del chico, se nota que te quiere realmente.– aclaró mi padre.
— Papá!.— grité demasiado fuerte por la culpa de mi parte y pude escuchar la risa ahogada de Jimin en el portal.
Cuando al fin salí de allí y la idea de que mañana era el examen de matemáticas apareció en mi mente, la cual había olvidado por completo y creo que el miedo fue expresado en mi cara a la perfección
— ¿Qué ocurre?
— Había olvidado el examen de mañana.
— ¡Oh, es verdad!.– exclamó el pelinegro a mi lado.— ¿Quieres... quieres que te ayude? Puedo darte clases extras.– comento Jimin cpn una sonrisa.— Claro esta, eso si aún no te has cansado de mi compania. ¿ Lo estás?
— Creo que yo se debería hacer esa pregunta ¿Aún no te cansaste de mi?.– pregunte incrédula.— Llevamos 24 horas juntos.
— Sorprendentemente no lo estoy.– respondió mirando a la nada.— te espero en una hora. No dejaré que mi alumna suspenda.
Pero antes de que pudiera decir algo, Jimin se fue, tomando camino hacia su casa.
La tarde pasó rápido, incluso de forma productiva, estaba casi segura que aprobaría este examen.
Tomanos un tiempo de descanso y empezamos a hablar sobre nuestro pasado, Jimin me hizo muchas preguntas diciendo que quería saber mi "expediente".Me pregunto repetidamente si realmente no tenía nada con JungKook y le conté todo, incluso el maltrato que recibí por parte de mi padrastro, siendo mi mejor amigo el único que me apoyo en mis duros momentos y era por eso que teníamos esa gran relación. En cuanto a lo de mi padrastro, además de pedirme disculpas inunmerablemente por lo que me dijo el primer día.
— ¿Pero quién se creía?.– preguntó enojado.— Sólo hay una persona en este planeta que puede molestarte.– demandó mientras yo enarqué una ceja .— Yo.
Mi confianza con Jimin creció considerablemente desde ese día, además de los celos de JungKook alegando que le estaban tratando de quitar su puesto de mejor amigo; sin embargo, en ningún momento puse los ojos en Park Jimin como un mejor amigo, eso lo tenía bien claro.
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My Sweet Bad Boy (Park JiMin Y Tu)
FanfictionElla todos los años terminaba de la misma manera el colegio, corriendo a toda velocidad para no llegar tarde. El primer día no podía ser la excepción, mientras corría con todo lo que le daba sus pulmones, cerró los ojos para respirar, y choco con...