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El corazón me comenzó a latir de una manera desenfrenada como una advertencia de precaución, HaNeul estaba a solo unos metros de distancia y lo único que nos separaba era una insignificante puerta, moriría de vergüenza si me encontrara en esta situación junto a Jimin. Logré dar un vistazo a Park, este se encontraba diferentemente a como yo estaba me observaba con una sonrisa divertida en su rostro mientras alzaba levemente su cuerpo apoyándose en su codo derecho.

Con mi cuerpo nervioso a más no poder, pude darle un leve empujón que ayudo a colocarse sobre mí con el pelo despeinado para luego acercarse con velocidad a mi, definitivamente estaba loco. En un intento de alejarlo pues mis manos sobre su pecho desnudo y por unos segundo olvide que HaNeul estaba del otro lado de la puerta, hasta que volví a entrar en razón y, ahora si, lo empujé para que me dejara salir.

- Quitate los pantalones rápido.- Sabía que era lo último que Jimin había pensado que diría en aquel momento, y su sonrisa pícara creció de manera endemoniada mente sexy para ponerse de pie con los vaqueros rotos caídos en la parte de su cintura dejando ver algo de su ropa interior.

- ¿Quién diría que fueras así? No conocía este lado descarado tuyo... ¿Sabes?... Creo que incluso me gusta más.- habló acercándose a mis labios y dando un suave toque con su dedo índice a la punta de mi nariz de forma juguetona.- Creeme que si no gritas demasiado se marchará pensando que no estamos.- Termino con un guiño.

Sabia perfectamente a que se refería con lo de no gritar, evidentemente sus argumentos no me convencieron y él no había entendido que quería decir con aquello, así que golpee con mi dedo su frente dejando algo de distancia entre ambos para justo después desaparecer en el baño que había en su habitación y volver unos segundos más tarde con una toalla en mis manos.

- Usa la toalla en la cintura y actúa como si hubieras acabado de salir de la ducha para que uses eso como excusa del porqué tardaste tanto en salir mientras yo me escondere en algún lugar.

-Me gusta más mi idea... ¿A ti no?.- Volvió a acercarse a mis labios pero di varios pasos hacia atrás y comencé a observar la habitación intentando buscar algún lugar donde me mantuviera en secreto, pero aún así el hecho de que Jimin comenzara a desnudarse frente a mi no me hizo las cosas más fáciles.

Finalmente me escondí en el lugar más típicamente tonto y fácil de esperar de todos. Si, debajo de su cama. Jimin abrió la puerta y se llevó la mano a su cabello con un dulce e inocente sonrisa completamente diferente a la que me había dedicado a mí segundos atrás.

- Lo siento HaNeul, estaba por darme una ducha ¿Querias algo?

- ¡Oh! ¿Ya se fue ________?

- Si, fue poco antes de que llegaras del mercado.

- Vaya... es una pena... me hubiera gustado despedirme de ella.- el simple hecho de que me extrañará de aquella forma hizo que se me rompiera un pedacito más de mi corazón roto, HaNeul se había convertido en una especie de madre a la que no le oculta absolutamente porque ma consideras tu amiga, para mi en los meses que pasé en la casa de Jimin y en realidad yo también echaba de menos pasar tiempo con ella.

- Te aseguro que pronto volverá a estar por aquí otra vez.- A pesar de que no podía ver su cara en este momento podía sentir como ahogaba una sonrisa divertida puesto que HaNeul no sabía lo que estaba pasando entre nosotros dos hasta hacia unos minutos.

- Me alegra escuchar eso, bueno venía a decirte que unas amigas me han llamado para merendar juntas ya que llevamos mucho tiempo sin vernos, vuelve pronto si sales.

No mu ho tiempo después la puerta se cerró y Jimkn apareció frente a mi tendiendo su mano para que pudiera salir con su ayuda; sin embargo, con el rostro malhumorado.

- Ten por seguro que nunca volveré a pisar tu casa.- Comence a andar hacia la puerta para salir de aquel lugar lo antes posible pero Jimin fue más rápido y me tomo por la cintura juntando sus manos en mi ombligo colocando su cabeza sobre mi hombro y su boca cerca de mi oído.

- No digas nunca otra vez, podrías llegar a arrepentirte de tus palabras cariño.

- Me arrepiento de todo lo que tenga que ver contigo.- aquellas palabras me dolieron en lo más hondo de mi corazón, sabía que era mentira, que a pesar de todo, el tiempo junto a él son de los momentos más preciosos que viviremos jamás pero no lo diría en voz alta, no podía. Aún así pareció que a Jimin Tampoco le sentó nada bien mi comentario y me giró con agilidad para quedar frente a él con el rostro ardiendo de enfado.

- ¿Te arrepientes?

- ¿Acaso tú no? Fuiste tú el que dijo que no me había querido en ningún momento así que por favor no te hagas la víctima.

- ¿Dijiste eso porque te dolieron mis palabras?

- El que parece dolido ahora eres tú. - Trague un fuerte nudo de saliva de lo nerviosa que me encontraba.

- Mírame a los ojos y dime que no quieres volver el tiempo atrás para volver a estar otra vez juntos.

- Nuestro tiempo se terminó, ahora hay que ver el futuro y por lo que me dijiste en poco tiempo quedaste con MinSu, se te hace tarde.

- ¿Celosa?

- ¿Tengo derecho a estarlo?.- Y antes de que contestara salí de allí, sabía que las lágrimas no tardarían en salir de nuevo, siempre que estaba cerca de él todo acababa de la misma forma.

Los días pasaron y tanto Jimin como yo hicimos como si no hubiera ocurrido nada entre ambos en su casa, todo seguía como debía ser, como debería de seguir siendo. Intentaba evitar su mirada pero cuando estas en pocas ocasiones conectaban sentía un pinchazo en mi corazón.

Estúpida y mil veces estúpida.

My Sweet Bad Boy (Park JiMin Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora