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CAPÍTULO 9.


Desperté al sentir un leve movimiento a mi lado y giré mi rostro para averiguar de qué se trataba, encontrándome con mi gemelo mientras se ponía en pie en busca de su ropa interior. Claramente le había visto el culo y... todo lo demás.

Me remojé los labios al recordar lo que habíamos estado haciendo la noche anterior, o mejor dicho... hacía unas horas, y sonreí. Me di la vuelta y quedé de cara al techo, pero mirándole a él. Mierda, iba a empalmarme con tan solo verle moverse cuando se colocaba la ropa.

- ¿Cómo has dormido? - se giró a preguntarme, atrapándome justo cuando estaba mirándole el culo.

Carraspeé un poco aclarando mi voz de forma tal, que pudiese disimular algo.

- Bien. - contesté mirando hacia otro lado. ¿En qué agujero me metería ahora? Me pilló mirándole sus partes, qué acojone, coño. - ¿Tú?

Alzó una ceja. Esta conversación era realmente patética.

- Igual. - respondió con un gesto. - En la tarde iré a comprar lubricante.

De haber estado de pie, les puedo asegurar que me habría pegado menudo golpe al caer de culo al suelo cuando le oí decir aquellas palabras. ¿Lubricante? ¿Para qué quería lubricante? Abrí mis ojos desmesuradamente. ¿Qué es lo que mis orejas acababan de captar?

- ¿Lu-lubricante? - tartamudeé y él rodó los ojos.

- Sí, eso dije, ¿no?

- ¿Para qué? - interrogué aún sin comprender una puta sílaba.

Se acercó a paso felino hasta inclinarse sobre mi cuerpo.

Temí.

- ¿Para qué? Para usarlo contigo, ¿o qué? ¿Dirás que luego de gemir como una perra mientras lo hacíamos anoche, no querrás repetirlo? - sonrió de lado y se pasó la lengua por los labios desviando su visión para poder recorrer mi pecho desnudo, ya que me encontraba cubierto por las mantas hasta la cintura, nada más. - Dicen que con el lubricante entra más rápido. - agregó acercándose peligrosamente a mi rostro.

No me la podía creer. ¿Él... él quería repetirlo? Pero si tan solo fue algo que salió en el momento, algo sin importancia. "Si quieres luego lo olvidamos, y ya." Eso fue lo que dijo que haríamos, ¿y ahora me viene con esto?

- Minho, yo no... - intenté decir alguna palabra, completar una oración, pero él selló mis labios con un beso, tomándome de la nuca con brusquedad. - Hmmm... - gemí inconscientemente y rodamos en la cama quedando yo encima.

Separé mis piernas colocando una a cada lado de su regazo sin abandonar su boca, y comencé a moverme adrede, restregando mi entrepierna contra la suya, la cual se encontraba debajo de su bóxer, ya que fue la única prenda que logró ponerse. No podía negarme; quería que me lo hiciera otra vez, luego de lo de anoche, deseaba que me follara duro como ya lo había hecho.

- Eres malo, Nene... - dijo al separarse un poco de mis labios. Me enderecé sobre su cuerpo y sonreí maliciosamente. Él mordió su labio inferior. - Eres un pervertido... - añadió jalando de mi cintura hacia delante, lo que me hizo pegar un grito cuando mi sexo erecto chocó fuertemente contra el suyo, contra la tela de la ropa interior. - Hazlo. - ordenó y yo asentí con mi respiración ya más acelerada que antes si se podía.

Noté el bulto debajo de su bóxer, y fue mi fin. Se los bajé un poco, alzando mis caderas levemente para poder ejercer aquella acción y tomé su palpitante masculinidad con una de mis manos, guiándola hasta mi entrada. Dejé descansar todo el peso de mi cuerpo en ella, y gimió ronco.

P.O [MINKEY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora